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Columnista - 24 diciembre, 2010

Vigencia del juramento hipocrático

Dr. Walter J. Arias Almenares Jaca – Huesca – España Los avances en el conocimiento médico y científico con las nuevas tecnologías ponen a prueba los ideales inspirados por el juramento Hipocrático, pero algunos principios están vigentes y otros se han actualizado con declaraciones posteriores como la de Ginebra (Asociación Médica Mundial de 1948), y […]

Dr. Walter J. Arias Almenares

Jaca – Huesca – España

Los avances en el conocimiento médico y científico con las nuevas tecnologías ponen a prueba los ideales inspirados por el juramento Hipocrático, pero algunos principios están vigentes y otros se han actualizado con declaraciones posteriores como la de Ginebra (Asociación Médica Mundial de 1948), y todos son compatibles con los códigos deontológicos.
La medicina ha sufrido una transformación con importantes cambios en la organización sanitaria. Actualmente al juramento le faltan “aspectos relacionados con los derechos de los enfermos y con la relación médico-enfermo y que está anticuado más en la forma que en el fondo”.
El Juramento establece normas para el ejercicio de la profesión, “pero actualmente tiene un valor simbólico, porque las reglas las marca la normativa legal”. El juramento convive con las normas de deontología promulgadas por los colegios y las asociaciones profesionales, sin olvidar que las normativas pueden ser muy diferentes en cada país y es difícil mantener un mismo punto de vista.

JURAMENTO HIPOCRÁTICO:

“Juro por Apolo, médico, por Asclepios, y por Higía y Panacea, y por todos los dioses y diosas del Olimpo, tomándolos por testigo, cumplir este juramento según mi capacidad y mi conciencia:
Tendré al que me enseñó este arte en la misma estimación que a mis padres, compartiré mis bienes con él y, si lo necesitara, le ayudaré con mis bienes. Consideraré a sus hijos como si fueran mis hermanos y, si desean aprender el arte médico, se lo enseñaré sin exigirles pago. A mis hijos, a los hijos de mi maestro y a los que se obligaran con el juramento, y a nadie más, les enseñaré los preceptos, lecciones y práctica. Aplicaré mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie sugeriré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo. Viviré y ejerceré siempre mi arte en pureza y santidad. No practicaré la cirugía en los que sufren de cálculos, antes bien dejaré esa operación a los que se dedican a ella.
Siempre que entrare en una casa, lo haré para bien del enfermo. Me abstendré de toda mala acción o injusticia y, en particular, de tener relaciones eróticas con mujeres o con hombres, ya sean libres o esclavos. Guardaré silencio sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga, que se refiera a la vida de los hombres y que no deba ser divulgado. Mantendré en secreto todo lo que pudiera ser vergonzoso si lo supiera la gente. Si fuera fiel a este juramento y no lo violara, que se me conceda gozar de mi vida y de mi arte, y ser honrado para siempre. Si lo quebrantara y jurara en falso, que me suceda lo contrario”.

Médico Especialista.

Columnista
24 diciembre, 2010

Vigencia del juramento hipocrático

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Walter José Arias Almenares

Dr. Walter J. Arias Almenares Jaca – Huesca – España Los avances en el conocimiento médico y científico con las nuevas tecnologías ponen a prueba los ideales inspirados por el juramento Hipocrático, pero algunos principios están vigentes y otros se han actualizado con declaraciones posteriores como la de Ginebra (Asociación Médica Mundial de 1948), y […]


Dr. Walter J. Arias Almenares

Jaca – Huesca – España

Los avances en el conocimiento médico y científico con las nuevas tecnologías ponen a prueba los ideales inspirados por el juramento Hipocrático, pero algunos principios están vigentes y otros se han actualizado con declaraciones posteriores como la de Ginebra (Asociación Médica Mundial de 1948), y todos son compatibles con los códigos deontológicos.
La medicina ha sufrido una transformación con importantes cambios en la organización sanitaria. Actualmente al juramento le faltan “aspectos relacionados con los derechos de los enfermos y con la relación médico-enfermo y que está anticuado más en la forma que en el fondo”.
El Juramento establece normas para el ejercicio de la profesión, “pero actualmente tiene un valor simbólico, porque las reglas las marca la normativa legal”. El juramento convive con las normas de deontología promulgadas por los colegios y las asociaciones profesionales, sin olvidar que las normativas pueden ser muy diferentes en cada país y es difícil mantener un mismo punto de vista.

JURAMENTO HIPOCRÁTICO:

“Juro por Apolo, médico, por Asclepios, y por Higía y Panacea, y por todos los dioses y diosas del Olimpo, tomándolos por testigo, cumplir este juramento según mi capacidad y mi conciencia:
Tendré al que me enseñó este arte en la misma estimación que a mis padres, compartiré mis bienes con él y, si lo necesitara, le ayudaré con mis bienes. Consideraré a sus hijos como si fueran mis hermanos y, si desean aprender el arte médico, se lo enseñaré sin exigirles pago. A mis hijos, a los hijos de mi maestro y a los que se obligaran con el juramento, y a nadie más, les enseñaré los preceptos, lecciones y práctica. Aplicaré mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie sugeriré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo. Viviré y ejerceré siempre mi arte en pureza y santidad. No practicaré la cirugía en los que sufren de cálculos, antes bien dejaré esa operación a los que se dedican a ella.
Siempre que entrare en una casa, lo haré para bien del enfermo. Me abstendré de toda mala acción o injusticia y, en particular, de tener relaciones eróticas con mujeres o con hombres, ya sean libres o esclavos. Guardaré silencio sobre lo que, en mi consulta o fuera de ella, vea u oiga, que se refiera a la vida de los hombres y que no deba ser divulgado. Mantendré en secreto todo lo que pudiera ser vergonzoso si lo supiera la gente. Si fuera fiel a este juramento y no lo violara, que se me conceda gozar de mi vida y de mi arte, y ser honrado para siempre. Si lo quebrantara y jurara en falso, que me suceda lo contrario”.

Médico Especialista.