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Columnista - 9 abril, 2011

Billete

Por: ANTONIO HERNÁNDEZ GAMARRA La ciudadanía le debe al Ministro del Interior, Doctor Germán Vargas Lleras, gratitud por su perseverancia para que el poder se ejerza de manera recta y pulcra. Buena conducta que resalta con intensidad cada vez que se conoce la manera desvergonzada cómo actuaron algunos funcionarios del anterior gobierno. Ese merecido reconocimiento […]

Por: ANTONIO HERNÁNDEZ GAMARRA

La ciudadanía le debe al Ministro del Interior, Doctor Germán Vargas Lleras, gratitud por su perseverancia para que el poder se ejerza de manera recta y pulcra. Buena conducta que resalta con intensidad cada vez que se conoce la manera desvergonzada cómo actuaron algunos funcionarios del anterior gobierno.
Ese merecido reconocimiento no es, sin embargo, óbice para que se reflexione en torno a algunas de las afirmaciones que hiciera en el Foro Caribe Siglo XXI sobre el futuro de nuestra Región.
Allí el Ministro señaló que puesto a escoger entre los pagos para el gasto burocrático y los recursos financieros destinados a remediar las carencias de nuestras gentes, él preferiría esto último. Preferencia con la que muy pocos aquí estaríamos en desacuerdo, porque hasta donde yo sé el mito de que un mayor grado de autonomía costaría cien mil  millones de pesos anuales, no fue más que un medio para descalificar las aspiraciones regionales. El único documento que contiene una cuantificación razonada de lo que sería el gasto para pagar el funcionamiento de una austera administración regional fue elaborado por Elvia Mejía y vale casi veinte veces menos de la cifra con la que se estigmatizó la creación de la Región como Entidad Territorial.
Sobre la base de que casi todos los Caribeños estamos de acuerdo en que la administración de la Región, cuando ella se cree debe ser austera y sobre la base de sólidos principios de probidad, sería cuestión de horas ponernos de acuerdo con el Gobierno Central para disipar sus preocupaciones a este respecto.
Más compleja me pareció la descripción del Doctor Vargas Lleras sobre la manera como se están distribuyendo los recursos financieros – el billete, como dijo en tono coloquial – para superar los efectos de la ola invernal. Según entendí, cada jueves las autoridades nacionales deciden qué proyectos se financiarán sobre la base de las solicitudes individuales de cada uno de los gobernadores. Si ese es el mecanismo de asignación de recursos se carecería de una visión integral para la solución de los impactos del desastre y se volvería trizas aquello de que nada va a ser igual, porque todo va a ser mejor.

Si así fueran las cosas le cabrían, por igual, responsabilidades al Gobierno Nacional y a los gobernadores porque sería inconcebible que el Plan de Reconstrucción no tuviera compromisos de largo aliento y que los recursos financieros – el billete – que a él se destinara no estuviesen conectados con otras fuentes de financiamiento, en especial los tributos locales y el nuevo esquema institucional de las regalías, cuando éste quede aprobado a fines de este año o a principios del entrante.
A propósito de regalías el señor Presidente del Senado prometió en el Foro – otra vez – que en los próximos años el Caribe recibirá cuatro o cinco billones de pesos de esa fuente de financiación. Eso es mucho billete ciertamente. Sólo que en este caso sería bueno que los políticos en trance de popularidad distinguieran los auditorios a los que se dirigen.
Como nadie sabe cómo terminará la tramitación del Acto Legislativo que reforma el régimen de regalías, y mucho menos cuál será la repartición entre los beneficiarios que en él se designen, ya que eso solamente quedará establecido cuando se apruebe la respectiva ley, prometer ese “billete” fue irrespetuoso con la calificada audiencia presente en el Foro.

Columnista
9 abril, 2011

Billete

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio Hernandez Gamarra

Por: ANTONIO HERNÁNDEZ GAMARRA La ciudadanía le debe al Ministro del Interior, Doctor Germán Vargas Lleras, gratitud por su perseverancia para que el poder se ejerza de manera recta y pulcra. Buena conducta que resalta con intensidad cada vez que se conoce la manera desvergonzada cómo actuaron algunos funcionarios del anterior gobierno. Ese merecido reconocimiento […]


Por: ANTONIO HERNÁNDEZ GAMARRA

La ciudadanía le debe al Ministro del Interior, Doctor Germán Vargas Lleras, gratitud por su perseverancia para que el poder se ejerza de manera recta y pulcra. Buena conducta que resalta con intensidad cada vez que se conoce la manera desvergonzada cómo actuaron algunos funcionarios del anterior gobierno.
Ese merecido reconocimiento no es, sin embargo, óbice para que se reflexione en torno a algunas de las afirmaciones que hiciera en el Foro Caribe Siglo XXI sobre el futuro de nuestra Región.
Allí el Ministro señaló que puesto a escoger entre los pagos para el gasto burocrático y los recursos financieros destinados a remediar las carencias de nuestras gentes, él preferiría esto último. Preferencia con la que muy pocos aquí estaríamos en desacuerdo, porque hasta donde yo sé el mito de que un mayor grado de autonomía costaría cien mil  millones de pesos anuales, no fue más que un medio para descalificar las aspiraciones regionales. El único documento que contiene una cuantificación razonada de lo que sería el gasto para pagar el funcionamiento de una austera administración regional fue elaborado por Elvia Mejía y vale casi veinte veces menos de la cifra con la que se estigmatizó la creación de la Región como Entidad Territorial.
Sobre la base de que casi todos los Caribeños estamos de acuerdo en que la administración de la Región, cuando ella se cree debe ser austera y sobre la base de sólidos principios de probidad, sería cuestión de horas ponernos de acuerdo con el Gobierno Central para disipar sus preocupaciones a este respecto.
Más compleja me pareció la descripción del Doctor Vargas Lleras sobre la manera como se están distribuyendo los recursos financieros – el billete, como dijo en tono coloquial – para superar los efectos de la ola invernal. Según entendí, cada jueves las autoridades nacionales deciden qué proyectos se financiarán sobre la base de las solicitudes individuales de cada uno de los gobernadores. Si ese es el mecanismo de asignación de recursos se carecería de una visión integral para la solución de los impactos del desastre y se volvería trizas aquello de que nada va a ser igual, porque todo va a ser mejor.

Si así fueran las cosas le cabrían, por igual, responsabilidades al Gobierno Nacional y a los gobernadores porque sería inconcebible que el Plan de Reconstrucción no tuviera compromisos de largo aliento y que los recursos financieros – el billete – que a él se destinara no estuviesen conectados con otras fuentes de financiamiento, en especial los tributos locales y el nuevo esquema institucional de las regalías, cuando éste quede aprobado a fines de este año o a principios del entrante.
A propósito de regalías el señor Presidente del Senado prometió en el Foro – otra vez – que en los próximos años el Caribe recibirá cuatro o cinco billones de pesos de esa fuente de financiación. Eso es mucho billete ciertamente. Sólo que en este caso sería bueno que los políticos en trance de popularidad distinguieran los auditorios a los que se dirigen.
Como nadie sabe cómo terminará la tramitación del Acto Legislativo que reforma el régimen de regalías, y mucho menos cuál será la repartición entre los beneficiarios que en él se designen, ya que eso solamente quedará establecido cuando se apruebe la respectiva ley, prometer ese “billete” fue irrespetuoso con la calificada audiencia presente en el Foro.