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Deportes - 27 agosto, 2014

Cesarenses que imparten justicia en el campo de juego

La formación de jueces de fútbol en el departamento se viene dando hace 55 años en el colegio de árbitros del Cesar.

Keiner Jiménez (centro), árbitro central profesional de la Categoría B. EL PILÓN/Cortesía
Keiner Jiménez (centro), árbitro central profesional de la Categoría B. EL PILÓN/Cortesía

Para que un partido de fútbol sea legítimo se necesita la figura del árbitro quien es el que imparte justicia, aunque en algunos casos suela equivocarse, es él el encargado de direccionar el encuentro entre dos equipos.
En el Cesar, el colegio de árbitros de este departamento se encarga de formar a los jóvenes que quieren estar en las canchas haciendo un papel que en ocasiones es desmeritado.
De acuerdo a lo comentado con Carlos Romero, uno de los entrenadores del colegio de árbitros del Cesar tiene alrededor de 55 años formando a jóvenes de todo el país que llegan con la ilusión de aprender sobre este tema. “Los resultados que hemos obtenido desde el colegio han sido muy buenos desde la creación por parte de Luis Galvis Guerra, quien además de ser fundador es uno de los entrenadores que sigue activo. Como dije, los resultados se están dando y lo podemos comprobar por la participación de los distintos jóvenes que han ido a varias competencias”, sentenció.
Con el trascurso del tiempo han podido ampliar el colegio y la oferta para quienes buscan la oportunidad de brillar en las canchas de fútbol como jueces, desde el año pasado hasta este momento han venido capacitando en la disciplina de Fútbol Sala, la cual ha dado resultados óptimos al contar con árbitros que dirigen la Liga de Futsala de Argos.
No obstante, pese al trabajo que se ha realizado por parte de los entrenadores han existido problemas, para Romero el principal ha sido la incredulidad de algunos miembros que no confían en el trabajo que vienen haciendo “sin embargo hemos demostrado con hechos y con la voluntad de los muchachos que tenemos un buen nivel que nos ha permitido tener representación a nivel profesional y universitario lo que nos ha dado reconocimiento”.
Uno de esos árbitros que ha logrado llevar en alto el nombre del colegio de árbitros del Cesar es Heider Castro, árbitro central profesional de la Categoría B, quien aseveró que en el departamento hay un gran potencial para esta actividad.
Él comenzó en el nivel profesional en el 2012, en ese primer semestre dirigió 10 partidos, uno de ellos fue los cuadrangulares de la final, no ha sido fácil, pero ha puesto todo de sí para destacarse en el campo de juego.
“El arbitraje es una actividad que demanda mucho esfuerzo físico, concentración, un buen desempeño y una preparación exhaustiva antes de y después de un partido, es una labor muy buena además que le permite a uno tener muchas relaciones profesionales”, comentó el árbitro cesarense de 27 años, quien además agregó que a pesar de haber muchos comentarios sobre la manera en que un deportista o el cuerpo técnico puedan tratar a un juez “a nivel profesional las cosas son diferentes porque hay respeto a la autoridad, cuando hay reclamos los jugadores y el cuerpo técnico lo hacen con mucho respeto”.
Al inicio, cuenta Castro, que fue difícil porque había mucho joven en busca de pasar al nivel profesional, sin embargo é contaba con un valor agregado y era tener un diploma como profesional en lengua castellana e inglés de la Universidad Popular del Cesar.
Otro joven que se encaminó por este sendero fue Jeiner Jiménez, de 21 años de edad, quien empezó a interesarse en el arbitraje cuando estaba en el colegio.

En el Cesar, el colegio de árbitros de este departamento se encarga de formar a los jóvenes que quieren estar en las canchas haciendo un papel que en ocasiones es desmeritado.

“Cuando terminé el colegio fui a Cartagena buscando opciones que me permitieran atender el arbitraje, allá solo demoré hasta el 2010 porque las opciones que habían eran pocas. Luego me desplacé hasta Valledupar a finales de 2010 y encontré un apoyo en el colegio de árbitros del Cesar y al ver las situaciones de lo que había vivido me quedé en Valledupar porque me abrieron las puertas, vieron las condiciones que tenía desde ese entonces”, dijo Keiner.
A finales de 2011 estaba en la semifinal de los juegos nacionales, luego aplicó la prueba de ascenso en la cual obtuvo buenos resultados, hoy Keiner Jiménez es  árbitro central profesional de la Categoría B. Para él lo más difícil de ese oficio es estar alejado de su familia, no obstante el compañerismo de sus colegas han hecho más llevadera la situación.
El colegio matriz de árbitros del Cesar está en Valledupar, pero tienen sedes en Aguachica, Chiriguaná, Codazzi, Bosconia, Tamalameque, El Copey, Pelaya, Curumaní, entre otros. Desde la capital realizan veedurías con todos los jueces del departamento para escoger los mejores para que los representen en la Dimayor.

