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Editorial - 8 mayo, 2017

Alerta roja en el Guatapurí

  Los colombianos no se reponen de la tragedia ocurrida en el municipio de Mocoa, capital del departamento de Putumayo, la noche del 31 de marzo y la madrugada del 1 de abril de este año, donde las fuertes lluvias provocaron los desbordamientos de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco, generando deslaves y flujos de […]

 

Los colombianos no se reponen de la tragedia ocurrida en el municipio de Mocoa, capital del departamento de Putumayo, la noche del 31 de marzo y la madrugada del 1 de abril de este año, donde las fuertes lluvias provocaron los desbordamientos de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco, generando deslaves y flujos de lodo en varios sectores de la cabecera municipal que causaron la destrucción de viviendas, puentes y arrastraron vehículos a su paso. Fueron arrasados 17 barrios de la ciudad, de los cuales cinco barrios quedaron destruidos totalmente. El resultado: más de 300 muertos y cientos de heridos.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, alertó que debido a las torrenciales lluvias en la región Caribe, especialmente en la Sierra Nevada, ríos como el Guatapurí tienen riesgo de crecientes súbitas.

Es una alerta roja que fue enviada desde este domingo, con especial énfasis en el río Guatapurí, un cauce que nace en la Sierra Nevada y que recorre 82 kilómetros para llegar a Valledupar. En su recorrido pasa por numerosas comunidades indígenas que en la tarde de ayer domingo sintieron rugir el cauce que hacía sonar las piedras que reposan en su lecho.

Es una alerta que debe mantenerse y manejarse con mucho cuidado, sin ser alarmistas, pero con el ánimo de que las autoridades tomen todas las medidas necesarias para evitar una tragedia que provoque pérdidas humanas y materiales. El corregimiento de Chemesquemena, comunidad kankuama, fue testigo de la fuerza del Guatapurí, cuyo caudal se desbordó e inundó cultivos, fincas y llegó a sitios que antes no se había llegado.

El Ideam tiene instaladas estaciones meteorológicas en la Sierra Nevada y afortunadamente puede obtener reportes a tiempo, para generar alertas oportunas. Pero una alerta no es suficiente, se necesita que las autoridades (lideradas por Gestión del Riesgo) preparen a las comunidades que viven en las riberas del Guatapurí. Lo que ocurrió la noche del domingo en Valledupar demostró que no estamos preparados para una emergencia, afortunadamente la creciente que llegó a Valledupar no fue de gran dimensión, pero sí generó temor y ni las autoridades apostadas en el puente sobre el balneario Hurtado cumplían con los protocolos exigidos.

Las lluvias seguirán, los pronósticos así lo indican. Hay que evitar una tragedia.

Editorial
8 mayo, 2017

Alerta roja en el Guatapurí

  Los colombianos no se reponen de la tragedia ocurrida en el municipio de Mocoa, capital del departamento de Putumayo, la noche del 31 de marzo y la madrugada del 1 de abril de este año, donde las fuertes lluvias provocaron los desbordamientos de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco, generando deslaves y flujos de […]


 

Los colombianos no se reponen de la tragedia ocurrida en el municipio de Mocoa, capital del departamento de Putumayo, la noche del 31 de marzo y la madrugada del 1 de abril de este año, donde las fuertes lluvias provocaron los desbordamientos de los ríos Mocoa, Mulato y Sancoyaco, generando deslaves y flujos de lodo en varios sectores de la cabecera municipal que causaron la destrucción de viviendas, puentes y arrastraron vehículos a su paso. Fueron arrasados 17 barrios de la ciudad, de los cuales cinco barrios quedaron destruidos totalmente. El resultado: más de 300 muertos y cientos de heridos.

El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, alertó que debido a las torrenciales lluvias en la región Caribe, especialmente en la Sierra Nevada, ríos como el Guatapurí tienen riesgo de crecientes súbitas.

Es una alerta roja que fue enviada desde este domingo, con especial énfasis en el río Guatapurí, un cauce que nace en la Sierra Nevada y que recorre 82 kilómetros para llegar a Valledupar. En su recorrido pasa por numerosas comunidades indígenas que en la tarde de ayer domingo sintieron rugir el cauce que hacía sonar las piedras que reposan en su lecho.

Es una alerta que debe mantenerse y manejarse con mucho cuidado, sin ser alarmistas, pero con el ánimo de que las autoridades tomen todas las medidas necesarias para evitar una tragedia que provoque pérdidas humanas y materiales. El corregimiento de Chemesquemena, comunidad kankuama, fue testigo de la fuerza del Guatapurí, cuyo caudal se desbordó e inundó cultivos, fincas y llegó a sitios que antes no se había llegado.

El Ideam tiene instaladas estaciones meteorológicas en la Sierra Nevada y afortunadamente puede obtener reportes a tiempo, para generar alertas oportunas. Pero una alerta no es suficiente, se necesita que las autoridades (lideradas por Gestión del Riesgo) preparen a las comunidades que viven en las riberas del Guatapurí. Lo que ocurrió la noche del domingo en Valledupar demostró que no estamos preparados para una emergencia, afortunadamente la creciente que llegó a Valledupar no fue de gran dimensión, pero sí generó temor y ni las autoridades apostadas en el puente sobre el balneario Hurtado cumplían con los protocolos exigidos.

Las lluvias seguirán, los pronósticos así lo indican. Hay que evitar una tragedia.