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Editorial - 2 agosto, 2018

El Cesar, tierra bendita

El estudio general de suelos y zonificación de tierras del departamento del Cesar, realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), en alianza con la Corporación Autónoma Regional del Cesar, recuerda lo afortunados que son los cesarenses al contar con más de 2,2 millones de hectáreas llenas de diversidad de paisajes y climas. Invita a […]

El estudio general de suelos y zonificación de tierras del departamento del Cesar, realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), en alianza con la Corporación Autónoma Regional del Cesar, recuerda lo afortunados que son los cesarenses al contar con más de 2,2 millones de hectáreas llenas de diversidad de paisajes y climas. Invita a reconocer las bondades de este territorio bendecido.

Condensado en un libro, describe cómo la Serranía del Perijá, en el oriente, y la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte, con sus ríos bañan el valle y ofrecen todos los pisos térmicos para la producción ganadera y cultivos, como palma africana, maíz, arroz, plátano, yuca, sorgo, café, caña, cacao, pimentón, ají, tomate y cebolla, entre otros.
También destaca que la explotación de los yacimientos de carbón han sido esenciales en el crecimiento y desarrollo económico de los municipios de La Jagua de Ibirico, Chiriguaná, Becerril, Tamalameque y El Paso. Un capitulo polémico, porque la minería es considerada maldición para algunos, bendición para otros.

Según el estudio, las porciones para la producción y la conservación están casi que parejas. 1.084.573 hectáreas (48 por ciento del área departamental) son aptas para la agricultura, ganadería o desarrollos forestales, mientras que los terrenos que deben tender hacia la protección ambiental corresponden a 1.156.618 hectáreas (51,2 por ciento).

Según el director del IGAC Regional Cesar, este departamento no actualizaba la información de sus suelos desde 1987. Con este nuevo insumo, académicos, planificadores, gremios, autoridades ambientales, entes territoriales y comunidades podrán identificar las características de su territorio, lo que permitirá orientar la gestión de sus suelos, conservar la naturaleza e impulsar el desarrollo del sector agrícola, ganadero, forestal y turístico de esta región.

El consolidado del estudio fue lanzada esta semana junto a otro destacable, el libro ‘Ecohidrología: Equilibrio natural y agua para la vida’, que busca visibilizar y validar el efecto del comportamiento biótico (floray fauna) de la Sierra Nevada de Santa Marta y Serranía del Perijá, sobre las condiciones microclimáticas de cuatro cuencas, analizando el papel de los bosques naturales sobre la disponibilidad del agua y la adaptación activa al Cambio Climático, un trabajo en convenio con la Fundación Universidad del Valle.

La tarea ahora es poner a circular estos dos estudios, que no se deben quedar en los anaqueles de las dos entidades involucradas, estas deben procurar que los libros llegan a la comunidad, para que se conozcan los tesoros naturales que posee el Cesar y se reflexione sobre la importancia de la educación ambiental para la preservación de los mismos.

Editorial
2 agosto, 2018

El Cesar, tierra bendita

El estudio general de suelos y zonificación de tierras del departamento del Cesar, realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), en alianza con la Corporación Autónoma Regional del Cesar, recuerda lo afortunados que son los cesarenses al contar con más de 2,2 millones de hectáreas llenas de diversidad de paisajes y climas. Invita a […]


El estudio general de suelos y zonificación de tierras del departamento del Cesar, realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC), en alianza con la Corporación Autónoma Regional del Cesar, recuerda lo afortunados que son los cesarenses al contar con más de 2,2 millones de hectáreas llenas de diversidad de paisajes y climas. Invita a reconocer las bondades de este territorio bendecido.

Condensado en un libro, describe cómo la Serranía del Perijá, en el oriente, y la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte, con sus ríos bañan el valle y ofrecen todos los pisos térmicos para la producción ganadera y cultivos, como palma africana, maíz, arroz, plátano, yuca, sorgo, café, caña, cacao, pimentón, ají, tomate y cebolla, entre otros.
También destaca que la explotación de los yacimientos de carbón han sido esenciales en el crecimiento y desarrollo económico de los municipios de La Jagua de Ibirico, Chiriguaná, Becerril, Tamalameque y El Paso. Un capitulo polémico, porque la minería es considerada maldición para algunos, bendición para otros.

Según el estudio, las porciones para la producción y la conservación están casi que parejas. 1.084.573 hectáreas (48 por ciento del área departamental) son aptas para la agricultura, ganadería o desarrollos forestales, mientras que los terrenos que deben tender hacia la protección ambiental corresponden a 1.156.618 hectáreas (51,2 por ciento).

Según el director del IGAC Regional Cesar, este departamento no actualizaba la información de sus suelos desde 1987. Con este nuevo insumo, académicos, planificadores, gremios, autoridades ambientales, entes territoriales y comunidades podrán identificar las características de su territorio, lo que permitirá orientar la gestión de sus suelos, conservar la naturaleza e impulsar el desarrollo del sector agrícola, ganadero, forestal y turístico de esta región.

El consolidado del estudio fue lanzada esta semana junto a otro destacable, el libro ‘Ecohidrología: Equilibrio natural y agua para la vida’, que busca visibilizar y validar el efecto del comportamiento biótico (floray fauna) de la Sierra Nevada de Santa Marta y Serranía del Perijá, sobre las condiciones microclimáticas de cuatro cuencas, analizando el papel de los bosques naturales sobre la disponibilidad del agua y la adaptación activa al Cambio Climático, un trabajo en convenio con la Fundación Universidad del Valle.

La tarea ahora es poner a circular estos dos estudios, que no se deben quedar en los anaqueles de las dos entidades involucradas, estas deben procurar que los libros llegan a la comunidad, para que se conozcan los tesoros naturales que posee el Cesar y se reflexione sobre la importancia de la educación ambiental para la preservación de los mismos.