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Columnista - 20 junio, 2014

Rescatemos el vallenato de mensaje

Son varios los estudiosos de nuestro folclor quienes afirman que la gran ventaja que le lleva la música vallenata a otros géneros del caribe y de América Latina consiste en que en ella predomina la letra ante lo instrumental, por ejemplo Julio Oñate Martínez afirma en su obra el ABC del Vallenato que: “Sin lugar […]

Son varios los estudiosos de nuestro folclor quienes afirman que la gran ventaja que le lleva la música vallenata a otros géneros del caribe y de América Latina consiste en que en ella predomina la letra ante lo instrumental, por ejemplo Julio Oñate Martínez afirma en su obra el ABC del Vallenato que: “Sin lugar a dudas la música folclórica más importante que en este momento tiene Colombia es la vallenata, y esto se debe fundamentalmente a su preocupación por comunicar un mensaje.”

Y es que cuando usted le pregunta a un foráneo que escuchó vallenato de las décadas de los 70 y 80 sobre que es esta música, seguramente le va a responder es una poesía cantada, en la misma obra señalada se dice: “es requisito de la poesía musical que tenga mensaje y, por consiguiente la música folclórica debe tenerlo. Y en esto, la música vallenata le gana en dimensión y contenido a todos los folclores de América Latina”

El grave error de muchos compositores vallenatos contemporáneos ha consistido en dejarse llevar por los embelecos de la comercialización y el mercado, y las influencias que han tenido los éxitos fugaces de otros géneros que suenan en la región, verbigracia el merengue dominicano en épocas pasadas y ahora el reguetón y la champeta.

Si recordamos lo que se grababa en la época dorada de nuestra música, nos daremos cuenta que de diez canciones de un LP el setenta u ochenta por ciento eran canciones de ritmos suaves y con mensajes profundos de corte narrativo y poético, mientras hoy los intérpretes y las disqueras prefieren aquellos aires alegres que invitan al baile sin importar el mensaje y contenido, que en ocasiones suele ser escueto, contradictorio y a veces hasta vulgar.

Respeto profundamente a quienes piensan que la ventaja de nuestro folclor y su permanencia en los primeros lugares de popularidad en el País, consiste en su capacidad de adaptación a los tiempos modernos y en saber interpretar lo que quieren escuchar los jóvenes de cada época, pero no comparto la tesis de que sacrifiquemos la esencia y el valor principalísimo de nuestra música, en aras de mantenernos y darnos a conocer en otras latitudes; porque por ese camino también podemos fácilmente desaparecer, como ya lo han hecho otros géneros.

Dejo claro que me gusta el vallenato bailable, picaresco y alegre; pero no por ello debemos abandonar la principal y más importante característica de nuestra música, que sin duda es y debe seguir siendo la narrativa costumbrista y la poesía musical, luego se requiere hacer causa común entre intérpretes y compositores en este propósito.

Columnista
20 junio, 2014

Rescatemos el vallenato de mensaje

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Son varios los estudiosos de nuestro folclor quienes afirman que la gran ventaja que le lleva la música vallenata a otros géneros del caribe y de América Latina consiste en que en ella predomina la letra ante lo instrumental, por ejemplo Julio Oñate Martínez afirma en su obra el ABC del Vallenato que: “Sin lugar […]


Son varios los estudiosos de nuestro folclor quienes afirman que la gran ventaja que le lleva la música vallenata a otros géneros del caribe y de América Latina consiste en que en ella predomina la letra ante lo instrumental, por ejemplo Julio Oñate Martínez afirma en su obra el ABC del Vallenato que: “Sin lugar a dudas la música folclórica más importante que en este momento tiene Colombia es la vallenata, y esto se debe fundamentalmente a su preocupación por comunicar un mensaje.”

Y es que cuando usted le pregunta a un foráneo que escuchó vallenato de las décadas de los 70 y 80 sobre que es esta música, seguramente le va a responder es una poesía cantada, en la misma obra señalada se dice: “es requisito de la poesía musical que tenga mensaje y, por consiguiente la música folclórica debe tenerlo. Y en esto, la música vallenata le gana en dimensión y contenido a todos los folclores de América Latina”

El grave error de muchos compositores vallenatos contemporáneos ha consistido en dejarse llevar por los embelecos de la comercialización y el mercado, y las influencias que han tenido los éxitos fugaces de otros géneros que suenan en la región, verbigracia el merengue dominicano en épocas pasadas y ahora el reguetón y la champeta.

Si recordamos lo que se grababa en la época dorada de nuestra música, nos daremos cuenta que de diez canciones de un LP el setenta u ochenta por ciento eran canciones de ritmos suaves y con mensajes profundos de corte narrativo y poético, mientras hoy los intérpretes y las disqueras prefieren aquellos aires alegres que invitan al baile sin importar el mensaje y contenido, que en ocasiones suele ser escueto, contradictorio y a veces hasta vulgar.

Respeto profundamente a quienes piensan que la ventaja de nuestro folclor y su permanencia en los primeros lugares de popularidad en el País, consiste en su capacidad de adaptación a los tiempos modernos y en saber interpretar lo que quieren escuchar los jóvenes de cada época, pero no comparto la tesis de que sacrifiquemos la esencia y el valor principalísimo de nuestra música, en aras de mantenernos y darnos a conocer en otras latitudes; porque por ese camino también podemos fácilmente desaparecer, como ya lo han hecho otros géneros.

Dejo claro que me gusta el vallenato bailable, picaresco y alegre; pero no por ello debemos abandonar la principal y más importante característica de nuestra música, que sin duda es y debe seguir siendo la narrativa costumbrista y la poesía musical, luego se requiere hacer causa común entre intérpretes y compositores en este propósito.