El drama vivido en Ecuador por el futbolista vallenato Junior David Velázquez, en el que presuntamente fue estafado y abandonado en ese país por un aparente empresario, fue narrado por la madre del jugador de 19 años, registrado en el club Alianza Vallenata de la capital del Cesar.

María Patricia Ríos Vélez aseguró, “a través de un amigo nos dijeron que había una persona que llevaba jugadores a Medellín y si pasaban la prueba los transfería a Ecuador. Junior David suspendió sus estudios porque el fútbol es su sueño, lo apoyamos, lo llevamos a Medellín y lo bajamos donde una hermana, hicimos unas enormes gastos para complacerlo”.

Posteriormente, asegura la mujer, “el empresario llamado Johan Biliski Racini nos llamó para pedirnos los pasajes para viajar a Ecuador y así lo hicimos, a las dos semanas de estar allá vuelve y se comunica con nosotros para decirnos que estaban encantados con Junior David, nos advirtió que lo comparaban con Viera (Sebastián) y necesitaba hacer la nacionalización por eso le giramos dos millones de pesos, empeñé mis prendas porque queríamos respaldar el sueño de mi hijo. Nos dijo que eso salía en dos o tres meses con la ayuda de un abogado”.

Sin embargo, después llegó una cadena de solicitudes por parte del supuesto empleado en las que evidenciaba, según María Patricia Ríos Vélez, que todo iba por mal camino. “Ese señor comenzó a pedirnos plata para comida y para pagar el apartamento, nos decía que había que hacer eso porque el jugador aún no había firmado con el club Tulcán en esa misma población ecuatoriana, le preguntamos que qué aportaba él en este proceso y desde allí empezaron los problemas. Siempre nos dijo que había una demora con los papeles, posteriormente nos aseguró que ya estaban listos y le dije que me los mandara por correo porque si eran falsos comprometía a mi hijo y podría ir preso”, relató la madre del jugador.

Llamadas iban y venían, entones la situación del jugador comenzó a preocupar a sus padres. “Luego el señor desapareció, más nunca nos contestó el celular y dejó abandonado a Junior David en Ecuador. El niño estaba alojado en un apartamento que compartía con otros jugadores del Tulcán, la comida comenzó a escasear y literalmente pasó hambre, nosotros no dormíamos por la situación por la que estaba atravesando. A los pocos días volvimos a hablar con ese señor y nos decía que a él también lo habían estafado, ya lo notamos como ofendido y nos aseguró que si lo demandábamos él también tenía como defenderse”, recordó.

Un día cualquiera Junior David Velásquez amaneció decidido a retornar a Valledupar. No aguantó y resolvió armar maletas para emprender una expedición hacia su país. “Él amaneció con 30.000 pesos y con eso llegó a Ipiales (Nariño), luego habló con un chófer de bus para que lo trajera a Cali y allí sí entramos en contacto con Junior, duró casi un día sin comer y posteriormente llegó a Valledupar”, puntualizó la mujer.

Pero el caso de Junior David Velásquez no es el único pues María Patricia Ríos asegura que “allá también permanece un jugador llamado Juan Manuel Herrera que está en la misma situación, sin embargo sus padres han optado por dejarlo allá porque aún conservan la ilusión de que su hijo juegue fútbol profesional”.

Por un número suministrado por la familia del jugador, EL PILÓN intentó comunicarse con el empresario Johan Biliski Racini para conocer su postura sobre el tema, pero su celular permaneció apagado.

¿Qué dice la Liga?

Sobre el tema, el presidente de la Liga de fútbol del Cesar Niuver Daza dijo que “en el fútbol hay muchos avivatos que se aprovechan de la ingenuidad de algunos padres, hay gente que se dedican a decir que son empresarios, les pintan pajaritos en el aire a los padres del jugador y ocurren estas cosas, cuando el padre de familia autoriza que el jugador tome otro rumbo, la Liga o el club al que pertenece no puede hacer nada”.

Para la máxima autoridad del fútbol cesarense, el caso de Junior David Velásquez era desconocido para él. “En lo que llevo en el cargo, es la primera vez que conozco un caso similar.

Nibaldo Bustamante/EL PILÓN