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Columnista - 20 noviembre, 2017

De fiesta la feligresía vallenata

La feligresía católica de Valledupar está de fiesta por el nombramiento de Monseñor Pablo Salas Antelíz de arzobispo de la Arquidiócesis de Barranquilla. Un acontecimiento histórico para la comarca vallenata. El nuevo arzobispo es ejemplo emblemático de un joven humilde que hizo realidad sus metas de superación, porque comprendió que estudiar es una envidiable oportunidad […]

La feligresía católica de Valledupar está de fiesta por el nombramiento de Monseñor Pablo Salas Antelíz de arzobispo de la Arquidiócesis de Barranquilla. Un acontecimiento histórico para la comarca vallenata. El nuevo arzobispo es ejemplo emblemático de un joven humilde que hizo realidad sus metas de superación, porque comprendió que estudiar es una envidiable oportunidad para aprender a conocer la liberadora influencia en el reino del espíritu que produce satisfacción personal y provecho para la comunidad con la cual se trabaja.

Su padre es Melquiades Salas Carrillo, nativo de El Plan, hijo de Melquiades Carrillo y de Magdalena ‘La Nena’ Salas, sobrina de Sara María Baquero Salas, la matrona de la dinastía musical de los Zuleta. Su madre era Edilia María Antelíz Bayona, nativa del Convención (Norte de Santander), hija de Carmelo Antelíz y Ana Bayona, quienes llegaron a Valledupar en la década de 1940. Melquiades en su juventud fue guitarrista, cantante y poeta, y cuando conoció a Edilia María quedó deslumbrado con su elegante hermosura, y fueron muchas las serenatas para conquistar el corazón de esa bella dama de fina estampa que portaba la sonrisa del mar en sus ojos.

Pronto se unen en matrimonio y en el barrio El Carmen edifican su hogar. Él, con la responsabilidad de padre se perfecciona en el arte de ebanistería y educan con sentimientos cristianos a sus hijos: Matilde, Gustavo, Pablo, Melkys, Astrid y Jairo). La iglesia quedaba cerca de su casa. El niño Pablo desde pequeño se inclina por la vocación religiosa, y el sacerdote Rafael Daza Díaz lo motiva a seguir los senderos de la fe y la formación apostólica. Mientras los niños iban a jugar al parque en los fines de semana; Pablo se iba a desempeñar los ritos de sacristán. Su madre Edilia María, una católica ferviente, elevaba sus plegarias a Dios para que iluminara los caminos de su hijo.

Una vez termina el bachillerato en el colegio Loperena, se va a estudiar en el Seminario Mayor de Bucaramanga, y es ordenado sacerdote en 1984 (2 de diciembre), e incorporado a la Diócesis de Valledupar. Después realiza estudios de especialización en Filosofía y Ciencias Religiosas en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, y en la Universidad Gregoriana de Roma se gradúa en Teología Dogmática. En sus años de apostolado ha sido: sacerdote de la iglesia Santo Cristo de Mariangola, párroco de San Francisco de Asís de La Paz y capellán de la Normal María Inmaculada de Manaure, párroco de la Inmaculada Concepción de Valledupar y capellán del colegio Instpecam, canciller de la iglesia Catedral de Nuestra Señora del Rosario y profesor de Teología Dogmática en el Seminario Juan Pablo II de Valledupar.
El 24 de octubre de 2007 fue nombrado Obispo de la Diócesis de El Espinal, y desde el mes de octubre de 2014, Obispo de Armenia. Este 14 de noviembre fue nombrado arzobispo, jerarquía superior que significa jefe de los obispos de la Arquidiócesis de Barranquilla. El arzobispo Pablo con su apostolado está legitimando las orientaciones del padre Rafael Daza Díaz y los sueños de su madre, que hoy es una estrella en la diestra del Padre Celestial.

Columnista
20 noviembre, 2017

De fiesta la feligresía vallenata

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

La feligresía católica de Valledupar está de fiesta por el nombramiento de Monseñor Pablo Salas Antelíz de arzobispo de la Arquidiócesis de Barranquilla. Un acontecimiento histórico para la comarca vallenata. El nuevo arzobispo es ejemplo emblemático de un joven humilde que hizo realidad sus metas de superación, porque comprendió que estudiar es una envidiable oportunidad […]


La feligresía católica de Valledupar está de fiesta por el nombramiento de Monseñor Pablo Salas Antelíz de arzobispo de la Arquidiócesis de Barranquilla. Un acontecimiento histórico para la comarca vallenata. El nuevo arzobispo es ejemplo emblemático de un joven humilde que hizo realidad sus metas de superación, porque comprendió que estudiar es una envidiable oportunidad para aprender a conocer la liberadora influencia en el reino del espíritu que produce satisfacción personal y provecho para la comunidad con la cual se trabaja.

Su padre es Melquiades Salas Carrillo, nativo de El Plan, hijo de Melquiades Carrillo y de Magdalena ‘La Nena’ Salas, sobrina de Sara María Baquero Salas, la matrona de la dinastía musical de los Zuleta. Su madre era Edilia María Antelíz Bayona, nativa del Convención (Norte de Santander), hija de Carmelo Antelíz y Ana Bayona, quienes llegaron a Valledupar en la década de 1940. Melquiades en su juventud fue guitarrista, cantante y poeta, y cuando conoció a Edilia María quedó deslumbrado con su elegante hermosura, y fueron muchas las serenatas para conquistar el corazón de esa bella dama de fina estampa que portaba la sonrisa del mar en sus ojos.

Pronto se unen en matrimonio y en el barrio El Carmen edifican su hogar. Él, con la responsabilidad de padre se perfecciona en el arte de ebanistería y educan con sentimientos cristianos a sus hijos: Matilde, Gustavo, Pablo, Melkys, Astrid y Jairo). La iglesia quedaba cerca de su casa. El niño Pablo desde pequeño se inclina por la vocación religiosa, y el sacerdote Rafael Daza Díaz lo motiva a seguir los senderos de la fe y la formación apostólica. Mientras los niños iban a jugar al parque en los fines de semana; Pablo se iba a desempeñar los ritos de sacristán. Su madre Edilia María, una católica ferviente, elevaba sus plegarias a Dios para que iluminara los caminos de su hijo.

Una vez termina el bachillerato en el colegio Loperena, se va a estudiar en el Seminario Mayor de Bucaramanga, y es ordenado sacerdote en 1984 (2 de diciembre), e incorporado a la Diócesis de Valledupar. Después realiza estudios de especialización en Filosofía y Ciencias Religiosas en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, y en la Universidad Gregoriana de Roma se gradúa en Teología Dogmática. En sus años de apostolado ha sido: sacerdote de la iglesia Santo Cristo de Mariangola, párroco de San Francisco de Asís de La Paz y capellán de la Normal María Inmaculada de Manaure, párroco de la Inmaculada Concepción de Valledupar y capellán del colegio Instpecam, canciller de la iglesia Catedral de Nuestra Señora del Rosario y profesor de Teología Dogmática en el Seminario Juan Pablo II de Valledupar.
El 24 de octubre de 2007 fue nombrado Obispo de la Diócesis de El Espinal, y desde el mes de octubre de 2014, Obispo de Armenia. Este 14 de noviembre fue nombrado arzobispo, jerarquía superior que significa jefe de los obispos de la Arquidiócesis de Barranquilla. El arzobispo Pablo con su apostolado está legitimando las orientaciones del padre Rafael Daza Díaz y los sueños de su madre, que hoy es una estrella en la diestra del Padre Celestial.