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Columnista - 26 enero, 2017

Cunde la incertidumbre mundial

Donald Trump, el nuevo presidente de Estados Unidos es un controvertido magnate inmobiliario ya mayor de 70 años, pues nació en junio de 1946; por ende, algunos satirizan el precedente de  ser el más viejo y acaudalado de los 45 gobernantes que han elegido en el país más poderoso del mundo. Pero lo más polémico […]

Donald Trump, el nuevo presidente de Estados Unidos es un controvertido magnate inmobiliario ya mayor de 70 años, pues nació en junio de 1946; por ende, algunos satirizan el precedente de  ser el más viejo y acaudalado de los 45 gobernantes que han elegido en el país más poderoso del mundo. Pero lo más polémico es su comportamiento estrafalario sin -o poco- recato, ya que, reiteradamente, se ha visto envuelto en escándalos, que si bien los medios le dan protagonismo, también lo dejan mal parado ante la opinión internacional.

En consecuencia, ahora cunde la incertidumbre mundial, porque el mandamás del imperio no deja duda que durante su gobierno la brecha entre ricos y pobres se ampliará mucho más. Para mejor reflexión escribo las reseñas de quienes presidirán las principales secretarías en la Casa Blanca de Washington.

Secretaria de Educación, Betsy DeVos, una ricachona inexperta en el tema educativo, defensora a ultranza de la privatización de la educación, a través de la cual el Estado paga a las escuelas privadas las matrículas de los estudiantes sin recursos, en vez de incrementar las escuelas públicas con profesores idóneos.

Wilbur Ross, designado como Secretario de Comercio, es un anciano  multimillonario de 79 años de edad ducho en la materia,  avezado en la compra de empresas en crisis financiera para después reestructurarlas, obteniendo amplio lucro sin importarle el recorte masivo de trabajadores; por consiguiente, es uno de los tantos estadounidenses conocidos como inversionistas buitres.

Steve Mnuchin, nombrado como Secretario del Tesoro, quien tiene el antecedente de haberse aliado con un grupo de capitalistas para comprar un banco hipotecario en quiebra, al cual le cambiaron el nombre, y rápidamente confiscaron las casas de los propietarios atrasados en sus pagos de hipotecas. Cuando un juez de Nueva York los califica como oportunistas repugnantes, los recientes copropietarios de dicho banco se limitaron a responder que, respetuosamente, no estaban de acuerdo con el arbitrante. Y en corto tiempo vendieron el banco con beneficiosa rentabilidad.

Tom Price, nominado como Secretario de Salud y Servicios Humanos, como congresista ha sido duro crítico del sistema de salud implantado por el expresidente Obama, ahora como secretario presidencial ayudará a desmontar la reforma sanitaria conocida como Obamacare, uno de los principales propósitos anunciados por el presidente Donald Trump.

Steve Bannon, este ultraconservador personaje fue designado jefe principal de estrategia de la Casa Blanca, nombramiento preocupante si tenemos en cuenta que es un asesor pregonero del racismo, de la homofobia, de la misoginia y el antisemitismo.

En fin, con Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el panorama no es nada alentador, para colmo no ha nombrado a ningún latinoamericano en puestos de gran importancia. Mi deseo es que los presidentes de los otros países sean inteligentes para poder capotear las embestidas que seguramente recibiremos durante su periodo gubernativo, que si es así como lo ha iniciado será bien difícil de tolerar.

Ojalá y cambie el encopetado presidente, porque si no, ni siquiera me atrevo a pronosticar o  imaginar cuál será la suerte del mundo entero.

Columnista
26 enero, 2017

Cunde la incertidumbre mundial

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Donald Trump, el nuevo presidente de Estados Unidos es un controvertido magnate inmobiliario ya mayor de 70 años, pues nació en junio de 1946; por ende, algunos satirizan el precedente de  ser el más viejo y acaudalado de los 45 gobernantes que han elegido en el país más poderoso del mundo. Pero lo más polémico […]


Donald Trump, el nuevo presidente de Estados Unidos es un controvertido magnate inmobiliario ya mayor de 70 años, pues nació en junio de 1946; por ende, algunos satirizan el precedente de  ser el más viejo y acaudalado de los 45 gobernantes que han elegido en el país más poderoso del mundo. Pero lo más polémico es su comportamiento estrafalario sin -o poco- recato, ya que, reiteradamente, se ha visto envuelto en escándalos, que si bien los medios le dan protagonismo, también lo dejan mal parado ante la opinión internacional.

En consecuencia, ahora cunde la incertidumbre mundial, porque el mandamás del imperio no deja duda que durante su gobierno la brecha entre ricos y pobres se ampliará mucho más. Para mejor reflexión escribo las reseñas de quienes presidirán las principales secretarías en la Casa Blanca de Washington.

Secretaria de Educación, Betsy DeVos, una ricachona inexperta en el tema educativo, defensora a ultranza de la privatización de la educación, a través de la cual el Estado paga a las escuelas privadas las matrículas de los estudiantes sin recursos, en vez de incrementar las escuelas públicas con profesores idóneos.

Wilbur Ross, designado como Secretario de Comercio, es un anciano  multimillonario de 79 años de edad ducho en la materia,  avezado en la compra de empresas en crisis financiera para después reestructurarlas, obteniendo amplio lucro sin importarle el recorte masivo de trabajadores; por consiguiente, es uno de los tantos estadounidenses conocidos como inversionistas buitres.

Steve Mnuchin, nombrado como Secretario del Tesoro, quien tiene el antecedente de haberse aliado con un grupo de capitalistas para comprar un banco hipotecario en quiebra, al cual le cambiaron el nombre, y rápidamente confiscaron las casas de los propietarios atrasados en sus pagos de hipotecas. Cuando un juez de Nueva York los califica como oportunistas repugnantes, los recientes copropietarios de dicho banco se limitaron a responder que, respetuosamente, no estaban de acuerdo con el arbitrante. Y en corto tiempo vendieron el banco con beneficiosa rentabilidad.

Tom Price, nominado como Secretario de Salud y Servicios Humanos, como congresista ha sido duro crítico del sistema de salud implantado por el expresidente Obama, ahora como secretario presidencial ayudará a desmontar la reforma sanitaria conocida como Obamacare, uno de los principales propósitos anunciados por el presidente Donald Trump.

Steve Bannon, este ultraconservador personaje fue designado jefe principal de estrategia de la Casa Blanca, nombramiento preocupante si tenemos en cuenta que es un asesor pregonero del racismo, de la homofobia, de la misoginia y el antisemitismo.

En fin, con Donald Trump como presidente de Estados Unidos, el panorama no es nada alentador, para colmo no ha nombrado a ningún latinoamericano en puestos de gran importancia. Mi deseo es que los presidentes de los otros países sean inteligentes para poder capotear las embestidas que seguramente recibiremos durante su periodo gubernativo, que si es así como lo ha iniciado será bien difícil de tolerar.

Ojalá y cambie el encopetado presidente, porque si no, ni siquiera me atrevo a pronosticar o  imaginar cuál será la suerte del mundo entero.