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Columnista - 19 octubre, 2017

Colombia requiere lo mejor posible

Imitando un viejo refrán, de Germán Vargas Lleras se puede decir que acompañó al presidente JM Santos en la refrendación del acuerdo de paz con las Farc, para después salir con argumentos baladís en contra de la legislación transicional que encamina hacia el fortalecimiento de la paz. Presumo que la candidatura presidencial del expresidente Germán […]

Imitando un viejo refrán, de Germán Vargas Lleras se puede decir que acompañó al presidente JM Santos en la refrendación del acuerdo de paz con las Farc, para después salir con argumentos baladís en contra de la legislación transicional que encamina hacia el fortalecimiento de la paz.

Presumo que la candidatura presidencial del expresidente Germán Vargas podría desbaratarse, teniendo en cuenta que hoy debe cumplir la cita con la sala penal de la Corte Suprema de Justicia, para que declare sobre los trámites de adición del tramo Ocaña-Gamarra de la Ruta del Sol II, en los cuales está involucrado el senador Bernardo ‘El Ñoño’ Elías, investigado por este alto tribunal debido al escándalo de Odebrecht; además, están citados a declarar varios exministros, el exdirector del DNP, Simón Gaviria, entre otros altos exfuncionarios. Por el manto de recelo creado con el cartel de la toga, considero que el candidato presidencial de marras la tiene bien difícil para salir indemne de tan complicada situación.

La realidad es que muchos integrantes de la extrema derecha de nuestro país andan muy preocupados por la posibilidad de que el Congreso apruebe la Jurisdicción Especial de Paz, JEP, tal cual como está concebida en el acuerdo de paz con las Farc, porque en verdad, algunos prominentes ciudadanos vinculados a la extrema derecha podrían ser condenados a prisión aunque sea por poco tiempo.

A pesar de que tales probables encarcelamientos serían un duro golpe, a lo que más le teme la ultraderecha es a la alianza de la izquierda, ya que unida adquiere la potencia para llegar a la Presidencia de la República; y esto, no cabe duda alguna, la extrema derecha con su hegemonía económica no lo va a permitir en tan corto lapso, y por el elevado índice de pobreza presente, creo que en nuestro país pasarán varios años para que un socialista sea presidente de Colombia.

En todo caso, es decir, si Germán Vargas es o no es candidato presidencial, lo más probable es que se alié con el uribismo y el ordoñizmo, con tal probabilidad, en nuestro país no solo se aumentaría la desigualdad, sino que se concentraría la riqueza y la tenencia de la tierra en pocos propietarios, como ocurrió durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez.

Lo antepuesto trae a mi memoria el recuerdo cuando el susodicho personaje ya estaba en campaña presidencial, en la Asamblea de Fedegán, realizada  en la ciudad de Cartagena en noviembre del año 2000, donde participaron acaudalados e influyentes ganaderos y la mayoría de los asistentes recibieron con saludo falangista al controvertido personaje, que en su primera campaña presidencial publicó un decálogo (como los diez mandamientos de Dios, ya que se cree su mesías) por qué se debería votar por él, pero a la postre fue un fiasco para el país.

Ante el peligroso panorama político que vive el país, después de múltiples reflexiones –entre estas el análisis de los programas incipientes de los diferentes candidatos y precandidatos– he llegado a la conclusión que para el próximo periodo presidencial, la mejor opción es Sergio Fajardo Valderrama. Si bien carece de carisma no se le puede ignorar su sensatez  y serenidad. Amén de su experiencia administrativa. Hay que esperar para ver su fórmula vicepresidencial que también debe ser convincente, lo contrario le restaría votos.

Por José Romero Churio

Columnista
19 octubre, 2017

Colombia requiere lo mejor posible

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Romero Churio

Imitando un viejo refrán, de Germán Vargas Lleras se puede decir que acompañó al presidente JM Santos en la refrendación del acuerdo de paz con las Farc, para después salir con argumentos baladís en contra de la legislación transicional que encamina hacia el fortalecimiento de la paz. Presumo que la candidatura presidencial del expresidente Germán […]


Imitando un viejo refrán, de Germán Vargas Lleras se puede decir que acompañó al presidente JM Santos en la refrendación del acuerdo de paz con las Farc, para después salir con argumentos baladís en contra de la legislación transicional que encamina hacia el fortalecimiento de la paz.

Presumo que la candidatura presidencial del expresidente Germán Vargas podría desbaratarse, teniendo en cuenta que hoy debe cumplir la cita con la sala penal de la Corte Suprema de Justicia, para que declare sobre los trámites de adición del tramo Ocaña-Gamarra de la Ruta del Sol II, en los cuales está involucrado el senador Bernardo ‘El Ñoño’ Elías, investigado por este alto tribunal debido al escándalo de Odebrecht; además, están citados a declarar varios exministros, el exdirector del DNP, Simón Gaviria, entre otros altos exfuncionarios. Por el manto de recelo creado con el cartel de la toga, considero que el candidato presidencial de marras la tiene bien difícil para salir indemne de tan complicada situación.

La realidad es que muchos integrantes de la extrema derecha de nuestro país andan muy preocupados por la posibilidad de que el Congreso apruebe la Jurisdicción Especial de Paz, JEP, tal cual como está concebida en el acuerdo de paz con las Farc, porque en verdad, algunos prominentes ciudadanos vinculados a la extrema derecha podrían ser condenados a prisión aunque sea por poco tiempo.

A pesar de que tales probables encarcelamientos serían un duro golpe, a lo que más le teme la ultraderecha es a la alianza de la izquierda, ya que unida adquiere la potencia para llegar a la Presidencia de la República; y esto, no cabe duda alguna, la extrema derecha con su hegemonía económica no lo va a permitir en tan corto lapso, y por el elevado índice de pobreza presente, creo que en nuestro país pasarán varios años para que un socialista sea presidente de Colombia.

En todo caso, es decir, si Germán Vargas es o no es candidato presidencial, lo más probable es que se alié con el uribismo y el ordoñizmo, con tal probabilidad, en nuestro país no solo se aumentaría la desigualdad, sino que se concentraría la riqueza y la tenencia de la tierra en pocos propietarios, como ocurrió durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez.

Lo antepuesto trae a mi memoria el recuerdo cuando el susodicho personaje ya estaba en campaña presidencial, en la Asamblea de Fedegán, realizada  en la ciudad de Cartagena en noviembre del año 2000, donde participaron acaudalados e influyentes ganaderos y la mayoría de los asistentes recibieron con saludo falangista al controvertido personaje, que en su primera campaña presidencial publicó un decálogo (como los diez mandamientos de Dios, ya que se cree su mesías) por qué se debería votar por él, pero a la postre fue un fiasco para el país.

Ante el peligroso panorama político que vive el país, después de múltiples reflexiones –entre estas el análisis de los programas incipientes de los diferentes candidatos y precandidatos– he llegado a la conclusión que para el próximo periodo presidencial, la mejor opción es Sergio Fajardo Valderrama. Si bien carece de carisma no se le puede ignorar su sensatez  y serenidad. Amén de su experiencia administrativa. Hay que esperar para ver su fórmula vicepresidencial que también debe ser convincente, lo contrario le restaría votos.

Por José Romero Churio