En La Guajira rendían plegaria al cielo. Hace mucho no llovía y la sed ‘ahogaba’ los cultivos y los animales.
Parece que los ruegos hicieron efecto, pero la lluvia que cayó al sur del departamento llegó acompañada de brisas, truenos y hasta granizo.
Por esa razón, autoridades de El Molino buscan una solución que respalde un centenar de familias que terminaron afectadas tras el paso del fuerte vendaval.

Una de las más afectadas fue María Elena Romero, quien residía con sus cinco hijos en su humilde hogar. “Yo me encontraba aquí en la casa, con mis cinco hijos y mi esposo cuando de repente se nos vino un vendaval que nos destruyó completamente todo; se llevó la madera y el techo”.
La ropa quedó mojada, sobre unos canastos, las láminas de zinc que protegían la vivienda cayeron sobre las camas y el piso, y las esperanzas de María Elena de volver a construir sus sueños están truncadas.
Siete en total fueron los barrios averiados por las brisas y la granizada sentida el pasado jueves en esta localidad. Así lo explicó Gustavo Rodríguez, otro habitante afectado: “Yo estaba sentado cuando de pronto sentí que la puerta del patio se me abrió y en seguida vino la lluvia”.
Hace algunos días se había presentado un aguacero que dejó similares características; casas destechadas, paredes en los suelos, árboles derribados, entre otras acciones que según las autoridades se producen por un frente frío que llegó del mar Caribe.
“En el vendaval fueron afectadas 100 familias, de las cuales hay evidencia y se pueden apreciar a simple vista”, señaló Gilber Jiménez, operario de la Cruz Roja.
Tras el suceso, tanto la Alcaldía de El Molino como la oficina de Gestión de Riesgo de la Gobernación de La Guajira se hicieron presentes en la zona afectada.
Cabe señalar que, mientras en el sur de La Guajira al norte del departamento no llueve. Hace algunos días los alcaldes de Uribia, Manaure, Riohacha, y Albania fueron declararlos en estado de calamidad pública, debido a que hace más de cinco meses, el agua no llega a varios sectores de las poblaciones.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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