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Columnista - 19 mayo, 2017

El Festival Vallenato se nos creció

Cuando Consuelo Araujonoguera y otros gestaron la maravillosa idea de hacer un evento religioso y cultural que identificara al recién nacido departamento del Cesar y en especial a la Ciudad de los Santos Reyes, no creo que hayan imaginado que la criatura llegaría tan lejos, y mucho menos que tuviera la potestad de reproducir autónomamente […]

Cuando Consuelo Araujonoguera y otros gestaron la maravillosa idea de hacer un evento religioso y cultural que identificara al recién nacido departamento del Cesar y en especial a la Ciudad de los Santos Reyes, no creo que hayan imaginado que la criatura llegaría tan lejos, y mucho menos que tuviera la potestad de reproducir autónomamente otras instituciones, como hoy después de cincuenta años lo hace.

Solo quienes tuvimos el honor de ver nacer y crecer el Festival de la Leyenda Vallenata podemos dar fe de que este evento ha crecido y evolucionado de una manera tan impresionante que pocos se imaginan el número de personas que asistieron a la Plaza Alfonso López el día que se coronó Rey Vallenato Alejandro Duran Díaz; aquellos que visitaron a Valledupar en la versión cincuenta del festival confirmarán sin ninguna duda que esa plaza es muy pequeña para realizar siquiera una ronda eliminatoria de cualquiera de las categorías o modalidades que tiene el Festival.

Valledupar y todos los escenarios que se emplean en los eventos oficiales y alternos del Festival se quedaron pequeños ante el monstruo que es hoy este evento; eso lo vimos y sentimos en la pasada versión Rey de Reyes, cuando los vehículos no cabían en las calles de la ciudad y los escenarios todos fueron abarrotados hasta más no poder.

El Festival cada año pare otros eventos en los días previos y posteriores a él, en los barrios de la ciudad y poblaciones vecinas. Hoy hablamos del Festival Celestial, del Festival de tambobandas, del Festival del Cacique, del Festival del adulto mayor, del encuentro de investigadores de música vallenata y de muchos otros eventos que ahora se me escapan, pero que tienen su origen y fundamento en él.

Celebramos los anuncios recientes de la Fundación, en el sentido de crear oficialmente otros eventos como hijos legítimos del festival, los cuales se efectuarán en fechas diversas y sin duda engrandecerán al evento folclórico más importante del país. Se anunció el nacimiento de los premios Cacica-La Alfombra Amarilla, en los cuales se hará reconocimiento a la industria discográfica y a los artistas que preservan las raíces del vallenato, entregando estatuillas al mejor artista, compositor, canción, álbum, caratula, video, etc.

También nos han anunciado el nacimiento del Premio Nacional de Periodismo Consuelo Araujonoguera, que premiará anualmente a periodistas, locutores y reporteros gráficos involucrados en el mundo vallenato; así mismo se ha creado el Festival Vallenato de Verano, que será de agrupaciones infantiles, juveniles y profesionales; presumimos que es algo así como la competencia al Festival Francisco el Hombre de Riohacha, ya que aún no contamos con mayores detalles al respecto.

La Fundación ha expresado también que el concurso Rey de Reyes que se venía haciendo cada diez años pasará ahora a efectuarse cada lustro, lo cual me parece acertado a fin de acortar la vigencia, distancias y diferencias de edades que se presentaban en este concurso. Solo nos queda esperar que estos anuncios se vuelvan realidad y se señalen fechas y detalles de su materialización.

Columnista
19 mayo, 2017

El Festival Vallenato se nos creció

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

Cuando Consuelo Araujonoguera y otros gestaron la maravillosa idea de hacer un evento religioso y cultural que identificara al recién nacido departamento del Cesar y en especial a la Ciudad de los Santos Reyes, no creo que hayan imaginado que la criatura llegaría tan lejos, y mucho menos que tuviera la potestad de reproducir autónomamente […]


Cuando Consuelo Araujonoguera y otros gestaron la maravillosa idea de hacer un evento religioso y cultural que identificara al recién nacido departamento del Cesar y en especial a la Ciudad de los Santos Reyes, no creo que hayan imaginado que la criatura llegaría tan lejos, y mucho menos que tuviera la potestad de reproducir autónomamente otras instituciones, como hoy después de cincuenta años lo hace.

Solo quienes tuvimos el honor de ver nacer y crecer el Festival de la Leyenda Vallenata podemos dar fe de que este evento ha crecido y evolucionado de una manera tan impresionante que pocos se imaginan el número de personas que asistieron a la Plaza Alfonso López el día que se coronó Rey Vallenato Alejandro Duran Díaz; aquellos que visitaron a Valledupar en la versión cincuenta del festival confirmarán sin ninguna duda que esa plaza es muy pequeña para realizar siquiera una ronda eliminatoria de cualquiera de las categorías o modalidades que tiene el Festival.

Valledupar y todos los escenarios que se emplean en los eventos oficiales y alternos del Festival se quedaron pequeños ante el monstruo que es hoy este evento; eso lo vimos y sentimos en la pasada versión Rey de Reyes, cuando los vehículos no cabían en las calles de la ciudad y los escenarios todos fueron abarrotados hasta más no poder.

El Festival cada año pare otros eventos en los días previos y posteriores a él, en los barrios de la ciudad y poblaciones vecinas. Hoy hablamos del Festival Celestial, del Festival de tambobandas, del Festival del Cacique, del Festival del adulto mayor, del encuentro de investigadores de música vallenata y de muchos otros eventos que ahora se me escapan, pero que tienen su origen y fundamento en él.

Celebramos los anuncios recientes de la Fundación, en el sentido de crear oficialmente otros eventos como hijos legítimos del festival, los cuales se efectuarán en fechas diversas y sin duda engrandecerán al evento folclórico más importante del país. Se anunció el nacimiento de los premios Cacica-La Alfombra Amarilla, en los cuales se hará reconocimiento a la industria discográfica y a los artistas que preservan las raíces del vallenato, entregando estatuillas al mejor artista, compositor, canción, álbum, caratula, video, etc.

También nos han anunciado el nacimiento del Premio Nacional de Periodismo Consuelo Araujonoguera, que premiará anualmente a periodistas, locutores y reporteros gráficos involucrados en el mundo vallenato; así mismo se ha creado el Festival Vallenato de Verano, que será de agrupaciones infantiles, juveniles y profesionales; presumimos que es algo así como la competencia al Festival Francisco el Hombre de Riohacha, ya que aún no contamos con mayores detalles al respecto.

La Fundación ha expresado también que el concurso Rey de Reyes que se venía haciendo cada diez años pasará ahora a efectuarse cada lustro, lo cual me parece acertado a fin de acortar la vigencia, distancias y diferencias de edades que se presentaban en este concurso. Solo nos queda esperar que estos anuncios se vuelvan realidad y se señalen fechas y detalles de su materialización.