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Columnista - 7 octubre, 2017

Justos por pecadores

Tal cual reza la palabra “Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra” y en este convulsionado mundo, al cual jamás lo había visto tan cerca de una hecatombe, somos muchos los pecadores, pecar no es solo robar y matar, hay muchas maneras de hacerlo, la lista es larga. Esos pecados y errores […]

Tal cual reza la palabra “Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra” y en este convulsionado mundo, al cual jamás lo había visto tan cerca de una hecatombe, somos muchos los pecadores, pecar no es solo robar y matar, hay muchas maneras de hacerlo, la lista es larga.

Esos pecados y errores del pasado y que aun cometemos en el presente, nos están pasando la cuenta de cobro, con nuestra mano avasalladora y depredadora le hicimos tantos daños a la madre tierra, que ya no hay vuelta atrás, nunca antes nuestro planeta había tenido tantos desastres naturales uno tras otro, como tratando de decirnos a gritos: Basta ya!, no me hagan más daño, cientos de muertos por huracanes y terremotos y ciudades enteras en ruinas, el calentamiento global, la contaminación, la explotación minera en exceso, el mal uso y derroche de nuestros recursos naturales, han ocasionado este desastre que hoy estamos viviendo.

No conformes con esto, una dupla de presidentes nos tienen ad portas de la tercera guerra mundial, dos líderes que más parecen un par de niños formando pataletas, pero que en vez de pelear por un juguete, se están mostrando los dientes cual perros rabiosos en una irracional e ilógica puja de quien es el más fuerte, por cuestiones que más parecen caprichos de quinceañeras; como si fuera poco, lo preocupante del asunto son los perfiles de ambos, pues su arrogancia los lleva día tras día a hacer demostraciones explicitas de poderío militar, las cuales se están acercando peligrosamente a la candela y quien juega con fuego, se puede quemar, el problema es que pagarán justos por pecadores y un pueblo que tiene hambre como el norcoreano se vería muy afectado ante un devastador ataque militar norteamericano y obviamente el pueblo americano al igual que cualquiera, podría ser aniquilado ante un poderoso y mortal ataque nuclear, y de paso el mundo entero se vería implícito en una tercera guerra mundial, que aunque parezca mentira, está muy cerca de estallar, pues los perfiles psicológicos y las actitudes de ambos mandatarios los muestran como arrogantes, egocéntricos, autoritarios, caprichosos y hasta despiadados, cada cual en su estilo, pero sobre todo el norcoreano Kim Jong -Un, quien ha realizado actos donde demuestra su altanería y crueldad, incluso mandó a ejecutar a un Viceministro, miembro de su gobierno que se quedó dormido en medio de una alocución suya, y prefiere seguir una carrera armamentista, gastando millones y millones en tecnología militar antes de alimentar a su pueblo hambriento.

Por su parte, Donald Trump no contempla en su política el concepto del desarrollo sustentable y menos la situación irreversible y alarmante en la que se encuentra el patrimonio ambiental del planeta y aduce que la Tierra puede en todo momento recuperarse de los daños que han sido causados por el ser humano, además su casi explicito racismo que abarca incluso la construcción de un muro para “bloquear” la frontera con México, así lo demuestra. Pero algo tiene que pasar, pues la humanidad ha llegado a extremos de un irracionalismo insospechado, para no irnos tan lejos miremos lo que acaba de ocurrir en Santa Marta, donde un grupo de desadaptados, en un acto de barbarie y salvajismo lapidaron al vigilante Rafael Alejandro Viloria Franco, ante la mirada atónita e indolente de más de 50 testigos que más parecían disfrutar del macabro espectáculo.

