La llegada de los 50 años, en los hombres, trae consigo un proceso genético que, aunque muy similar a la menopausia de la mujer, esta no genera cambios significativos en el comportamiento del hombre: la andropausia. Concepto que se traduce a la disminución de la producción de testosteronas, hormonas masculinas que se originan en los testículos, comprometiendo las capacidades sexuales de los hombres en temas de fuerza y habilidad.

Conocedores de la andropausia indican que a los 30 años el hombre ha descontado un 1% del 100% total de la producción de testosterona y, al llegar a los 70, ha perdido un 50% de las mismas; esta etapa conocida por la población como “menopausia masculina” demora en afectar a los hombres y se acostumbra a no reflejar muchos cambios.

María Isabel Galeón señala, en la ciudad de Valledupar este concepto no genera importancia en los vallenatos que de sólo conocer el tema, “liberan abundante carga de estrés, les cuesta aceptar o pensar que pueden sufrir de problemas relacionados con hormonas masculinas”, dijo.

Cambios en los ciclos de sueños, emocionales, psicológicos, reducción del deseo sexual, falta de resistencia muscular, probabilidad de enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, pérdida de vello genital entre otras, son las señales de la andropausia. Se han generado tratamientos para mejorar esta situación viril, tratando de recuperar testosteronas con medicamentos vía oral, inyecciones intramusculares o cremas tópicas. Hay que atender este diagnostico a tiempo porque, “aunque no se pierda la fertilidad, frecuentemente se va reduciendo el poder de la misma”.

Reloj biológico

Cuando se habla de reloj biológico se enfoca, principalmente, a la meta de procrear. Ser padres así como se fue hijo. Pero es un tema que, aunque en la población masculina vallenata este problema no afecta tanto, si es importante conocer sobre la infertilidad; el proceso genético donde los espermatozoides comienzan a eliminarse rápida y significativamente.

En la capital del Cesar, “la infertilidad masculina es poco frecuente”, señaló Hugues García Araujo, médico general. Para conocer sobre la probabilidad de sufrir de esta patología se debe realizar, agrega el profesional, “un espermograma donde, por medio de una muestra de semen verifican el conteo y estructura de los espermatozoides”.

Es común relacionar este problema con trastornos genéticos a nivel embrionario donde no “existe una adecuada formación de células que producen los espermatozoides”, acotó García Araujo. Esta imposibilidad de engendrar, en otras ocasiones, está asociada al contacto de quimioterapias, radioterapias, toxinas ambientales: plomo y pesticidas, cambios por enfermedades como síndrome de Kallman, déficit de testosterona, obesidad y mala alimentación; el consumo del tabaco y alcohol recurrentemente también pueden impedir causar un embarazo.

Al no ser un problema de salud sexual que manifieste cambios o haga notar situaciones irregulares en el cuerpo, refiriéndose a la andropausia e infertilidad, la principal ayuda en buscar debe enfocarse a profesionales o especialistas del tema; remedios caseros pueden afectar más la situación.

EDUARDO MOSCOTE / EL PILÓN
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