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Editorial - 23 noviembre, 2013

Electricaribe otra vez

Otro año que pasa sin que la empresa de energía Electricaribe resuelva los problemas que le impiden prestar un buen servicio, especialmente en algunos municipios del Cesar que padecen por los continuos cortes, racionamientos y suspensiones, algunos programados y otros sin previo aviso. Esta situación parece afectar más a los habitantes del municipio de Curumaní, […]

Otro año que pasa sin que la empresa de energía Electricaribe resuelva los problemas que le impiden prestar un buen servicio, especialmente en algunos municipios del Cesar que padecen por los continuos cortes, racionamientos y suspensiones, algunos programados y otros sin previo aviso.

Esta situación parece afectar más a los habitantes del municipio de Curumaní, centro del Cesar, que este año han mostrado su inconformismo de diferentes maneras; tal como ocurrió esta semana con el cierre de la Troncal de Oriente que comunica a la Costa Atlántica con el interior del país. Esta no es la mejor manera de llamar la atención, puesto que el cierre de una vía tan importante afecta la economía nacional, pero parece que la comunidad se queda sin recursos legales para lograr que la empresa preste un buen servicio.

El caso de Curumaní debería ser la ‘gota’ que rebosa el vaso. Más de 72 horas sin energía, pérdidas económicas para los comerciantes, electrodomésticos dañados y, además, enfrentamientos de la comunidad con la fuerza pública al tratar de impedir el ataque a la Alcaldía Municipal, son los resultados del mal servicio.

Desde el año 2012 se esperaba un gran debate en el Congreso de la República a la empresa Electricaribe, que presta el servicio en varios departamentos costeños. Sin embargo, éste solo fue posible el pasado mes de octubre cuando, con cifras concretas de las quejas, de las pérdidas y de las inconsistencias del servicio, un bloque de representantes del Caribe sentaron su voz de protesta ante tal situación y expresaron que sólo con la intervención del Gobierno Nacional se podría encontrar una solución, más cuando el Ministro de Minas y Energía que acaba de ingresar a esta cartera es oriundo de La Guajira.

Sin embargo, mientras esto pasa en las altas instancias, donde tienen claro que esta es la empresa que más recursos recibe, por cuenta de los subsidios de solidaridad y redistribución de ingresos y, además, es la que vende a mayor precio el kilovatio por hora no sólo en Colombia sino en Latinoamérica, los pueblos de la Costa en general –incluidos los del Cesar-, seguirán sufriendo los estragos de un mal servicio que además entre 2011 y lo que va del 2013, ha dejado 201 víctimas por incidentes eléctricos.

El caso de Curumaní, que ya se ha replicado en La Paz, La Jagua de Ibirico, El Paso, La Loma, donde también ocurren las suspensiones continuas del servicio, no debe repetirse. Acaba con la tranquilidad de una comunidad y genera hechos infortunados. ¿Hasta cuándo?

Editorial
23 noviembre, 2013

Electricaribe otra vez

Otro año que pasa sin que la empresa de energía Electricaribe resuelva los problemas que le impiden prestar un buen servicio, especialmente en algunos municipios del Cesar que padecen por los continuos cortes, racionamientos y suspensiones, algunos programados y otros sin previo aviso. Esta situación parece afectar más a los habitantes del municipio de Curumaní, […]


Otro año que pasa sin que la empresa de energía Electricaribe resuelva los problemas que le impiden prestar un buen servicio, especialmente en algunos municipios del Cesar que padecen por los continuos cortes, racionamientos y suspensiones, algunos programados y otros sin previo aviso.

Esta situación parece afectar más a los habitantes del municipio de Curumaní, centro del Cesar, que este año han mostrado su inconformismo de diferentes maneras; tal como ocurrió esta semana con el cierre de la Troncal de Oriente que comunica a la Costa Atlántica con el interior del país. Esta no es la mejor manera de llamar la atención, puesto que el cierre de una vía tan importante afecta la economía nacional, pero parece que la comunidad se queda sin recursos legales para lograr que la empresa preste un buen servicio.

El caso de Curumaní debería ser la ‘gota’ que rebosa el vaso. Más de 72 horas sin energía, pérdidas económicas para los comerciantes, electrodomésticos dañados y, además, enfrentamientos de la comunidad con la fuerza pública al tratar de impedir el ataque a la Alcaldía Municipal, son los resultados del mal servicio.

Desde el año 2012 se esperaba un gran debate en el Congreso de la República a la empresa Electricaribe, que presta el servicio en varios departamentos costeños. Sin embargo, éste solo fue posible el pasado mes de octubre cuando, con cifras concretas de las quejas, de las pérdidas y de las inconsistencias del servicio, un bloque de representantes del Caribe sentaron su voz de protesta ante tal situación y expresaron que sólo con la intervención del Gobierno Nacional se podría encontrar una solución, más cuando el Ministro de Minas y Energía que acaba de ingresar a esta cartera es oriundo de La Guajira.

Sin embargo, mientras esto pasa en las altas instancias, donde tienen claro que esta es la empresa que más recursos recibe, por cuenta de los subsidios de solidaridad y redistribución de ingresos y, además, es la que vende a mayor precio el kilovatio por hora no sólo en Colombia sino en Latinoamérica, los pueblos de la Costa en general –incluidos los del Cesar-, seguirán sufriendo los estragos de un mal servicio que además entre 2011 y lo que va del 2013, ha dejado 201 víctimas por incidentes eléctricos.

El caso de Curumaní, que ya se ha replicado en La Paz, La Jagua de Ibirico, El Paso, La Loma, donde también ocurren las suspensiones continuas del servicio, no debe repetirse. Acaba con la tranquilidad de una comunidad y genera hechos infortunados. ¿Hasta cuándo?