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Columnista - 10 septiembre, 2014

Despelote en el Tránsito de Valledupar

Los conductores y dueños de vehículos ya no resisten más y están exigiendo un remezón en el Tránsito de Valledupar, para que `cese la horrible noche` de la vulneración a sus derechos. Las quejas de los usuarios son diarias y aseguran que la oficina de Tránsito de la ciudad se ha convertido en un sitio […]

Los conductores y dueños de vehículos ya no resisten más y están exigiendo un remezón en el Tránsito de Valledupar, para que `cese la horrible noche` de la vulneración a sus derechos.

Las quejas de los usuarios son diarias y aseguran que la oficina de Tránsito de la ciudad se ha convertido en un sitio en donde se puede esperar que pase cualquier cosa, pero en detrimento de los ciudadanos de bien.

Inclusive, la Juez Tercero Penal Municipal para la Adolescencia con Funciones de Control de Garantías de Valledupar, Sandra Belén Herrera Clavijo, ha advertido su preocupación por la forma como el Secretario de Tránsito o el Inspector de Tránsito Municipal, Cecil Alfonso Cuao Araujo, cometen omisiones que desdicen de una oficina como la que hoy es cuestionada por quienes por algún motivo tienen que acudir a hacer un trámite allí.

Incluso, los usuarios temen que pueda existir la grave anomalía que hoy ocurre en Bogotá, porque los medios masivos de comunicación han dado a conocer grabaciones en donde funcionarios del Distrito le exigen a la Policía Nacional que deben hacer hasta 5 mil comparendos diarios.

Semejante realidad atenta contra todos los esquemas de seriedad, honradez y transparencia para una ciudad como Valledupar que no sale de su aparatoso y compulsivo trastorno total de movilidad. “Algo hay en el canto de la cabuya”, decía siempre mi abuelo Alejandro Cotes Oñate, cuando se refería a que algo funcionaba mal, como presuntamente ocurre en esa entidad.
La evidencia de que algo “huele mal”, como dicen mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan cuando ven que algo no funciona bien, abre la escalofriante insinuación de que la Procuraduría Regional del Cesar junto con la Fiscalía promuevan investigaciones para descifrar varias hipótesis que se pregonan en el azare diario, en las oficinas del Tránsito de Valledupar. Se afirma que corren millones por los pasillos, por Dios.

¿Es cierto que no coincide el número de comparendos por alcoholemia que entrega la Policía Nacional? ¿Es sencillo “arreglar” un comparendo por alcoholemia en el Tránsito de la ciudad?, o ¿es mucho más sencillo “arreglar” los rutinarios? ¿Por qué nunca se ha dado a conocer una cifra (del Tránsito) sobre alcoholemia ni cuántos infractores han sido sancionados?, ¿qué cantidad de dinero ingresa al Tránsito por esas sanciones?, o es que ¿la burocracia rampante consume la entidad?, ¡María Santísima!, ¿qué es lo que pasa?
Lo otro que denuncian los usuarios tiene que ver con la falta de garantías que se le brindan a los infractores y señalan que “violan el debido proceso” en cada caso.

Incluso, hay informaciones oficiales que señalan que hay una desmedida intención de hacerles daño a los usuarios, porque en el Tránsito de Valledupar suben al SIMIT sanciones que nunca han existido.

Igual, los derechos de petición son hábilmente violados flagrantemente en cada oficina del Tránsito y pareciera que se burlan de los accionantes.

