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Columnista - 3 marzo, 2015

Maduro y sus falsas acusaciones

El desastroso gobierno de Nicolás Maduro, cada vez que se presenta una crisis institucional en Venezuela, ha cogido por moda extender una cortina de humo para ocultar la verdadera realidad del país sometido a abusos y atrocidades por parte de un Estado inoperante, que viola el derecho a la libre expresión, persigue a sus opositores […]

El desastroso gobierno de Nicolás Maduro, cada vez que se presenta una crisis institucional en Venezuela, ha cogido por moda extender una cortina de humo para ocultar la verdadera realidad del país sometido a abusos y atrocidades por parte de un Estado inoperante, que viola el derecho a la libre expresión, persigue a sus opositores y termina asesinando a jóvenes universitarios y a adolescentes como el niño de 14 años que murió la semana pasada producto de un disparo en la cabeza por parte de un policía.

Al igual que antes, Maduro, acorralado por su ineficiencia, sin recursos económicos para responder ante las necesidades del pueblo venezolano, sin credibilidad internacional y sin ningún recurso lingüístico que lo muestre como un estadista serio que sabe explicar hacia donde se dirige Venezuela, acude a la misma estrategia de siempre, de gritar sin necesidad a los cuatro vientos, que paramilitares colombianos están intentando llegar a varias ciudades fronterizas de Venezuela para generar violencia y derrocarlo.

El problema no es que Maduro, al hablar barbaridades, mienta y acabe perdiéndose en laberintos lexicales que son objeto de chistes y ridiculizaciones planetarias; el gran problema, aunque la mayoría no le crea, es que para sustentar sus acusaciones, termina por poner en riesgo la vida de muchos colombianos buenos y honestos que viven en Venezuela, quienes se quejan de persecuciones y atentados contra sus vidas, pues en el afán del gobierno de buscar culpables, terminan por acusarlos de paramilitares, encarcelando a gente buena y trabajadora que a pesar de ser extranjera, aporta su trabajo para el desarrollo del hermano país.

Semanalmente muchos cesarenses y guajiros viajan a Venezuela para cursar estudios de maestría y doctorados en prestigiosas universidades; son cientos de colombianos decentes que creen en la educación como herramienta de superación y progreso, son hombres y mujeres que están en riesgo de ser atacados, apresados y maltratados como ya ha ocurrido antes, porque Maduro necesita un chivo expiatorio para validar sus mentiras y con ello despertar un falso nacionalismo que puede desembocar en violencia hacia miles de colombianos que comparten desde hace más de dos centurias una frontera en la que se ha construido hermandad y lazos fuertes de comercio y convivencia.

Los venezolanos que cruzan la frontera, cada día llegan más a Colombia y son recibidos sin estigmas ni ningún tipo de prevención. Aquí encuentran oportunidades como hermanos que son, igual que muchos colombianos han encontrado oportunidades allá. Así ha sido y debe seguir siendo, sin amenazas, ni estigmatizaciones que pongan en riesgo la integridad de quienes viajan, por un simple capricho de poder de un presidente que no está preparado para llevar las riendas de un país tan hermoso como Venezuela.
@Oscararizadaza

Columnista
3 marzo, 2015

Maduro y sus falsas acusaciones

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Oscar Ariza Daza

El desastroso gobierno de Nicolás Maduro, cada vez que se presenta una crisis institucional en Venezuela, ha cogido por moda extender una cortina de humo para ocultar la verdadera realidad del país sometido a abusos y atrocidades por parte de un Estado inoperante, que viola el derecho a la libre expresión, persigue a sus opositores […]


El desastroso gobierno de Nicolás Maduro, cada vez que se presenta una crisis institucional en Venezuela, ha cogido por moda extender una cortina de humo para ocultar la verdadera realidad del país sometido a abusos y atrocidades por parte de un Estado inoperante, que viola el derecho a la libre expresión, persigue a sus opositores y termina asesinando a jóvenes universitarios y a adolescentes como el niño de 14 años que murió la semana pasada producto de un disparo en la cabeza por parte de un policía.

Al igual que antes, Maduro, acorralado por su ineficiencia, sin recursos económicos para responder ante las necesidades del pueblo venezolano, sin credibilidad internacional y sin ningún recurso lingüístico que lo muestre como un estadista serio que sabe explicar hacia donde se dirige Venezuela, acude a la misma estrategia de siempre, de gritar sin necesidad a los cuatro vientos, que paramilitares colombianos están intentando llegar a varias ciudades fronterizas de Venezuela para generar violencia y derrocarlo.

El problema no es que Maduro, al hablar barbaridades, mienta y acabe perdiéndose en laberintos lexicales que son objeto de chistes y ridiculizaciones planetarias; el gran problema, aunque la mayoría no le crea, es que para sustentar sus acusaciones, termina por poner en riesgo la vida de muchos colombianos buenos y honestos que viven en Venezuela, quienes se quejan de persecuciones y atentados contra sus vidas, pues en el afán del gobierno de buscar culpables, terminan por acusarlos de paramilitares, encarcelando a gente buena y trabajadora que a pesar de ser extranjera, aporta su trabajo para el desarrollo del hermano país.

Semanalmente muchos cesarenses y guajiros viajan a Venezuela para cursar estudios de maestría y doctorados en prestigiosas universidades; son cientos de colombianos decentes que creen en la educación como herramienta de superación y progreso, son hombres y mujeres que están en riesgo de ser atacados, apresados y maltratados como ya ha ocurrido antes, porque Maduro necesita un chivo expiatorio para validar sus mentiras y con ello despertar un falso nacionalismo que puede desembocar en violencia hacia miles de colombianos que comparten desde hace más de dos centurias una frontera en la que se ha construido hermandad y lazos fuertes de comercio y convivencia.

Los venezolanos que cruzan la frontera, cada día llegan más a Colombia y son recibidos sin estigmas ni ningún tipo de prevención. Aquí encuentran oportunidades como hermanos que son, igual que muchos colombianos han encontrado oportunidades allá. Así ha sido y debe seguir siendo, sin amenazas, ni estigmatizaciones que pongan en riesgo la integridad de quienes viajan, por un simple capricho de poder de un presidente que no está preparado para llevar las riendas de un país tan hermoso como Venezuela.
@Oscararizadaza