La ideología de género es el nuevo movimiento feminista, el cual propende por la “desconstrucción social” de conceptos básicos de toda organización social tales como: La familia, la religión y la educación, y cuyo fundamento ideológico estriba en la llamada “Perspectiva de género”, que considera que el género es una construcción de roles sociales y no la simple diferencia de sexos.
En este sentido sus activistas expresan que no hay características que le sean exclusivas a un solo sexo, ni siquiera en el ser psíquico de la persona. A diferencia del feminismo de equidad que quiere para la mujer lo que quiere para todos, el feminismo de género va mucho más allá, pues pretende liberar a la mujer del sistema patriarcal que la oprime y que se remonta a las primeras formas de familia, en las que la confrontación de intereses tuvo al núcleo familiar como escenario en el que la mujer fue oprimida por el varón. (Ver ‘El origen de la familia la propiedad privada y el Estado’ de F.Engels). La diferencia de sexos desde el punto de vista natural, para esta corriente es fuente de discriminación, por lo que considera que el “enemigo” está justamente en la diferencia. Debe considerarse al ser humano como “sexualmente neutral” y dejarlo en absoluta libertad, sin ataduras de orden religioso, para que defina lo que quiere ser. Para que ello sea posible, proponen que la mujer tenga mayor control de sus cuerpos (libertad para decidir libremente sobre el aborto), su tiempo de trabajo (solicitar al Gobierno apoyo económico para cuidar de los niños), y plena libertad sexual que incluye el derecho a la libre elección de la pareja.
Pero si usted, que lee con sumo interés este artículo, cree que todo lo aquí expresado está distante de lo que ocurre en nuestro país y nuestra sociedad, le invito a que le dé un vistazo a la agenda legislativa del Congreso de estos dos últimos años, y lea con detenimiento el Artículo 12 del Código de la Infancia y la Adolescencia que expresa: “Se entiende por perspectiva de género el reconocimiento a las diferencias sociales, biológicas y psicológicas en las relaciones entre las personas según su sexo, la edad, la etnia y el rol que desempeñan en la familia y en el grupo social. Esta perspectiva se debe tener en cuenta en la aplicación de este Código, en todos los ámbitos en donde se desenvuelvan los niños, las niñas y los adolescentes, para alcanzar la equidad”. ¿Acaso estamos ya en los tiempos de la parusía?