Sin duda, EL PILÓN ha sido el mayor esfuerzo mediático impreso de la región; sus páginas han estado sintonizadas con el querer de la vallenatía, presentando los hechos que antes no se conocían, sin genuflexiones, ojalá, ante los dueños de la pauta comercial y del poder político. EL PILÓN ha sido como la pieza que le faltaba al que hacer local y regional en la cual cada mañana esperamos medir el ADN de la información de la cultura, del folclor, de la política, de los problemas ciudadanos y de los tropiezos y avances de sus soluciones. Hoy, veinte años después, la vida de los vallenatos sin EL PILÓN, ya no sería la misma, su historia no fluiría sin las crónicas y reflexiones a que estamos acostumbrados. Fundar un periódico no es cosa fácil, y mucho menos sostenerlo en el tiempo, sobre todo cuando no se tienen los medios económicos; puede decirse que esta es una osadía. El nacimiento de este diario, fue la concreción del sueño de un puñado de visionarios conducidos por Dickson Quiroz, ese abogado en cuyo cuerpo vive un periodista y sobre todo un hombre cívico, un vallenato que ama a su terruño y que ya puede morir tranquilo porque además de tener hijos, escribir libros y sembrar árboles, como dice el adagio popular, fundó un periódico. Muchos periodistas han dejado aquí, su impronta, como el inmolado Guzmán Quintero; a muchos columnistas les han abierto sus páginas para que expresen sus opiniones sin limitaciones ideológicas ni de credos. Como columnista desde hace 14 años doy plena fe de que jamás se me han quitado una sola coma a las apreciaciones y comentarios sobre los diferentes tópicos que he tratado acerca de la cosa pública y la privada. Ha sido para mí, un espacio de reflexión y debate, y al tiempo, una escuela de aprendizaje que me ha inducido a la investigación social. Hoy, EL PILÓN hace parte del patrimonio cultural de la región y de sus vivencias, que se sostiene a fuerza de coraje; la crisis de los medios impresos a nivel mundial es patética, ya no son un negocio; EL PILÓN no ha sido la excepción pero ahí sigue, más como una voluntad de servicio que como una empresa rentable. Este esfuerzo requiere el apoyo de toda la sociedad civil, del sector privado y del público. Desde esta página, felicito a los accionistas y dirigentes de EL PILÓN y les pido que sigan adelante con esta encomiable e ingrata y hoy peligrosa tarea, la de informar con objetividad, analizando los hechos de la vida local y regional. Eso sí, creo necesario replantear la nómina de columnistas, incluyendo mi nombre. [email protected]