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Columnista - 5 octubre, 2017

El juego de las encuestas

Los resultados de la más reciente encuesta realizada por Gallup y pagada por Caracol Televisión, Blu Radio y la Revista Semana, deja muchas inquietudes. La primera es que esta empresa, cuyo propietario es Jorge Londoño de la Cuesta, es cuota de política de Sergio Fajardo, según Rodrigo Lara, cuyo jefe resulta damnificado en los resultados. […]

Los resultados de la más reciente encuesta realizada por Gallup y pagada por Caracol Televisión, Blu Radio y la Revista Semana, deja muchas inquietudes. La primera es que esta empresa, cuyo propietario es Jorge Londoño de la Cuesta, es cuota de política de Sergio Fajardo, según Rodrigo Lara, cuyo jefe resulta damnificado en los resultados. La segunda es que en julio, según Cifras y Conceptos, SF tenía 8 % de intención de voto y ahora, mes y medio después, Gallup le atribuye 21 % muy por encima, incluso, de Germán Vargas, y el doble que Gustavo Petro. Una tercera observación es que SF se encuentra aún en un limbo político porque no se sabe exactamente qué va a pasar con la posible alianza entre los Verdes y el Polo.

Por otro lado, según la ficha técnica, la intención de voto solo se midió en 711 encuestas repartidas en 58 municipios, de los cuales 7 son de Antioquia (12.06 %). ¿Y por qué no se hizo la medida sobre 1.200 que fue el tamaño de la muestra? Según Gustavo Petro, 540 de los encuestados fueron escogidos en Antioquia y Santander y solo 190 en Bogotá (60.8 % de la muestra); de ser cierta esta afirmación, el 75.9 % dela intención de voto se concentraría en dos regiones, lo que dejaría sin valor probabilístico el sondeo, fundamento de una encuesta.

Hay que recordar que Bogotá es el 17 % del país. Se sabe que la mayoría de la gente es frágil al opinar sobre su intención de voto, pero siempre esperaría que se produzcan hechos políticos, sociales, económicos y hasta religiosos, para inclinar sus propósitos electorales y estos no crecen tan vertiginosamente como en este caso sucedió. Y no es que SF sea un mal elemento, al contrario, es un hombre decente, pero en este país lo que menos voto genera es la decencia. Es el colmo que gane más adeptos quien menos proponga y quien menos deje de ver sus ideas; hay que asumir compromisos mínimos. Su posición es volátil y pese a que ya ha figurado como Verde en algunas ocasiones, no ha hecho el primer compromiso con el medio ambiente y el calentamiento global, no ha asumido una posición crítica frente al modelo económico a seguir y en especial el modelo mono exportador y minero. Su apoyo al proceso de paz ha sido tímido, quizás pensando en capturar a algunos sectores de la derecha; en política, el concepto de “centro” es un burladero; tampoco ha opinado sobre el terremoto que sacude a la justicia, segmento sobre el cual debe pronunciarse todo dirigente.

Un aspecto vital para Colombia es la solución del problema agropecuario, pero SF no ha tocado este tema que espanta a tantos de la derecha. Sobre estos temas y otros más relevantes, es que la gente debe decidirse, no por la estela guía de un asteroide. Aceptar a un candidato no debería ser gratuito, debe hacerse sobre su perfil y sus propuestas, sobre todo ahora que el país está en el filo de la navaja.

Es de esperar que la gente quiera respuestas, no chácharas. Entonces, ¿de dónde salió tanto borrego desmemoriado para engordar unas encuestas? ¿Será el Alzheimer la primera causa de muerte en Colombia? Si bien SF hizo una buena alcaldía en Medellín y una aceptable gobernación, que es lo mínimo que debe hacer un mandatario, tampoco es que haya roto paradigmas. ¿Será que Gallup quiere convencer a Claudia López, a Navarro y a Robledo de que la mejor opción es SF? Así las cosas, esta encuesta no sería idónea y la lectura que podemos darle es que en la segunda vuelta la presidencia la compre el mejor postor; sería una lucha a muerte entre el grupo Sarmiento Angulo pro GV y el Sindicato Antioqueño, con el que diga Uribe o al menos el que señale Popeye, que podría ser SF quien guarda silencio. Dejad que los malos vengan a mí. No deberíamos dar un salto al vacío.

[email protected]

Por Luis Napoleón de Armas P.