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27 agosto, 2014

Cesarenses que imparten justicia en el campo de juego

La formación de jueces de fútbol en el departamento se viene dando hace 55 años en el colegio de árbitros del Cesar.


Keiner Jiménez (centro), árbitro central profesional de la Categoría B. EL PILÓN/Cortesía
Keiner Jiménez (centro), árbitro central profesional de la Categoría B. EL PILÓN/Cortesía

Para que un partido de fútbol sea legítimo se necesita la figura del árbitro quien es el que imparte justicia, aunque en algunos casos suela equivocarse, es él el encargado de direccionar el encuentro entre dos equipos.
En el Cesar, el colegio de árbitros de este departamento se encarga de formar a los jóvenes que quieren estar en las canchas haciendo un papel que en ocasiones es desmeritado.
De acuerdo a lo comentado con Carlos Romero, uno de los entrenadores del colegio de árbitros del Cesar tiene alrededor de 55 años formando a jóvenes de todo el país que llegan con la ilusión de aprender sobre este tema. “Los resultados que hemos obtenido desde el colegio han sido muy buenos desde la creación por parte de Luis Galvis Guerra, quien además de ser fundador es uno de los entrenadores que sigue activo. Como dije, los resultados se están dando y lo podemos comprobar por la participación de los distintos jóvenes que han ido a varias competencias”, sentenció.
Con el trascurso del tiempo han podido ampliar el colegio y la oferta para quienes buscan la oportunidad de brillar en las canchas de fútbol como jueces, desde el año pasado hasta este momento han venido capacitando en la disciplina de Fútbol Sala, la cual ha dado resultados óptimos al contar con árbitros que dirigen la Liga de Futsala de Argos.
No obstante, pese al trabajo que se ha realizado por parte de los entrenadores han existido problemas, para Romero el principal ha sido la incredulidad de algunos miembros que no confían en el trabajo que vienen haciendo “sin embargo hemos demostrado con hechos y con la voluntad de los muchachos que tenemos un buen nivel que nos ha permitido tener representación a nivel profesional y universitario lo que nos ha dado reconocimiento”.
Uno de esos árbitros que ha logrado llevar en alto el nombre del colegio de árbitros del Cesar es Heider Castro, árbitro central profesional de la Categoría B, quien aseveró que en el departamento hay un gran potencial para esta actividad.
Él comenzó en el nivel profesional en el 2012, en ese primer semestre dirigió 10 partidos, uno de ellos fue los cuadrangulares de la final, no ha sido fácil, pero ha puesto todo de sí para destacarse en el campo de juego.
“El arbitraje es una actividad que demanda mucho esfuerzo físico, concentración, un buen desempeño y una preparación exhaustiva antes de y después de un partido, es una labor muy buena además que le permite a uno tener muchas relaciones profesionales”, comentó el árbitro cesarense de 27 años, quien además agregó que a pesar de haber muchos comentarios sobre la manera en que un deportista o el cuerpo técnico puedan tratar a un juez “a nivel profesional las cosas son diferentes porque hay respeto a la autoridad, cuando hay reclamos los jugadores y el cuerpo técnico lo hacen con mucho respeto”.
Al inicio, cuenta Castro, que fue difícil porque había mucho joven en busca de pasar al nivel profesional, sin embargo é contaba con un valor agregado y era tener un diploma como profesional en lengua castellana e inglés de la Universidad Popular del Cesar.
Otro joven que se encaminó por este sendero fue Jeiner Jiménez, de 21 años de edad, quien empezó a interesarse en el arbitraje cuando estaba en el colegio.

En el Cesar, el colegio de árbitros de este departamento se encarga de formar a los jóvenes que quieren estar en las canchas haciendo un papel que en ocasiones es desmeritado.

“Cuando terminé el colegio fui a Cartagena buscando opciones que me permitieran atender el arbitraje, allá solo demoré hasta el 2010 porque las opciones que habían eran pocas. Luego me desplacé hasta Valledupar a finales de 2010 y encontré un apoyo en el colegio de árbitros del Cesar y al ver las situaciones de lo que había vivido me quedé en Valledupar porque me abrieron las puertas, vieron las condiciones que tenía desde ese entonces”, dijo Keiner.
A finales de 2011 estaba en la semifinal de los juegos nacionales, luego aplicó la prueba de ascenso en la cual obtuvo buenos resultados, hoy Keiner Jiménez es  árbitro central profesional de la Categoría B. Para él lo más difícil de ese oficio es estar alejado de su familia, no obstante el compañerismo de sus colegas han hecho más llevadera la situación.
El colegio matriz de árbitros del Cesar está en Valledupar, pero tienen sedes en Aguachica, Chiriguaná, Codazzi, Bosconia, Tamalameque, El Copey, Pelaya, Curumaní, entre otros. Desde la capital realizan veedurías con todos los jueces del departamento para escoger los mejores para que los representen en la Dimayor.