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Columnista - 5 abril, 2017

La democracia desde Atenas

El régimen político y la mentalidad espartana maduraron plenamente con su legislador Licurgo, mientras que en Atenas fueron necesarios varios pasos previos para sazonar el suyo, democrático. En esta ciudad- Estado, Solón solo había plantado la semilla, cuando un poco después el “populista” y sin embargo aristocrático Pisistrato se ponía al frente del proletariado urbano […]

El régimen político y la mentalidad espartana maduraron plenamente con su legislador Licurgo, mientras que en Atenas fueron necesarios varios pasos previos para sazonar el suyo, democrático.

En esta ciudad- Estado, Solón solo había plantado la semilla, cuando un poco después el “populista” y sin embargo aristocrático Pisistrato se ponía al frente del proletariado urbano y campesino para alcanzar la dictadura e imponer una reforma agraria radical, y mañosamente se convertía en el nuevo amo de Atenas.

A veces pedazos de historia se muestran contradictorios a los ojos temporarios. Así, una dictadura de paso, no ad infinitum, podría ser la partera de una futura grandeza. Verbigracia, con el dictador Pisistrato, la pérdida de la libertad de los atenienses fue el precio que debieron pagar para recibir a cambio un periodo posterior de paz, de prosperidad y equilibrio social, fundamentos de su posterior desarrollo. Esto es así y nuestra propia historia contemporánea nos brinda algunos ejemplos al respecto, en uno y otro sentido, con déspotas transitorios y otros que llegaron al gobierno para quedarse. El caso de Pisistrato es paradigmático, pues venció sin humillar.

Realizó una magnífica reforma agraria, construyó enormes obras públicas, puso las bases del poderío naval ateniense, afianzó colonias en el mediterráneo, sobre todo en las inmediaciones de ese puente marítimo que es el estrecho de los Dardanelos, el antiguo Helesponto de la Hélade clásica, que yo tuve la satisfacción de cruzar un día, y donde surgieron los primeros atisbos filosóficos.

Importante es decir que su tiranía limitó drásticamente el poder de la aristocracia, atrajo a un círculo de intelectuales, de artistas y de poetas, haciendo de Atenas el centro de la cultura y de la democracia griegas.

De esta manera las vidas de Solón y Pisistrato se trenzaron, aquél el grande legislador y éste con un talento práctico y organizativo. Raro conjunto de hombres y no obstante necesarios a la prosperidad de sus naciones.

También hoy día tenemos unos pocos ejemplos históricos.

La historiografía está de acuerdo en que la tiranía de Pisistrato hubiera sido irreprochable si no la hubiera dejado por herencia a sus dos hijos, Hipias e Hiparco, quienes fueron unos auténticos desastres. Al respecto también hay ejemplos contemporáneos, no necesariamente a título de hijos, pues pueden ser hermanos o simplemente tener entre sí un compadrazgo ideológico. El hombre es el mismo desde el principio de los tiempos. Moral e inmoral.

Después de la oscuridad dejada por los tenebrosos hijos de Pisistrato, vino la luz con el gobernante Clistenes, el verdadero impulsor de la democracia ateniense. Abolió los elementos oligárquicos (siempre egocéntricos), acabó con la división de la ciudadanía en capas sociales, sustituyéndola por la participación de todos los ciudadanos sin distinción de clases, origen o riqueza. Limitó drásticamente el poder del Areópago (congreso), para bien. Sobre el particular también hay ejemplos contemporáneos, infortunadamente para mal. Las grandes decisiones públicas las puso en un órgano superior, el Consejo de los Quinientos y la Asamblea Popular.

Ojo: Este órgano hoy día lo podemos traducir por una Asamblea Nacional Constituyente.

Continuará…

NOTA: si visitas Pueblo Bello notarás que allí tu mente piensa mejor.

Rodrigo López Barros

[email protected]

Columnista
5 abril, 2017

La democracia desde Atenas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rodrigo López Barros

El régimen político y la mentalidad espartana maduraron plenamente con su legislador Licurgo, mientras que en Atenas fueron necesarios varios pasos previos para sazonar el suyo, democrático. En esta ciudad- Estado, Solón solo había plantado la semilla, cuando un poco después el “populista” y sin embargo aristocrático Pisistrato se ponía al frente del proletariado urbano […]


El régimen político y la mentalidad espartana maduraron plenamente con su legislador Licurgo, mientras que en Atenas fueron necesarios varios pasos previos para sazonar el suyo, democrático.

En esta ciudad- Estado, Solón solo había plantado la semilla, cuando un poco después el “populista” y sin embargo aristocrático Pisistrato se ponía al frente del proletariado urbano y campesino para alcanzar la dictadura e imponer una reforma agraria radical, y mañosamente se convertía en el nuevo amo de Atenas.

A veces pedazos de historia se muestran contradictorios a los ojos temporarios. Así, una dictadura de paso, no ad infinitum, podría ser la partera de una futura grandeza. Verbigracia, con el dictador Pisistrato, la pérdida de la libertad de los atenienses fue el precio que debieron pagar para recibir a cambio un periodo posterior de paz, de prosperidad y equilibrio social, fundamentos de su posterior desarrollo. Esto es así y nuestra propia historia contemporánea nos brinda algunos ejemplos al respecto, en uno y otro sentido, con déspotas transitorios y otros que llegaron al gobierno para quedarse. El caso de Pisistrato es paradigmático, pues venció sin humillar.

Realizó una magnífica reforma agraria, construyó enormes obras públicas, puso las bases del poderío naval ateniense, afianzó colonias en el mediterráneo, sobre todo en las inmediaciones de ese puente marítimo que es el estrecho de los Dardanelos, el antiguo Helesponto de la Hélade clásica, que yo tuve la satisfacción de cruzar un día, y donde surgieron los primeros atisbos filosóficos.

Importante es decir que su tiranía limitó drásticamente el poder de la aristocracia, atrajo a un círculo de intelectuales, de artistas y de poetas, haciendo de Atenas el centro de la cultura y de la democracia griegas.

De esta manera las vidas de Solón y Pisistrato se trenzaron, aquél el grande legislador y éste con un talento práctico y organizativo. Raro conjunto de hombres y no obstante necesarios a la prosperidad de sus naciones.

También hoy día tenemos unos pocos ejemplos históricos.

La historiografía está de acuerdo en que la tiranía de Pisistrato hubiera sido irreprochable si no la hubiera dejado por herencia a sus dos hijos, Hipias e Hiparco, quienes fueron unos auténticos desastres. Al respecto también hay ejemplos contemporáneos, no necesariamente a título de hijos, pues pueden ser hermanos o simplemente tener entre sí un compadrazgo ideológico. El hombre es el mismo desde el principio de los tiempos. Moral e inmoral.

Después de la oscuridad dejada por los tenebrosos hijos de Pisistrato, vino la luz con el gobernante Clistenes, el verdadero impulsor de la democracia ateniense. Abolió los elementos oligárquicos (siempre egocéntricos), acabó con la división de la ciudadanía en capas sociales, sustituyéndola por la participación de todos los ciudadanos sin distinción de clases, origen o riqueza. Limitó drásticamente el poder del Areópago (congreso), para bien. Sobre el particular también hay ejemplos contemporáneos, infortunadamente para mal. Las grandes decisiones públicas las puso en un órgano superior, el Consejo de los Quinientos y la Asamblea Popular.

Ojo: Este órgano hoy día lo podemos traducir por una Asamblea Nacional Constituyente.

Continuará…

NOTA: si visitas Pueblo Bello notarás que allí tu mente piensa mejor.

Rodrigo López Barros

[email protected]