El cambio debe comenzar en nuestros hogares, algunos padres permiten que sus hijos menores de edad, niños y adolescentes canten voz en cuello, canciones que inducen a la infidelidad y explícitamente a orgias, en donde son “felices los cuatro”, que Dios se apiade de nosotros, porque parece ser que vendrán cosas peores. @juliomceledon

Por Julio Mario Celedón

 

Columnista
7 octubre, 2017

Justos por pecadores

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Tal cual reza la palabra “Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra” y en este convulsionado mundo, al cual jamás lo había visto tan cerca de una hecatombe, somos muchos los pecadores, pecar no es solo robar y matar, hay muchas maneras de hacerlo, la lista es larga. Esos pecados y errores […]


Tal cual reza la palabra “Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra” y en este convulsionado mundo, al cual jamás lo había visto tan cerca de una hecatombe, somos muchos los pecadores, pecar no es solo robar y matar, hay muchas maneras de hacerlo, la lista es larga.

Esos pecados y errores del pasado y que aun cometemos en el presente, nos están pasando la cuenta de cobro, con nuestra mano avasalladora y depredadora le hicimos tantos daños a la madre tierra, que ya no hay vuelta atrás, nunca antes nuestro planeta había tenido tantos desastres naturales uno tras otro, como tratando de decirnos a gritos: Basta ya!, no me hagan más daño, cientos de muertos por huracanes y terremotos y ciudades enteras en ruinas, el calentamiento global, la contaminación, la explotación minera en exceso, el mal uso y derroche de nuestros recursos naturales, han ocasionado este desastre que hoy estamos viviendo.

No conformes con esto, una dupla de presidentes nos tienen ad portas de la tercera guerra mundial, dos líderes que más parecen un par de niños formando pataletas, pero que en vez de pelear por un juguete, se están mostrando los dientes cual perros rabiosos en una irracional e ilógica puja de quien es el más fuerte, por cuestiones que más parecen caprichos de quinceañeras; como si fuera poco, lo preocupante del asunto son los perfiles de ambos, pues su arrogancia los lleva día tras día a hacer demostraciones explicitas de poderío militar, las cuales se están acercando peligrosamente a la candela y quien juega con fuego, se puede quemar, el problema es que pagarán justos por pecadores y un pueblo que tiene hambre como el norcoreano se vería muy afectado ante un devastador ataque militar norteamericano y obviamente el pueblo americano al igual que cualquiera, podría ser aniquilado ante un poderoso y mortal ataque nuclear, y de paso el mundo entero se vería implícito en una tercera guerra mundial, que aunque parezca mentira, está muy cerca de estallar, pues los perfiles psicológicos y las actitudes de ambos mandatarios los muestran como arrogantes, egocéntricos, autoritarios, caprichosos y hasta despiadados, cada cual en su estilo, pero sobre todo el norcoreano Kim Jong -Un, quien ha realizado actos donde demuestra su altanería y crueldad, incluso mandó a ejecutar a un Viceministro, miembro de su gobierno que se quedó dormido en medio de una alocución suya, y prefiere seguir una carrera armamentista, gastando millones y millones en tecnología militar antes de alimentar a su pueblo hambriento.

Por su parte, Donald Trump no contempla en su política el concepto del desarrollo sustentable y menos la situación irreversible y alarmante en la que se encuentra el patrimonio ambiental del planeta y aduce que la Tierra puede en todo momento recuperarse de los daños que han sido causados por el ser humano, además su casi explicito racismo que abarca incluso la construcción de un muro para “bloquear” la frontera con México, así lo demuestra. Pero algo tiene que pasar, pues la humanidad ha llegado a extremos de un irracionalismo insospechado, para no irnos tan lejos miremos lo que acaba de ocurrir en Santa Marta, donde un grupo de desadaptados, en un acto de barbarie y salvajismo lapidaron al vigilante Rafael Alejandro Viloria Franco, ante la mirada atónita e indolente de más de 50 testigos que más parecían disfrutar del macabro espectáculo.

El cambio debe comenzar en nuestros hogares, algunos padres permiten que sus hijos menores de edad, niños y adolescentes canten voz en cuello, canciones que inducen a la infidelidad y explícitamente a orgias, en donde son “felices los cuatro”, que Dios se apiade de nosotros, porque parece ser que vendrán cosas peores. @juliomceledon

Por Julio Mario Celedón