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Columnista - 23 noviembre, 2017

El futuro debe ser verde

En primera instancia debemos sentar la premisa de que en el mundo los partidos verde nacieron a la luz o necesidad de defender el medio ambiente, no para montar maquinarias, propagandas o consignas electorales que a la postre terminan en revanchistas y perversas, esto trae consigo apatía electoral, perdiéndose la oportunidad de llevar a cabo […]

En primera instancia debemos sentar la premisa de que en el mundo los partidos verde nacieron a la luz o necesidad de defender el medio ambiente, no para montar maquinarias, propagandas o consignas electorales que a la postre terminan en revanchistas y perversas, esto trae consigo apatía electoral, perdiéndose la oportunidad de llevar a cabo debates de interés con reflexiones sobre grandes temas nacionales e internacionales, que apunten a lo social, económico y ambiental.

No entendemos como existen “partidos verdes” que se dediquen a prender fragorosas llamas de la discordia, calumnia y politiquería barata. Para buenos entendedores pocas palabras.

Dicho lo anterior, digamos que en los próximos años el movimiento de líderes que consigan concretar un verdadero programa ambientalista, ganará la simpatía de esos que llamamos franja volátil y creciente de ciudadanos que ya están hastiados de la politiquería, la pelea, la diatriba y la contumelia. Claro que estos movimientos tienen la segura posibilidad de enfrentarse a esa corriente que hemos llamado depredadora del “progreso”, del cual el modelo económico mundial es el gran alcahueta. Notamos que a nombre del “progreso” o el “crecimiento económico”, se siguen talando los antiguos pulmones de nuestras ciudades, rellenando cuerpos de agua para luego realizar construcciones como ha sucedido aquí en Valledupar, Bogotá y en Cartagena, talando manglares y arrasando bosques tropicales, los desechos industriales van a parar a los ríos y por supuesto los domésticos y la reparación del daño no pasa o no va más allá de multas administrativas de consolación, como por ejemplo en Valledupar.

Para esta línea del futuro verde o corriente ambientalista que debe merecer la confianza de los ciudadanos decepcionados de los remedos de partidos verdes civilizados, consideramos serán un antagonista de lo que hoy se llama capitalismo salvaje, para lo cual los COP (comité de las partes) que se reúnen auspiciados por las Naciones Unidas, con la presencia de casi todos los países del mundo, están tratando de morigerar su accionar para frenar un poco lo que llamamos cambio climático. Esta línea verde debe ser un movimiento por la supervivencia no tanto de nosotros sino de quienes vendrán después de nosotros. Estamos experimentando sobradas evidencias de que vivimos en un medio cada vez más envenado y frágil ante los desórdenes a que hemos sometidos a la naturaleza en general.

Notamos que la riqueza de ahora y del futuro, como en el caso de los agro-combustibles, se está haciendo a expensa de una caída demencial en la producción de los alimentos.

Así las cosas, digamos que pelear por el medio ambiente equivale a frenar acciones que se prenden muchas veces con los argumentos de la “prosperidad”. Tanto los partidos disque verdes como los ciudadanos debemos entrar por lo verde.

NOTA: El turno de este pequeño espacio, le corresponde a nuestro querido pueblo Patillal, donde tenemos algunos ascendientes, para él queremos sugerir con el sentir de muchos ciudadanos de bien, que si se va a invertir en la remodelación de la plaza ojalá se deje en lo posible su vegetación, además allí existen necesidades prioritarias como un buen acueducto, alcantarillado que no vierta los desechos en la Malena; además, se combata la descomposición social como el consumo de estupefacientes, así como el abigeato. Los patillaleros reclaman para este querido pueblo más atención y que se acaben las promesas hechas a través del tiempo por muchos mandatarios.

Por Hernán Maestre Martínez

*Especializado en gestión ambiental.

Columnista
23 noviembre, 2017

El futuro debe ser verde

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

En primera instancia debemos sentar la premisa de que en el mundo los partidos verde nacieron a la luz o necesidad de defender el medio ambiente, no para montar maquinarias, propagandas o consignas electorales que a la postre terminan en revanchistas y perversas, esto trae consigo apatía electoral, perdiéndose la oportunidad de llevar a cabo […]


En primera instancia debemos sentar la premisa de que en el mundo los partidos verde nacieron a la luz o necesidad de defender el medio ambiente, no para montar maquinarias, propagandas o consignas electorales que a la postre terminan en revanchistas y perversas, esto trae consigo apatía electoral, perdiéndose la oportunidad de llevar a cabo debates de interés con reflexiones sobre grandes temas nacionales e internacionales, que apunten a lo social, económico y ambiental.

No entendemos como existen “partidos verdes” que se dediquen a prender fragorosas llamas de la discordia, calumnia y politiquería barata. Para buenos entendedores pocas palabras.

Dicho lo anterior, digamos que en los próximos años el movimiento de líderes que consigan concretar un verdadero programa ambientalista, ganará la simpatía de esos que llamamos franja volátil y creciente de ciudadanos que ya están hastiados de la politiquería, la pelea, la diatriba y la contumelia. Claro que estos movimientos tienen la segura posibilidad de enfrentarse a esa corriente que hemos llamado depredadora del “progreso”, del cual el modelo económico mundial es el gran alcahueta. Notamos que a nombre del “progreso” o el “crecimiento económico”, se siguen talando los antiguos pulmones de nuestras ciudades, rellenando cuerpos de agua para luego realizar construcciones como ha sucedido aquí en Valledupar, Bogotá y en Cartagena, talando manglares y arrasando bosques tropicales, los desechos industriales van a parar a los ríos y por supuesto los domésticos y la reparación del daño no pasa o no va más allá de multas administrativas de consolación, como por ejemplo en Valledupar.

Para esta línea del futuro verde o corriente ambientalista que debe merecer la confianza de los ciudadanos decepcionados de los remedos de partidos verdes civilizados, consideramos serán un antagonista de lo que hoy se llama capitalismo salvaje, para lo cual los COP (comité de las partes) que se reúnen auspiciados por las Naciones Unidas, con la presencia de casi todos los países del mundo, están tratando de morigerar su accionar para frenar un poco lo que llamamos cambio climático. Esta línea verde debe ser un movimiento por la supervivencia no tanto de nosotros sino de quienes vendrán después de nosotros. Estamos experimentando sobradas evidencias de que vivimos en un medio cada vez más envenado y frágil ante los desórdenes a que hemos sometidos a la naturaleza en general.

Notamos que la riqueza de ahora y del futuro, como en el caso de los agro-combustibles, se está haciendo a expensa de una caída demencial en la producción de los alimentos.

Así las cosas, digamos que pelear por el medio ambiente equivale a frenar acciones que se prenden muchas veces con los argumentos de la “prosperidad”. Tanto los partidos disque verdes como los ciudadanos debemos entrar por lo verde.

NOTA: El turno de este pequeño espacio, le corresponde a nuestro querido pueblo Patillal, donde tenemos algunos ascendientes, para él queremos sugerir con el sentir de muchos ciudadanos de bien, que si se va a invertir en la remodelación de la plaza ojalá se deje en lo posible su vegetación, además allí existen necesidades prioritarias como un buen acueducto, alcantarillado que no vierta los desechos en la Malena; además, se combata la descomposición social como el consumo de estupefacientes, así como el abigeato. Los patillaleros reclaman para este querido pueblo más atención y que se acaben las promesas hechas a través del tiempo por muchos mandatarios.

Por Hernán Maestre Martínez

*Especializado en gestión ambiental.