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Columnista - 6 marzo, 2015

El problema económico de los Festivales

Como prometí en la columna anterior continuaré con el tema de las propuestas para que los Festivales Vallenatos retomen su rumbo y no sigan por el camino del descalabro, como les ha ocurrido a muchos, que incluso ya es casi imposible tratar de revivir. Ya he mencionado en otras entregas y hoy lo reitero que […]

Como prometí en la columna anterior continuaré con el tema de las propuestas para que los Festivales Vallenatos retomen su rumbo y no sigan por el camino del descalabro, como les ha ocurrido a muchos, que incluso ya es casi imposible tratar de revivir.

Ya he mencionado en otras entregas y hoy lo reitero que tal vez uno de los problemas más estructurales y de fondo que aqueja a casi todos los Festivales consiste en su precaria forma de financiación, que en la mayoría de los casos, depende exclusivamente de apoyo estatal local.

Las fundaciones, corporaciones o cualquier tipo de organización dedicada a darle vida a un Festival Vallenato se acostumbraron a depender de los aportes de papá gobierno y solo a escasos meses o días de la fecha señalada, acuden como borregos a la oficina del Alcalde a pedir la consabida cuota para cubrir casi el monto total del presupuesto del Festival, así que depende del estado de ánimo del Alcalde, de quienes son aquellas personas que lideran la organización y si estas pertenecen al grupo político del mandatario, depende también si estamos en temporada electoral a quien están apoyando los organizadores.

Dicho de otra forma, la dependencia absoluta de la voluntad de un político pone en grave riesgo la continuidad y supervivencia de estos eventos, por lo tanto lo que los festivales vallenatos tienen que hacer es ingeniarse fórmulas para generar ingresos propios y no depender de la voluntad política del mandatario local de turno, eso al parecer los dos únicos festivales que lo están haciendo son el Festival de la Leyenda Vallenata y el Festival Francisco el Hombre de Riohacha.

Por allá por la década de los 80 se cambió la forma de organizar los festivales, antes solo los concursos se hacían en plaza pública y totalmente gratuitos, porque las presentaciones de los artistas profesionales se realizaban en casetas privadas, algunas organizadas por la misma fundación y otras por empresarios particulares que le hacían aporte a la organización del festival.

Como acostumbramos a la gente a traerles artistas famosos y costosos totalmente gratis, es ese el rubro que se lleva la mayor parte de los recursos de un festival, luego entonces lo que hay que hacer es regresar al sistema de espectáculos privados y que la gente pague por ver sus artistas preferidos, y en plaza pública solo hacer presentaciones muy cortas de estos para que la comunidad pagando entradas también apoye al evento folclórico y cultural, allí se encuentra una forma de financiación casi inexplorada, amén de otras que también hay que buscar y con tiempo.

Columnista
6 marzo, 2015

El problema económico de los Festivales

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Como prometí en la columna anterior continuaré con el tema de las propuestas para que los Festivales Vallenatos retomen su rumbo y no sigan por el camino del descalabro, como les ha ocurrido a muchos, que incluso ya es casi imposible tratar de revivir. Ya he mencionado en otras entregas y hoy lo reitero que […]


Como prometí en la columna anterior continuaré con el tema de las propuestas para que los Festivales Vallenatos retomen su rumbo y no sigan por el camino del descalabro, como les ha ocurrido a muchos, que incluso ya es casi imposible tratar de revivir.

Ya he mencionado en otras entregas y hoy lo reitero que tal vez uno de los problemas más estructurales y de fondo que aqueja a casi todos los Festivales consiste en su precaria forma de financiación, que en la mayoría de los casos, depende exclusivamente de apoyo estatal local.

Las fundaciones, corporaciones o cualquier tipo de organización dedicada a darle vida a un Festival Vallenato se acostumbraron a depender de los aportes de papá gobierno y solo a escasos meses o días de la fecha señalada, acuden como borregos a la oficina del Alcalde a pedir la consabida cuota para cubrir casi el monto total del presupuesto del Festival, así que depende del estado de ánimo del Alcalde, de quienes son aquellas personas que lideran la organización y si estas pertenecen al grupo político del mandatario, depende también si estamos en temporada electoral a quien están apoyando los organizadores.

Dicho de otra forma, la dependencia absoluta de la voluntad de un político pone en grave riesgo la continuidad y supervivencia de estos eventos, por lo tanto lo que los festivales vallenatos tienen que hacer es ingeniarse fórmulas para generar ingresos propios y no depender de la voluntad política del mandatario local de turno, eso al parecer los dos únicos festivales que lo están haciendo son el Festival de la Leyenda Vallenata y el Festival Francisco el Hombre de Riohacha.

Por allá por la década de los 80 se cambió la forma de organizar los festivales, antes solo los concursos se hacían en plaza pública y totalmente gratuitos, porque las presentaciones de los artistas profesionales se realizaban en casetas privadas, algunas organizadas por la misma fundación y otras por empresarios particulares que le hacían aporte a la organización del festival.

Como acostumbramos a la gente a traerles artistas famosos y costosos totalmente gratis, es ese el rubro que se lleva la mayor parte de los recursos de un festival, luego entonces lo que hay que hacer es regresar al sistema de espectáculos privados y que la gente pague por ver sus artistas preferidos, y en plaza pública solo hacer presentaciones muy cortas de estos para que la comunidad pagando entradas también apoye al evento folclórico y cultural, allí se encuentra una forma de financiación casi inexplorada, amén de otras que también hay que buscar y con tiempo.