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Columnista - 23 julio, 2014

Acostumbrados al chisme y a la calumnia

En nuestra querida tierra Valledupar, desafortunadamente siempre hemos sido muy dados al chisme, la calumnia y al rumor. Nunca ha faltado un grupo pequeño o grande donde uno llegue y estén hablando unos en voz baja, otros en voz alta. De vez en cuando suena una carcajada o una risita sospechosa, las miradas cómplices, van […]

En nuestra querida tierra Valledupar, desafortunadamente siempre hemos sido muy dados al chisme, la calumnia y al rumor. Nunca ha faltado un grupo pequeño o grande donde uno llegue y estén hablando unos en voz baja, otros en voz alta.

De vez en cuando suena una carcajada o una risita sospechosa, las miradas cómplices, van y vienen y apenas si se escucha un “quien lo dijo”, ¿Dónde lo escuchaste? ¿De verdad que lo da? ¿Y vive con quien? O un ¡yo no vi nada, pero me contaron! Por lo general hay un tema diferente ¿será que está robando en ese puesto? ¿Pidió asilo político? ¿Lo extraditaron? ¿A quién se llevaron preso? ¿De verdad que nombraron a fulanito? ¿Será verdad que el contralor departamental dijo eso del diputado?, ¿supiste la aventura del jefe con la compañera de trabajo?, ¿supiste del embargo de fulanito?

Estos chismosos y calumniadores, se encuentran en todas partes y se pueden ver como una creación colectiva: cuando un rumor, calumnia o chisme empieza a rodar, todos los que escuchan y cuentan ponen un granito de arena para hacerlo más atractivo, mientras dura. Que tire la primera piedra quien no ha participado de un chisme o rumor: como autor, narrador o auditorio.

En todo caso el tema varia; la sexualidad, la política, el deseo, el odio y la esperanza y ellos toman formas distintas: una cosa es el chisme blanco que difícilmente sale de un grupo social o el comentario mal intencionado que se convierte en calumnia y que causa daño no solo a la víctima del chisme, sino también a todos los que involucra y a sus familiares.

Rumores y chismes sirven para disminuir la ansiedad. Si el rumor que oímos nos proporciona una interpretación caprichosa de la realidad que sea agradable para nuestra vida secreta nos inclinamos a creerlo y transmitirlo. Otro extremo es el de los chismosos crónicos, son personas con la autoestima baja, muy lesionados, sienten miedo de que hablen de ellos y no entienden el daño que producen.

Entre esos extremos hay otras causas para contar chismes: atraer la atención a los oyentes y subir el amor propio por estar enterados de lo último. En la vida cotidiana chisme y rumor son uno solo. Pero algunas diferencias entre unos y otros.

El primero siempre pone en público hechos de la vida privada de alguien.

En cambio, el segundo siempre habla de personajes como instituciones o hechos públicos otra misión nuestra que ambas comparten en ser dañinos, detrás del chisme están los elementos dañinos y sádicos de una persona y detrás del rumor los temores.

Ojalá nos acostumbremos a otras cosas mejores, porque la verdad en Valledupar han acabado con la honra de muchas familias, pero también me duele que algunos de estos rumores han resultados ciertos.

POSDATA: Estoy totalmente de acuerdo con las medidas tomadas por el Alcalde Municipal, con relación al mototaxismo, más bien se quedó corto, debe aplicarles el pico y placa y no dejarlos pasar al centro de la ciudad.

Si esto no se logra seguiremos en el mismo despelote de movilidad.

Columnista
23 julio, 2014

Acostumbrados al chisme y a la calumnia

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alberto Herazo P.

En nuestra querida tierra Valledupar, desafortunadamente siempre hemos sido muy dados al chisme, la calumnia y al rumor. Nunca ha faltado un grupo pequeño o grande donde uno llegue y estén hablando unos en voz baja, otros en voz alta. De vez en cuando suena una carcajada o una risita sospechosa, las miradas cómplices, van […]


En nuestra querida tierra Valledupar, desafortunadamente siempre hemos sido muy dados al chisme, la calumnia y al rumor. Nunca ha faltado un grupo pequeño o grande donde uno llegue y estén hablando unos en voz baja, otros en voz alta.

De vez en cuando suena una carcajada o una risita sospechosa, las miradas cómplices, van y vienen y apenas si se escucha un “quien lo dijo”, ¿Dónde lo escuchaste? ¿De verdad que lo da? ¿Y vive con quien? O un ¡yo no vi nada, pero me contaron! Por lo general hay un tema diferente ¿será que está robando en ese puesto? ¿Pidió asilo político? ¿Lo extraditaron? ¿A quién se llevaron preso? ¿De verdad que nombraron a fulanito? ¿Será verdad que el contralor departamental dijo eso del diputado?, ¿supiste la aventura del jefe con la compañera de trabajo?, ¿supiste del embargo de fulanito?

Estos chismosos y calumniadores, se encuentran en todas partes y se pueden ver como una creación colectiva: cuando un rumor, calumnia o chisme empieza a rodar, todos los que escuchan y cuentan ponen un granito de arena para hacerlo más atractivo, mientras dura. Que tire la primera piedra quien no ha participado de un chisme o rumor: como autor, narrador o auditorio.

En todo caso el tema varia; la sexualidad, la política, el deseo, el odio y la esperanza y ellos toman formas distintas: una cosa es el chisme blanco que difícilmente sale de un grupo social o el comentario mal intencionado que se convierte en calumnia y que causa daño no solo a la víctima del chisme, sino también a todos los que involucra y a sus familiares.

Rumores y chismes sirven para disminuir la ansiedad. Si el rumor que oímos nos proporciona una interpretación caprichosa de la realidad que sea agradable para nuestra vida secreta nos inclinamos a creerlo y transmitirlo. Otro extremo es el de los chismosos crónicos, son personas con la autoestima baja, muy lesionados, sienten miedo de que hablen de ellos y no entienden el daño que producen.

Entre esos extremos hay otras causas para contar chismes: atraer la atención a los oyentes y subir el amor propio por estar enterados de lo último. En la vida cotidiana chisme y rumor son uno solo. Pero algunas diferencias entre unos y otros.

El primero siempre pone en público hechos de la vida privada de alguien.

En cambio, el segundo siempre habla de personajes como instituciones o hechos públicos otra misión nuestra que ambas comparten en ser dañinos, detrás del chisme están los elementos dañinos y sádicos de una persona y detrás del rumor los temores.

Ojalá nos acostumbremos a otras cosas mejores, porque la verdad en Valledupar han acabado con la honra de muchas familias, pero también me duele que algunos de estos rumores han resultados ciertos.

POSDATA: Estoy totalmente de acuerdo con las medidas tomadas por el Alcalde Municipal, con relación al mototaxismo, más bien se quedó corto, debe aplicarles el pico y placa y no dejarlos pasar al centro de la ciudad.

Si esto no se logra seguiremos en el mismo despelote de movilidad.