El Presidente Juan Manuel Santos anunció el pasado jueves 12 de enero, que el Vicepresidente German Vargas Lleras dejará el cargo en marzo próximo. Con este desenlace comienza la carrera por el debate presidencial de 2018. Previo a este acontecimiento, varios fueron los rumores insinuantes de que el nieto de Carlos Lleras Restrepo se había convertido en la piedra en el zapato de su propio Gobierno. Los murmullos no dejan de ser suspicaces, dado el protagonismo que ha tenido Vargas Lleras al frente de la Vicepresidencia, hecho sin precedentes. Antes del actual vicepresidente elegido el 7 de diciembre de 2014, el cargo tenía la figuración de los cuadros del maestro Botero.

Otra situación que desdice el enfrentamiento con Santos, sucedió recientemente con la firma del documento Conpes por el Gobierno Nacional, para construir la primera línea del metro en Bogotá. Aunque simbólico, sirve de salvavidas a Enrique Peñaloza, que no pasa por un buen momento en la alcaldía. Cabe recordar que Cambio Radical apoyó esa candidatura el 22 de julio de 2015.

German Vargas Lleras, abogado bogotano, en la capital del país nació como líder nacional. Su fructífera carrera política lo ha tenido como Concejal, Congresista, Ministro y Candidato Presidencial. Ha sobrevivido al desenglobe del nuevo liberalismo y el uribismo de la mano firme y el corazón grande, pero también labró su propio feudo con Cambio Radical. Es innegable que es un precandidato con pergaminos, fortaleza y carácter, asimismo, ambivalente, pero con el terreno tapizado en un poco más de dos años, recorriendo el país inaugurando obras y repartiendo avales en las regiones.

El pasado reciente de los procesos electorales presidenciales del país, han estado marcados por la polarización y el usufructo generado por el conflicto interno, particularmente con las Farc. En 1998 influenciaron la elección de Andrés Pastrana, recordemos que había perdido en primera vuelta con Horacio Serpa. Y desde 2002 hasta la firma del fin del conflicto también. Aunque este actor se encuentra en etapa de implementación del proceso de paz, mantendrá su influencia, teniendo en cuenta que es una de las líneas de acción que renta electoralmente al Centro Democrático. También podría ser determinante en la unción que defina el Santismo. ¿Acaso para materializar el anunciado Gobierno de Transición? Dudo que sea de transición al poder, pero si para lograr la implementación, especialmente, en la definición de la presidencia en segunda vuelta.

En el juego de tablero y por los guarismos presidenciales de 2014 y los resultados del plebiscito del 2 de octubre de 2016, es muy probable que las fuerzas Santistas y de Álvaro Uribe se encuentren en la escena de contienda por el poder. En esa conjetura, German Vargas Lleras sería determinante. En ese escenario en segunda vuelta al reacomodarse las fichas, el Centro Democrático pescaría en rio revuelto, sin embargo, los sectores de la denominada izquierda y grupos independientes equipararían las cargas, porque es más factible mezclar agua con aceite a que integren filas con el expresidente Uribe.

Los Partidos Conservador y Liberal no aparecen en escena, recogen lo que han sembrado.