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Columnista - 22 septiembre, 2016

¿Hacia dónde van las iglesias?

En definitiva, el reino cristiano no es de este mundo tal cómo lo dijera Jesús. Frente a la refrendación de los acuerdos de La Habana, las iglesias católica y las llamadas cristianas, han estado entre la rubia y la morena, argot de los beisbolistas; dicen SI al plebiscito pero no cómo votar; es como lavarse […]

En definitiva, el reino cristiano no es de este mundo tal cómo lo dijera Jesús. Frente a la refrendación de los acuerdos de La Habana, las iglesias católica y las llamadas cristianas, han estado entre la rubia y la morena, argot de los beisbolistas; dicen SI al plebiscito pero no cómo votar; es como lavarse las manos, no existe compromiso patrio. Esto lo hacen altos prelados y pastores, con gran capacidad de convocatoria, pero otra cosa piensa el Papa Francisco. La paz siempre es mejor que la guerra y no tiene precio, lo que paguemos por ella es barato.

Lo mínimo que han debido decir es si están a favor del SI o del NO, tomar cara o sello. Pero existen dos Biblias, cada una con su Dios, la del antiguo y la del nuevo testamento. El Dios del AT era cruel, guerrero, revanchista, intolerante; el del NT más comprensivo, amoroso, tolerante.

El primero fue el Dios de Josué, el segundo el de Jesús. La política de tierra arrasada es bíblica, desde Josué, quien recibía órdenes de Javhé para desalojar de sus tierras a los palestinos, los dueños nativos. Parece que la propiedad sobre tierras ha sido siempre el motor de la violencia y ese es el modelo que siguen algunos beatos en Colombia, al menos, eso es lo que vemos. Dirán que soy blasfemo pero lean los siguientes versículos. “He aquí un pueblo que asaltará como leona, y como león se erguirá, no se acostará hasta que trague la presa y beba la sangre de los que habrá degollado”: Números 22:24. ¿Qué les recuerda esta escena macabra? ¿Bojayá? ¿El Chengue? ¿Mapiripán?

…“La sitiarás y, una vez tomada, pasarás a todos los varones al filo de la espada, pero las mujeres, los niños, los ganados y cuanto haya en la ciudad, todo será botín que tomarás para ti y podrás comer los despojos de tus enemigos, que Yahvé, tu dios, te da. En las ciudades de las gentes que Yahvé, tu dios, te da por heredad, no dejarás con vida a nadie de cuantos respiran”: Dt 20:10-18. “…pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe”: Éxodo 21: 23-25. Pero en el NT también encontramos situaciones que se apartan de los principios de amor y tolerancia pregonados por el Nazareno cuando ofrecía su segunda mejilla para que lo golpearan: “fuego he venido a traer a la tierra y que quiero sino que arda; se dividirán el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra…”: Lucas, 12: 49,51-53 y Mateo 10:34-36.

“Mátenlos a todos que después el Señor verá cuales son los suyos”: Monje Arnoldo Almarico en su persecución a los albigenses de Francia. Uno se queda estupefacto. ¿Es esa la doctrina que debemos seguir? ¿Cuál es la Biblia que leen quienes quieren que el plebiscito fracase? Da la impresión de que es la de Josué, la misma que leen los prelados y pastores que no han tenido el valor de decirles a sus creyentes que votar SI es frenar la guerra, al menos la que han librado los grupos con los cuales se ha pactado el armisticio.

Parece que desde Constantino, las religiones son un vehículo de la política.

Columnista
22 septiembre, 2016

¿Hacia dónde van las iglesias?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

En definitiva, el reino cristiano no es de este mundo tal cómo lo dijera Jesús. Frente a la refrendación de los acuerdos de La Habana, las iglesias católica y las llamadas cristianas, han estado entre la rubia y la morena, argot de los beisbolistas; dicen SI al plebiscito pero no cómo votar; es como lavarse […]


En definitiva, el reino cristiano no es de este mundo tal cómo lo dijera Jesús. Frente a la refrendación de los acuerdos de La Habana, las iglesias católica y las llamadas cristianas, han estado entre la rubia y la morena, argot de los beisbolistas; dicen SI al plebiscito pero no cómo votar; es como lavarse las manos, no existe compromiso patrio. Esto lo hacen altos prelados y pastores, con gran capacidad de convocatoria, pero otra cosa piensa el Papa Francisco. La paz siempre es mejor que la guerra y no tiene precio, lo que paguemos por ella es barato.

Lo mínimo que han debido decir es si están a favor del SI o del NO, tomar cara o sello. Pero existen dos Biblias, cada una con su Dios, la del antiguo y la del nuevo testamento. El Dios del AT era cruel, guerrero, revanchista, intolerante; el del NT más comprensivo, amoroso, tolerante.

El primero fue el Dios de Josué, el segundo el de Jesús. La política de tierra arrasada es bíblica, desde Josué, quien recibía órdenes de Javhé para desalojar de sus tierras a los palestinos, los dueños nativos. Parece que la propiedad sobre tierras ha sido siempre el motor de la violencia y ese es el modelo que siguen algunos beatos en Colombia, al menos, eso es lo que vemos. Dirán que soy blasfemo pero lean los siguientes versículos. “He aquí un pueblo que asaltará como leona, y como león se erguirá, no se acostará hasta que trague la presa y beba la sangre de los que habrá degollado”: Números 22:24. ¿Qué les recuerda esta escena macabra? ¿Bojayá? ¿El Chengue? ¿Mapiripán?

…“La sitiarás y, una vez tomada, pasarás a todos los varones al filo de la espada, pero las mujeres, los niños, los ganados y cuanto haya en la ciudad, todo será botín que tomarás para ti y podrás comer los despojos de tus enemigos, que Yahvé, tu dios, te da. En las ciudades de las gentes que Yahvé, tu dios, te da por heredad, no dejarás con vida a nadie de cuantos respiran”: Dt 20:10-18. “…pagará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe”: Éxodo 21: 23-25. Pero en el NT también encontramos situaciones que se apartan de los principios de amor y tolerancia pregonados por el Nazareno cuando ofrecía su segunda mejilla para que lo golpearan: “fuego he venido a traer a la tierra y que quiero sino que arda; se dividirán el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra…”: Lucas, 12: 49,51-53 y Mateo 10:34-36.

“Mátenlos a todos que después el Señor verá cuales son los suyos”: Monje Arnoldo Almarico en su persecución a los albigenses de Francia. Uno se queda estupefacto. ¿Es esa la doctrina que debemos seguir? ¿Cuál es la Biblia que leen quienes quieren que el plebiscito fracase? Da la impresión de que es la de Josué, la misma que leen los prelados y pastores que no han tenido el valor de decirles a sus creyentes que votar SI es frenar la guerra, al menos la que han librado los grupos con los cuales se ha pactado el armisticio.

Parece que desde Constantino, las religiones son un vehículo de la política.