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Editorial - 9 agosto, 2018

Duque y su pacto por Colombia

La primera visita presidencial de Iván Duque Márquez fue al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde ayer revisó temas de salud, seguridad, servicio de conectividad, agua potable, alcantarillado, y diálogo con empresarios de la economía naranja. Esa visita fue un compromiso de campaña. Así esperamos que cumpla con el resto de las […]

La primera visita presidencial de Iván Duque Márquez fue al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde ayer revisó temas de salud, seguridad, servicio de conectividad, agua potable, alcantarillado, y diálogo con empresarios de la economía naranja. Esa visita fue un compromiso de campaña.

Así esperamos que cumpla con el resto de las regiones con necesidades básicas insatisfechas, como el departamento del Cesar, donde autoridades locales, gremios y ciudadanía en general, esperan ser escuchados pronto por el mandatario.

Aunque son muchos los temas a trabajar, destacamos de su discurso de posesión los tres pilares del pacto por Colombia, como tituló la intervención presentada ante más tres mil espectadores en la Plaza de Bolívar.

Se trata del pacto por legalidad, el pacto por el emprendimiento y el pacto por la equidad. Del primero destacamos que señaló la legalidad como la forma de defender la vida de todos los colombianos y proteger la integridad de los líderes políticos y sociales amenazadas. Además anunció que desplegará los correctivos para asegurar a las víctimas verdad, justicia proporcional, reparación y no repetición.

La lucha contra el narcotráfico también está entre sus prioridades, como lo demostró con su primer proyecto ante el Congreso, que busca que este flagelo y el secuestro no sean delitos conexos a delitos políticos ni mecanismos legítimos para financiar y promover ninguna causa.

Además anunció mano dura contra los carteles de la droga y contra la erradicación de cultivos ilícitos de la mano de las comunidades. Aunque con reparos al proceso de paz, también dijo que cree en la desmovilización, el desarme y la reinserción de la base guerrillera.

Esperamos que sea efectiva su estrategia de legalidad, como también la de reactivación económica, que propone consolidar un crecimiento potencial superior al 4 por ciento del PIB, como lo explicó en el pacto por el emprendimiento. Dijo que Colombia debe ser un país donde micros, pequeñas, medianas y grandes empresas progresen de manera sostenible para generar empleos de calidad, para lo cual plantea un sistema tributario y de desarrollo productivo orientado a la inversión, el ahorro, la formalización, la productividad y la competitividad. Como siempre, sacó a relucir su compromiso con el impulso a la Economía Naranja y no se olvidó del emprendimiento para el desarrollo del campo, a través del desarrollo agro-industrial.

Con los dos pactos anteriores, Duque considera que podrá darse el tercero: la equidad.

Reconoció que Colombia tiene que reducir las brechas entre ricos y pobres, eliminar las distancias entre regiones con desarrollo y otras en la miseria. Esa agenda de equidad aborda la educación, enfrentar la crisis de la salud, inclusión a la población discapacitada en el acceso a oportunidades y que las minorías étnicas asuman roles visibles de liderazgo, darle vida al deporte y a la cultura como medios para que el talento se traduzca en progreso.

Para terminar destacamos unas de las primeras frases de su discurso conciliador, que esperamos no quede en letra muerta y ese postura no se pierde por intereses politiqueros: “Quiero gobernar a Colombia con valores y principios inquebrantables, superando las divisiones de izquierda y derecha, superando con el diálogo popular los sentimientos hirsutos que invitan a la fractura social, quiero gobernar a Colombia con el espíritu de construir, nunca de destruir”.

Editorial
9 agosto, 2018

Duque y su pacto por Colombia

La primera visita presidencial de Iván Duque Márquez fue al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde ayer revisó temas de salud, seguridad, servicio de conectividad, agua potable, alcantarillado, y diálogo con empresarios de la economía naranja. Esa visita fue un compromiso de campaña. Así esperamos que cumpla con el resto de las […]


La primera visita presidencial de Iván Duque Márquez fue al archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde ayer revisó temas de salud, seguridad, servicio de conectividad, agua potable, alcantarillado, y diálogo con empresarios de la economía naranja. Esa visita fue un compromiso de campaña.

Así esperamos que cumpla con el resto de las regiones con necesidades básicas insatisfechas, como el departamento del Cesar, donde autoridades locales, gremios y ciudadanía en general, esperan ser escuchados pronto por el mandatario.

Aunque son muchos los temas a trabajar, destacamos de su discurso de posesión los tres pilares del pacto por Colombia, como tituló la intervención presentada ante más tres mil espectadores en la Plaza de Bolívar.

Se trata del pacto por legalidad, el pacto por el emprendimiento y el pacto por la equidad. Del primero destacamos que señaló la legalidad como la forma de defender la vida de todos los colombianos y proteger la integridad de los líderes políticos y sociales amenazadas. Además anunció que desplegará los correctivos para asegurar a las víctimas verdad, justicia proporcional, reparación y no repetición.

La lucha contra el narcotráfico también está entre sus prioridades, como lo demostró con su primer proyecto ante el Congreso, que busca que este flagelo y el secuestro no sean delitos conexos a delitos políticos ni mecanismos legítimos para financiar y promover ninguna causa.

Además anunció mano dura contra los carteles de la droga y contra la erradicación de cultivos ilícitos de la mano de las comunidades. Aunque con reparos al proceso de paz, también dijo que cree en la desmovilización, el desarme y la reinserción de la base guerrillera.

Esperamos que sea efectiva su estrategia de legalidad, como también la de reactivación económica, que propone consolidar un crecimiento potencial superior al 4 por ciento del PIB, como lo explicó en el pacto por el emprendimiento. Dijo que Colombia debe ser un país donde micros, pequeñas, medianas y grandes empresas progresen de manera sostenible para generar empleos de calidad, para lo cual plantea un sistema tributario y de desarrollo productivo orientado a la inversión, el ahorro, la formalización, la productividad y la competitividad. Como siempre, sacó a relucir su compromiso con el impulso a la Economía Naranja y no se olvidó del emprendimiento para el desarrollo del campo, a través del desarrollo agro-industrial.

Con los dos pactos anteriores, Duque considera que podrá darse el tercero: la equidad.

Reconoció que Colombia tiene que reducir las brechas entre ricos y pobres, eliminar las distancias entre regiones con desarrollo y otras en la miseria. Esa agenda de equidad aborda la educación, enfrentar la crisis de la salud, inclusión a la población discapacitada en el acceso a oportunidades y que las minorías étnicas asuman roles visibles de liderazgo, darle vida al deporte y a la cultura como medios para que el talento se traduzca en progreso.

Para terminar destacamos unas de las primeras frases de su discurso conciliador, que esperamos no quede en letra muerta y ese postura no se pierde por intereses politiqueros: “Quiero gobernar a Colombia con valores y principios inquebrantables, superando las divisiones de izquierda y derecha, superando con el diálogo popular los sentimientos hirsutos que invitan a la fractura social, quiero gobernar a Colombia con el espíritu de construir, nunca de destruir”.