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Columnista - 8 julio, 2016

Chiriguaná, la maldición del carbón

A comienzos de los años ochenta del siglo pasado todavía se escuchaba decir en el departamento del Cesar que había una población con mejores índices de necesidades insatisfechas, que todas las que la rodeaban; se decía que el mejor colegio de bachillerato de la región se encontraba allí, que el mejor hospital también estaba ahí, […]

A comienzos de los años ochenta del siglo pasado todavía se escuchaba decir en el departamento del Cesar que había una población con mejores índices de necesidades insatisfechas, que todas las que la rodeaban; se decía que el mejor colegio de bachillerato de la región se encontraba allí, que el mejor hospital también estaba ahí, inclusive que los mejores profesionales en casi todas la áreas eran oriundos o residían en el municipio de Chiriguaná.

Los jóvenes de municipios aledaños, La Jagua, El Paso, Curumaní, íbamos orgullosos a estudiar en el famoso Conalchi, Colegio Nacional de Bachillerato de Chiriguaná, allí nos sentíamos casi en una ciudad comparada con el atraso de las poblaciones de donde proveníamos; Chiriguaná sin duda alguna llegó a ser, después de Valledupar, el Municipio más importante del departamento del Cesar.

Es un contrasentido decir que a Chiriguaná le iba mejor cuando era pobre que ahora que es rico; sin embargo, me atrevo a reafirmar esto, porque pareciera que la riquezas provenientes de un recurso natural que estuvo durante siglos allí escondido, le trajeron más mal que bien a ese querido y pacífico pueblo, ya que después de empezar a recibir las millonarias regalías por cuenta de la explotación del carbón, todo cambió para empeorar.

Muchos de sus mandatarios han ido a parar a la cárcel y otros por lo menos se encuentran subjudices; su hospital pasó de ser el mejor de la región a un simple puesto de salud del más bajo nivel; la corrupción en los entes gubernamentales es de tal magnitud que lo que otrora era un orgullo, trabajar en el palacio Municipal, ahora es un descrédito que nadie quiere darse.

Aquellos que conocimos la prosperidad de Chiriguaná y conocemos la inteligencia, la bondad y el don de gentes de sus habitantes, añoramos que ese pueblo regrese por sus fueros y vuelva a ser el motor del centro del Cesar, hacemos votos para que se levante desde las cenizas como el ave fénix y tome las riendas del progreso de la zona, porque esos chiriguaneros emprendedores, valientes e ilustres, sabemos que no se han acabado, solo les pedimos que retomen su liderazgo y levanten las banderas del Chiriguaná poderoso que fue ayer; pensemos, con una frase de nuestro presidente, “la tal maldición del carbón no existe”.

COLOFÓN: Todo está preparado ya en el corregimiento de la Loma, el de mayor población en todo el país, municipio de El Paso, para que se abra el telón de la edición 26 del Festival de Canciones Samuel Martínez entre el 14 y el 17 de julio y hay presagios que indican que tendremos el mejor de los festivales en toda su historia.

Columnista
8 julio, 2016

Chiriguaná, la maldición del carbón

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

A comienzos de los años ochenta del siglo pasado todavía se escuchaba decir en el departamento del Cesar que había una población con mejores índices de necesidades insatisfechas, que todas las que la rodeaban; se decía que el mejor colegio de bachillerato de la región se encontraba allí, que el mejor hospital también estaba ahí, […]


A comienzos de los años ochenta del siglo pasado todavía se escuchaba decir en el departamento del Cesar que había una población con mejores índices de necesidades insatisfechas, que todas las que la rodeaban; se decía que el mejor colegio de bachillerato de la región se encontraba allí, que el mejor hospital también estaba ahí, inclusive que los mejores profesionales en casi todas la áreas eran oriundos o residían en el municipio de Chiriguaná.

Los jóvenes de municipios aledaños, La Jagua, El Paso, Curumaní, íbamos orgullosos a estudiar en el famoso Conalchi, Colegio Nacional de Bachillerato de Chiriguaná, allí nos sentíamos casi en una ciudad comparada con el atraso de las poblaciones de donde proveníamos; Chiriguaná sin duda alguna llegó a ser, después de Valledupar, el Municipio más importante del departamento del Cesar.

Es un contrasentido decir que a Chiriguaná le iba mejor cuando era pobre que ahora que es rico; sin embargo, me atrevo a reafirmar esto, porque pareciera que la riquezas provenientes de un recurso natural que estuvo durante siglos allí escondido, le trajeron más mal que bien a ese querido y pacífico pueblo, ya que después de empezar a recibir las millonarias regalías por cuenta de la explotación del carbón, todo cambió para empeorar.

Muchos de sus mandatarios han ido a parar a la cárcel y otros por lo menos se encuentran subjudices; su hospital pasó de ser el mejor de la región a un simple puesto de salud del más bajo nivel; la corrupción en los entes gubernamentales es de tal magnitud que lo que otrora era un orgullo, trabajar en el palacio Municipal, ahora es un descrédito que nadie quiere darse.

Aquellos que conocimos la prosperidad de Chiriguaná y conocemos la inteligencia, la bondad y el don de gentes de sus habitantes, añoramos que ese pueblo regrese por sus fueros y vuelva a ser el motor del centro del Cesar, hacemos votos para que se levante desde las cenizas como el ave fénix y tome las riendas del progreso de la zona, porque esos chiriguaneros emprendedores, valientes e ilustres, sabemos que no se han acabado, solo les pedimos que retomen su liderazgo y levanten las banderas del Chiriguaná poderoso que fue ayer; pensemos, con una frase de nuestro presidente, “la tal maldición del carbón no existe”.

COLOFÓN: Todo está preparado ya en el corregimiento de la Loma, el de mayor población en todo el país, municipio de El Paso, para que se abra el telón de la edición 26 del Festival de Canciones Samuel Martínez entre el 14 y el 17 de julio y hay presagios que indican que tendremos el mejor de los festivales en toda su historia.