En un reciente fallo de Tutela, la Juez Sandra Belén Herrera Clavijo, le advirtió al Secretario de Tránsito y al Inspector Cuajo Araujo, “que no siga incurriendo en omisiones que como el presente generan el inicio de acciones de tutela y de lo que reiteradamente venimos observando la misma vulneración al derecho fundamental de petición con diferentes usuarios”, concluyó la Juez. Hasta la próxima semana. [email protected]

Columnista
10 septiembre, 2014

Despelote en el Tránsito de Valledupar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Aquilino Cotes Zuleta

Los conductores y dueños de vehículos ya no resisten más y están exigiendo un remezón en el Tránsito de Valledupar, para que `cese la horrible noche` de la vulneración a sus derechos. Las quejas de los usuarios son diarias y aseguran que la oficina de Tránsito de la ciudad se ha convertido en un sitio […]


Los conductores y dueños de vehículos ya no resisten más y están exigiendo un remezón en el Tránsito de Valledupar, para que `cese la horrible noche` de la vulneración a sus derechos.

Las quejas de los usuarios son diarias y aseguran que la oficina de Tránsito de la ciudad se ha convertido en un sitio en donde se puede esperar que pase cualquier cosa, pero en detrimento de los ciudadanos de bien.

Inclusive, la Juez Tercero Penal Municipal para la Adolescencia con Funciones de Control de Garantías de Valledupar, Sandra Belén Herrera Clavijo, ha advertido su preocupación por la forma como el Secretario de Tránsito o el Inspector de Tránsito Municipal, Cecil Alfonso Cuao Araujo, cometen omisiones que desdicen de una oficina como la que hoy es cuestionada por quienes por algún motivo tienen que acudir a hacer un trámite allí.

Incluso, los usuarios temen que pueda existir la grave anomalía que hoy ocurre en Bogotá, porque los medios masivos de comunicación han dado a conocer grabaciones en donde funcionarios del Distrito le exigen a la Policía Nacional que deben hacer hasta 5 mil comparendos diarios.

Semejante realidad atenta contra todos los esquemas de seriedad, honradez y transparencia para una ciudad como Valledupar que no sale de su aparatoso y compulsivo trastorno total de movilidad. “Algo hay en el canto de la cabuya”, decía siempre mi abuelo Alejandro Cotes Oñate, cuando se refería a que algo funcionaba mal, como presuntamente ocurre en esa entidad.
La evidencia de que algo “huele mal”, como dicen mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan cuando ven que algo no funciona bien, abre la escalofriante insinuación de que la Procuraduría Regional del Cesar junto con la Fiscalía promuevan investigaciones para descifrar varias hipótesis que se pregonan en el azare diario, en las oficinas del Tránsito de Valledupar. Se afirma que corren millones por los pasillos, por Dios.

¿Es cierto que no coincide el número de comparendos por alcoholemia que entrega la Policía Nacional? ¿Es sencillo “arreglar” un comparendo por alcoholemia en el Tránsito de la ciudad?, o ¿es mucho más sencillo “arreglar” los rutinarios? ¿Por qué nunca se ha dado a conocer una cifra (del Tránsito) sobre alcoholemia ni cuántos infractores han sido sancionados?, ¿qué cantidad de dinero ingresa al Tránsito por esas sanciones?, o es que ¿la burocracia rampante consume la entidad?, ¡María Santísima!, ¿qué es lo que pasa?
Lo otro que denuncian los usuarios tiene que ver con la falta de garantías que se le brindan a los infractores y señalan que “violan el debido proceso” en cada caso.

Incluso, hay informaciones oficiales que señalan que hay una desmedida intención de hacerles daño a los usuarios, porque en el Tránsito de Valledupar suben al SIMIT sanciones que nunca han existido.

Igual, los derechos de petición son hábilmente violados flagrantemente en cada oficina del Tránsito y pareciera que se burlan de los accionantes.

En un reciente fallo de Tutela, la Juez Sandra Belén Herrera Clavijo, le advirtió al Secretario de Tránsito y al Inspector Cuajo Araujo, “que no siga incurriendo en omisiones que como el presente generan el inicio de acciones de tutela y de lo que reiteradamente venimos observando la misma vulneración al derecho fundamental de petición con diferentes usuarios”, concluyó la Juez. Hasta la próxima semana. [email protected]