Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 17 agosto, 2016

Felicidad empresarial

Esta columna conecta con la anterior, la que tuvo como referencia una entrevista que hiciera el periodista Juan Lozano en su programa televisivo en Cable Noticias a las 10:00 p.m., al expresidente general del Banco de Colombia, Carlos Raúl Yepes. En ese mismo espacio recientemente ha realizado otra a un par de personas, un argentino […]

Esta columna conecta con la anterior, la que tuvo como referencia una entrevista que hiciera el periodista Juan Lozano en su programa televisivo en Cable Noticias a las 10:00 p.m., al expresidente general del Banco de Colombia, Carlos Raúl Yepes.

En ese mismo espacio recientemente ha realizado otra a un par de personas, un argentino y otro colombiano, que tienen por nombre común el de Juan, sin que yo recuerde ahora sus apellidos, quienes como conferencistas promueven en las empresas a donde se les invita, el tema que denominan felicidad empresarial, lo que es susceptible de extensión a todo tipo de trabajo. La médula del asunto es la ejecución del trabajo hecho con amor.

De esta manera, jamás puede predicarse fracaso en un trabajo, pues si bien es cierto todo trabajo debe llevarse a cabo con la mayor perfección posible, también lo es que la connatural imperfección del hombre impide la perfección absoluta; en cambio, depende de la voluntad de cada persona, la alegría permanente compartida con sus compañeros de trabajo, su jefe, subalternos o pariguales. Qué esta fórmula produce felicidad empresarial, independientemente de los resultados concretos. Así no hay fracaso sino aprendizaje.

Hoy en día el mundo del trabajo, no obstante las apariencias de su confort, en muchos casos, suele ser muy agobiante, y esto es así globalmente. En no pocos casos son nuevas formas de esclavitud. Por eso son bienvenidas las iniciativas que tienen como propósito concientizar a empresarios y empleados acerca de la necesidad de llevar a los ambientes de trabajo un comportamiento individual y colectivo que haga agradable y placenteras, las duras tareas laborales, en las diferentes esferas, intelectuales y manuales, en la convivencia en general. A esta actitud el Papa Francisco la llama construir puentes humanos, derribar muros.

Hay en la base de la constitución biológica de la persona humana hay determinadas sustancias químicas, como las endorfinas y otras, que sirven como ductos a la composición psico-espiritual del ser, que nutren el cuerpo y confortan el alma haciendo que respire aires de alegría, de gozo, de felicidad, que actúan contra el estrés, las cuales debemos aprovechar en nuestro beneficio personal, familiar social. Son auxilios fisiológicos que al mismo tiempo favorecen a nuestra constitución espiritual. En consecuencia, es menester hacer consciencia sobre el particular. Ello motiva el ánimo para una mejor calidad de vida, en el trabajo y en el descanso.

En ese orden de ideas ya hay empresas, nacionales e internacionales, que invierten en sus empleados, lo que está por constituirse en una verdadera revolución industrial, en este caso de tipo inmaterial. Y en algunos casos ya existe la comprobación de que eso es antídoto contra el suicidio. Por ejemplo, en el Japón, que como se sabe es una gran potencia industrial. A través de reconocidos conferencistas ese país enfatiza en la política educación-formación para la felicidad empresarial.

NOTA: si visitas a Pueblo Bello notarás que allí tu mente piensa mejor. Se lo recomendamos a la Ministra Gina Parody.

Columnista
17 agosto, 2016

Felicidad empresarial

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Rodrigo López Barros

Esta columna conecta con la anterior, la que tuvo como referencia una entrevista que hiciera el periodista Juan Lozano en su programa televisivo en Cable Noticias a las 10:00 p.m., al expresidente general del Banco de Colombia, Carlos Raúl Yepes. En ese mismo espacio recientemente ha realizado otra a un par de personas, un argentino […]


Esta columna conecta con la anterior, la que tuvo como referencia una entrevista que hiciera el periodista Juan Lozano en su programa televisivo en Cable Noticias a las 10:00 p.m., al expresidente general del Banco de Colombia, Carlos Raúl Yepes.

En ese mismo espacio recientemente ha realizado otra a un par de personas, un argentino y otro colombiano, que tienen por nombre común el de Juan, sin que yo recuerde ahora sus apellidos, quienes como conferencistas promueven en las empresas a donde se les invita, el tema que denominan felicidad empresarial, lo que es susceptible de extensión a todo tipo de trabajo. La médula del asunto es la ejecución del trabajo hecho con amor.

De esta manera, jamás puede predicarse fracaso en un trabajo, pues si bien es cierto todo trabajo debe llevarse a cabo con la mayor perfección posible, también lo es que la connatural imperfección del hombre impide la perfección absoluta; en cambio, depende de la voluntad de cada persona, la alegría permanente compartida con sus compañeros de trabajo, su jefe, subalternos o pariguales. Qué esta fórmula produce felicidad empresarial, independientemente de los resultados concretos. Así no hay fracaso sino aprendizaje.

Hoy en día el mundo del trabajo, no obstante las apariencias de su confort, en muchos casos, suele ser muy agobiante, y esto es así globalmente. En no pocos casos son nuevas formas de esclavitud. Por eso son bienvenidas las iniciativas que tienen como propósito concientizar a empresarios y empleados acerca de la necesidad de llevar a los ambientes de trabajo un comportamiento individual y colectivo que haga agradable y placenteras, las duras tareas laborales, en las diferentes esferas, intelectuales y manuales, en la convivencia en general. A esta actitud el Papa Francisco la llama construir puentes humanos, derribar muros.

Hay en la base de la constitución biológica de la persona humana hay determinadas sustancias químicas, como las endorfinas y otras, que sirven como ductos a la composición psico-espiritual del ser, que nutren el cuerpo y confortan el alma haciendo que respire aires de alegría, de gozo, de felicidad, que actúan contra el estrés, las cuales debemos aprovechar en nuestro beneficio personal, familiar social. Son auxilios fisiológicos que al mismo tiempo favorecen a nuestra constitución espiritual. En consecuencia, es menester hacer consciencia sobre el particular. Ello motiva el ánimo para una mejor calidad de vida, en el trabajo y en el descanso.

En ese orden de ideas ya hay empresas, nacionales e internacionales, que invierten en sus empleados, lo que está por constituirse en una verdadera revolución industrial, en este caso de tipo inmaterial. Y en algunos casos ya existe la comprobación de que eso es antídoto contra el suicidio. Por ejemplo, en el Japón, que como se sabe es una gran potencia industrial. A través de reconocidos conferencistas ese país enfatiza en la política educación-formación para la felicidad empresarial.

NOTA: si visitas a Pueblo Bello notarás que allí tu mente piensa mejor. Se lo recomendamos a la Ministra Gina Parody.