Ni los planteles educativos de Valledupar están por fuera de la lista de atracos. En los últimos días, tres instituciones educativas fueron objetivo de los delincuentes.
El primer caso fue el Milciades Cantillo Costa, un hombre armado puso el cañón del arma en la sien de un docente y en el abdomen de la alumna a quien despojó del bolso de los útiles escolares. El segundo hurto se presentó al noroccidente de la ciudad, un grupo de hombres intimidó a varios estudiantes del Bello Horizonte y les quitaron sus pertenencias.
Por último, celador y docentes de la Institución Educativa Leonidas Acuña, situada en la carrera 7 con avenida Salguero de Valledupar, terminaron amordazados y retenidos por dos hombres armados que les hurtaron elementos avaluados en ocho millones de pesos.

Lo llamativo de los actos delictivos es la forma estratégica de operaciones; uno en el suroriente, otro en el noroccidente y el último en el sur. Las autoridades analizan si los vándalos están actuando bajo un plan estratégico para despistar a la Policía Nacional, debido que cuando hay presencia de uniformados en los sitios afectados, los ladrones atacan un lugar lejano y así evitar la reacción inmediata de la Policía.
“Lastimosamente hoy para prestar el servicio educativo tiene que ser con un policía en las instituciones educativas, la delincuencia se ha encargado de llegar a los colegios donde se encuentran solamente con una vigilancia sin armas”, declaró el secretario de Educación, Asdrúbal Rocha Lengua.
Para el funcionario, la ley no le permite el porte de arma a los celadores y esto hace que “los ladrones encuentren el terreno abonado con niños y docentes que la única arma que poseen es un marcador y el conocimiento”.
“Lo único que hacemos es formar a los niños que van a liderar al país en un mañana… estamos como las misiones médicas, trabajando tipo ambulancia, que se identifica que no porta armas; la guerra no está respetando ni las instituciones educativas”, manifestó Rocha Lengua.
Respecto a las medidas con las autoridades, el Secretario aseguró que el acompañamiento del comandante de la Policía Cesar, coronel Juan Alberto Libreros, ha sido muy importante porque han desplegado un número considerable de uniformados en cada institución afectada.
De igual manera, la Secretaría de Educación encontró dentro de las investigaciones problemas de drogadicción, bandas o pandillas conformadas, enfrentamientos por el territorio, venta y consumo de pastillas alucinógenas, entre otras situaciones suscitadas entre los mismos estudiantes.

Por Carlos Mario Jiménez / EL PILÓN
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