Columnista
5 octubre, 2017

El juego de las encuestas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

Los resultados de la más reciente encuesta realizada por Gallup y pagada por Caracol Televisión, Blu Radio y la Revista Semana, deja muchas inquietudes. La primera es que esta empresa, cuyo propietario es Jorge Londoño de la Cuesta, es cuota de política de Sergio Fajardo, según Rodrigo Lara, cuyo jefe resulta damnificado en los resultados. […]


Los resultados de la más reciente encuesta realizada por Gallup y pagada por Caracol Televisión, Blu Radio y la Revista Semana, deja muchas inquietudes. La primera es que esta empresa, cuyo propietario es Jorge Londoño de la Cuesta, es cuota de política de Sergio Fajardo, según Rodrigo Lara, cuyo jefe resulta damnificado en los resultados. La segunda es que en julio, según Cifras y Conceptos, SF tenía 8 % de intención de voto y ahora, mes y medio después, Gallup le atribuye 21 % muy por encima, incluso, de Germán Vargas, y el doble que Gustavo Petro. Una tercera observación es que SF se encuentra aún en un limbo político porque no se sabe exactamente qué va a pasar con la posible alianza entre los Verdes y el Polo.

Por otro lado, según la ficha técnica, la intención de voto solo se midió en 711 encuestas repartidas en 58 municipios, de los cuales 7 son de Antioquia (12.06 %). ¿Y por qué no se hizo la medida sobre 1.200 que fue el tamaño de la muestra? Según Gustavo Petro, 540 de los encuestados fueron escogidos en Antioquia y Santander y solo 190 en Bogotá (60.8 % de la muestra); de ser cierta esta afirmación, el 75.9 % dela intención de voto se concentraría en dos regiones, lo que dejaría sin valor probabilístico el sondeo, fundamento de una encuesta.

Hay que recordar que Bogotá es el 17 % del país. Se sabe que la mayoría de la gente es frágil al opinar sobre su intención de voto, pero siempre esperaría que se produzcan hechos políticos, sociales, económicos y hasta religiosos, para inclinar sus propósitos electorales y estos no crecen tan vertiginosamente como en este caso sucedió. Y no es que SF sea un mal elemento, al contrario, es un hombre decente, pero en este país lo que menos voto genera es la decencia. Es el colmo que gane más adeptos quien menos proponga y quien menos deje de ver sus ideas; hay que asumir compromisos mínimos. Su posición es volátil y pese a que ya ha figurado como Verde en algunas ocasiones, no ha hecho el primer compromiso con el medio ambiente y el calentamiento global, no ha asumido una posición crítica frente al modelo económico a seguir y en especial el modelo mono exportador y minero. Su apoyo al proceso de paz ha sido tímido, quizás pensando en capturar a algunos sectores de la derecha; en política, el concepto de “centro” es un burladero; tampoco ha opinado sobre el terremoto que sacude a la justicia, segmento sobre el cual debe pronunciarse todo dirigente.

Un aspecto vital para Colombia es la solución del problema agropecuario, pero SF no ha tocado este tema que espanta a tantos de la derecha. Sobre estos temas y otros más relevantes, es que la gente debe decidirse, no por la estela guía de un asteroide. Aceptar a un candidato no debería ser gratuito, debe hacerse sobre su perfil y sus propuestas, sobre todo ahora que el país está en el filo de la navaja.

Es de esperar que la gente quiera respuestas, no chácharas. Entonces, ¿de dónde salió tanto borrego desmemoriado para engordar unas encuestas? ¿Será el Alzheimer la primera causa de muerte en Colombia? Si bien SF hizo una buena alcaldía en Medellín y una aceptable gobernación, que es lo mínimo que debe hacer un mandatario, tampoco es que haya roto paradigmas. ¿Será que Gallup quiere convencer a Claudia López, a Navarro y a Robledo de que la mejor opción es SF? Así las cosas, esta encuesta no sería idónea y la lectura que podemos darle es que en la segunda vuelta la presidencia la compre el mejor postor; sería una lucha a muerte entre el grupo Sarmiento Angulo pro GV y el Sindicato Antioqueño, con el que diga Uribe o al menos el que señale Popeye, que podría ser SF quien guarda silencio. Dejad que los malos vengan a mí. No deberíamos dar un salto al vacío.

[email protected]

Por Luis Napoleón de Armas P.