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Editorial - 31 marzo, 2017

Asamblea en serio

Desde el primero de enero de 2016 a la fecha, la Asamblea del Cesar vino de tumbo en tumbo, afectando su credibilidad ante la comunidad que no percibe una dinámica de verdadero control político. En estos 12 meses se notó a unos a diputados ensimismados en peleas políticas, en persecuciones entre ellos mismos para desbancar […]

Desde el primero de enero de 2016 a la fecha, la Asamblea del Cesar vino de tumbo en tumbo, afectando su credibilidad ante la comunidad que no percibe una dinámica de verdadero control político.

En estos 12 meses se notó a unos a diputados ensimismados en peleas políticas, en persecuciones entre ellos mismos para desbancar de las curules a sus mismos compañeros, eso sin contar con las batallas jurídicas que desde afuera han hecho los candidatos que no ganaron, pero que guardaban la esperanza de entrar por vía judicial, como en efecto ocurrió con la curul del partido Alianza Verde.

El hecho de ser una Asamblea conformada por 11 diputados, con 10 de estos en coalición, no ha ayudado mucho a ganarse la confianza de los cesarenses, que esperarían que a un Departamento que ha invertido más de dos billones de pesos en los últimos gobiernos se la haga un seguimiento estricto para saber si la inversión de estos millonarios recursos ha impactado positivamente la vida de los cesarenses. ¿Saben los diputados si los dineros invertidos en el tema de agua potable han aumentado la cobertura, o seguimos igual? ¿Si lo invertido en programas de nutrición nos han sacado del grupo de los departamentos con más desnutrición de Colombia? ¿Si lo invertido en el Centro de Desarrollo Tecnológico –CDT- ha beneficiado al pequeño productor?

Tantas preguntas las que se hacen los cesarenses, que no alcanzarían las sesiones de la Asamblea en sus periodos ordinario y extraordinario para analizar la realidad social del departamento.

Ahora que ya se superó el juego de pin pon que existía con la curul de Cambio Radical con el diputado Julio Casadiegos, se espera una Asamblea proactiva, no reactiva, que vele por los intereses de la población y no que esté pendiente de cuidar la coalición y de aprobar los proyectos que presente el gobierno departamental a pupitrazo limpio para mantener la armonía política. A los diputados los eligieron para hacer control político y les corresponde cumplir con ese mandato constitucional. Que se haga sentir la Asamblea, que deje atrás los resentimientos y disputas políticas, que se respete las diferencias, el disenso y se llegue al consenso.
Hasta ahora de nada ha servido la renovación que tuvo la Asamblea en las últimas elecciones (60 %). La comunidad esperaba más señores: Jorge ‘Popo’ Barros, Eduardo Santos y José Castro (Partido de la U); José Mario Barriga y Camilo Lacouture (Partido Conservador); Julio Casadiegos y Miguel Ángel Gutiérrez (Cambio Radical); Omar Benjumea (Alianza Verde); Alfredo Pinto (Partido Liberal); Gelver Cárdenas (Opción Ciudadana), y Jimmy Watson (ASI).

Editorial
31 marzo, 2017

Asamblea en serio

Desde el primero de enero de 2016 a la fecha, la Asamblea del Cesar vino de tumbo en tumbo, afectando su credibilidad ante la comunidad que no percibe una dinámica de verdadero control político. En estos 12 meses se notó a unos a diputados ensimismados en peleas políticas, en persecuciones entre ellos mismos para desbancar […]


Desde el primero de enero de 2016 a la fecha, la Asamblea del Cesar vino de tumbo en tumbo, afectando su credibilidad ante la comunidad que no percibe una dinámica de verdadero control político.

En estos 12 meses se notó a unos a diputados ensimismados en peleas políticas, en persecuciones entre ellos mismos para desbancar de las curules a sus mismos compañeros, eso sin contar con las batallas jurídicas que desde afuera han hecho los candidatos que no ganaron, pero que guardaban la esperanza de entrar por vía judicial, como en efecto ocurrió con la curul del partido Alianza Verde.

El hecho de ser una Asamblea conformada por 11 diputados, con 10 de estos en coalición, no ha ayudado mucho a ganarse la confianza de los cesarenses, que esperarían que a un Departamento que ha invertido más de dos billones de pesos en los últimos gobiernos se la haga un seguimiento estricto para saber si la inversión de estos millonarios recursos ha impactado positivamente la vida de los cesarenses. ¿Saben los diputados si los dineros invertidos en el tema de agua potable han aumentado la cobertura, o seguimos igual? ¿Si lo invertido en programas de nutrición nos han sacado del grupo de los departamentos con más desnutrición de Colombia? ¿Si lo invertido en el Centro de Desarrollo Tecnológico –CDT- ha beneficiado al pequeño productor?

Tantas preguntas las que se hacen los cesarenses, que no alcanzarían las sesiones de la Asamblea en sus periodos ordinario y extraordinario para analizar la realidad social del departamento.

Ahora que ya se superó el juego de pin pon que existía con la curul de Cambio Radical con el diputado Julio Casadiegos, se espera una Asamblea proactiva, no reactiva, que vele por los intereses de la población y no que esté pendiente de cuidar la coalición y de aprobar los proyectos que presente el gobierno departamental a pupitrazo limpio para mantener la armonía política. A los diputados los eligieron para hacer control político y les corresponde cumplir con ese mandato constitucional. Que se haga sentir la Asamblea, que deje atrás los resentimientos y disputas políticas, que se respete las diferencias, el disenso y se llegue al consenso.
Hasta ahora de nada ha servido la renovación que tuvo la Asamblea en las últimas elecciones (60 %). La comunidad esperaba más señores: Jorge ‘Popo’ Barros, Eduardo Santos y José Castro (Partido de la U); José Mario Barriga y Camilo Lacouture (Partido Conservador); Julio Casadiegos y Miguel Ángel Gutiérrez (Cambio Radical); Omar Benjumea (Alianza Verde); Alfredo Pinto (Partido Liberal); Gelver Cárdenas (Opción Ciudadana), y Jimmy Watson (ASI).