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Editorial - 22 mayo, 2015

Desnutrición: alerta roja

El caso de La Guajira, donde han muerto más de cuatro mil niños por desnutrición en los últimos cinco años encendió las alarmas de todo el país. Una situación que venía soterrada, sigilosa, como una sombra que por donde pasaba en este territorio dejaba niños muertos sin que nadie dijera nada. Ahora cuando está verificada […]

El caso de La Guajira, donde han muerto más de cuatro mil niños por desnutrición en los últimos cinco años encendió las alarmas de todo el país. Una situación que venía soterrada, sigilosa, como una sombra que por donde pasaba en este territorio dejaba niños muertos sin que nadie dijera nada.

Ahora cuando está verificada la crisis de nutrición en el departamento vecino, cuando se habla incluso de que son más las víctimas, cuando se observa en los noticieros nacionales como les quitan los niños a los padres para salvarlos de la muerte, el Cesar también entra a la escena, al conocerse un informe del Instituto Nacional de Salud correspondiente al año 2015, que indica que es el tercero de los departamentos de Colombia que reportan muertes de niños menores de cinco años por desnutrición.

No es una situación nueva, porque en vigencias anteriores también ocurrieron muertes de menores de cinco años por desnutrición. ¿Dónde están los niños desnutridos del Cesar? ¿Por qué el silencio de las autoridades de salud? Estos casos siempre pasan inadvertidos y solo cuando les dan la dimensión desde Bogotá es cuando comienza a importarles a las instituciones y a la sociedad.

El Instituto Nacional de Salud reportó en lo que va del 2015, 41 muertes de niños por desnutrición, seis de La Guajira, cuatro de Córdoba y tres el Cesar. Esto debe poner en máxima alerta a las autoridades cesarenses para revisar la política pública de primera infancia para evitar que estos casos aumenten.

Sería muy lamentable que el Cesar se convierta en otra Guajira. La Asamblea del Cesar con el inicio de sus sesiones debería priorizar este tema, así como los concejos de los 25 municipios, para que hagan control político a los programas que ejecutan las entidades territoriales para tener bajo control el tema de la nutrición infantil.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en el Cesar debe ser más proactivo en este caso y no salir a lamentar cuando ya no haya nada que hacer. Hay que jalar a los gobernantes para que den la cara y sean libros abiertos en la ejecución de los recursos para nutrición. Con la vida de los menores no se juega.

Editorial
22 mayo, 2015

Desnutrición: alerta roja

El caso de La Guajira, donde han muerto más de cuatro mil niños por desnutrición en los últimos cinco años encendió las alarmas de todo el país. Una situación que venía soterrada, sigilosa, como una sombra que por donde pasaba en este territorio dejaba niños muertos sin que nadie dijera nada. Ahora cuando está verificada […]


El caso de La Guajira, donde han muerto más de cuatro mil niños por desnutrición en los últimos cinco años encendió las alarmas de todo el país. Una situación que venía soterrada, sigilosa, como una sombra que por donde pasaba en este territorio dejaba niños muertos sin que nadie dijera nada.

Ahora cuando está verificada la crisis de nutrición en el departamento vecino, cuando se habla incluso de que son más las víctimas, cuando se observa en los noticieros nacionales como les quitan los niños a los padres para salvarlos de la muerte, el Cesar también entra a la escena, al conocerse un informe del Instituto Nacional de Salud correspondiente al año 2015, que indica que es el tercero de los departamentos de Colombia que reportan muertes de niños menores de cinco años por desnutrición.

No es una situación nueva, porque en vigencias anteriores también ocurrieron muertes de menores de cinco años por desnutrición. ¿Dónde están los niños desnutridos del Cesar? ¿Por qué el silencio de las autoridades de salud? Estos casos siempre pasan inadvertidos y solo cuando les dan la dimensión desde Bogotá es cuando comienza a importarles a las instituciones y a la sociedad.

El Instituto Nacional de Salud reportó en lo que va del 2015, 41 muertes de niños por desnutrición, seis de La Guajira, cuatro de Córdoba y tres el Cesar. Esto debe poner en máxima alerta a las autoridades cesarenses para revisar la política pública de primera infancia para evitar que estos casos aumenten.

Sería muy lamentable que el Cesar se convierta en otra Guajira. La Asamblea del Cesar con el inicio de sus sesiones debería priorizar este tema, así como los concejos de los 25 municipios, para que hagan control político a los programas que ejecutan las entidades territoriales para tener bajo control el tema de la nutrición infantil.
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar en el Cesar debe ser más proactivo en este caso y no salir a lamentar cuando ya no haya nada que hacer. Hay que jalar a los gobernantes para que den la cara y sean libros abiertos en la ejecución de los recursos para nutrición. Con la vida de los menores no se juega.