Como consecuencia a los altos índices de muertes de personas y heridos en accidentes de tránsito que involucraban conductores bajo los efectos del alcohol, el Congreso de la República aprobó la Ley 1696 de 19 de diciembre 2013 o la ley contra ‘Los conductores Borrachos’ para que las autoridades ejercieran mayor control sobre estos imprudentes.

El propósito de la ley es castigar a quienes ocasionen lesiones personales y muerte, bajo los efectos del alcohol o de sustancias sicotrópicas; fueron los familiares de las víctimas de conductores ebrios que convencieron al Congreso a aprobar esta ordenanza.

Según el director de carreteras de la Policía Nacional, en el 2012 ocurrieron 456 muertos en accidentes de tránsito y el último reporte de las autoridades el 20 de diciembre de 2013 iban 448 muertos y la mayor parte de las víctimas eran jóvenes entre 20 y 24 años.

En el Cesar las cifras de muertes y lesiones en accidentes de tránsito en enero de 2014 han reducido en comparación con el mismo mes de 2013 según datos estadísticos de la Policía de Tránsito y Transporte del departamento.

Accidentalidad en el Cesar

Aunque Valledupar no se compara con las grandes capitales del país en el número de accidentes de tránsito, la ley contra ‘Los conductores Borrachos’ ha generado conciencia entre los ciudadanos a la hora de ingerir alcohol y conducir vehículos y motocicletas, por el temor de ser sancionados con las millonarias multas de esta ordenanza.

Pero hay quienes lo siguen haciendo y debido a eso en la capital del Cesar, personas preocupadas por la integridad de los vallenatos hicieron una sociedad para conformar la primera entidad de conductores elegidos en la ciudad, bajo el nombre de ‘Conductor elegido de la mano de Dios’, está conformada por ocho conductores, quienes ofrecen sus servicios cuando el usuario se sienta que no está en condiciones de conducir su vehículo porque ha ingerido mucho licor y teme ser sancionado por la Ley 1696 de diciembre 2013.

Oraldo Ocampo Fragozo, uno de los fundadores de esta sociedad indicó que, el servicio lo ofrecen durante las 24 horas y su principal objetivo es acompañar a las personas que quieren disfrutar con amigos y familiares y luego ser transportados hasta sus residencias.

Según Ocampo, los días en los que el servicio es más requerido son los fines de semana entre viernes y sábado, dependiendo de los diferentes eventos que haya en la ciudad.

“Depende si hay algún toque de un músico como tal, entonces la gente comienza a llamarnos a solicitar servicios de dos y tres horas, o una carrera pero más que todo los fines de semana”, dijo Oraldo.

Para esos días alrededor de ocho y diez servicios son solicitados a la empresa de conductores elegidos.

Según Ocampo, este tipo de servicio en la cultura vallenata genera desconfianza y por tal motivo prefieren exponerse a las sanciones y multas de la ley contra los borrachos.

Datos de la Policía de Tránsito y Transporte del Cesar indican que desde que entró en vigencia esta ley contra los conductores ebrios se han realizado 242 comparendos.

Del 19 al 31 de diciembre de 2013 se realizaron 57 comparendos, mientras que en lo que va corrido del año van 157, el último fin de semana se hicieron 28.

Con esta ley se dictan disposiciones penales y administrativas para sancionar la conducción bajo el influjo del alcohol u otras sustancias psicoactivas.

Algunos de los puntos más relevantes de la Ley contra conductores ebrios en Colombia son:

* para este año, la multa más baja es de 1.848.000 (para grado cero de alcoholemia – dos cervezas) hasta 29.568.000. Además, contempla pérdida de licencia mínimo durante un año.

* Aumento de penas. Por ejemplo: la condena por atropellar una persona es de dos años. Si el conductor está en estado de embriaguez aumenta un año adicional la pena.

* Los conductores resarcirán a la sociedad con obras comunitarias.

* Si se trata de conductores de vehículos de servicio público, de transporte escolar o de instructor de conducción, la multa y el período de suspensión de la licencia se duplicarán.

* En el caso de homicidio por conducción bajo efectos del alcohol, la pena aumenta de dos terceras partes al doble, y puede llegar hasta 18 años de cárcel.

Por Mohamed Osman Díaz

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