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Don Pilo - 8 noviembre, 2019

Villa Maruámake, un barrio alegre, artístico y emprendedor

El Villa Maruámake fue creado a partir de la venta de los lotes hace varias décadas, sus calles eran empedradas y carecían de servicios públicos domiciliarios, hoy en día el barrio tiene una cara mucho más favorable.

FOTO/ JOAQUÍN RAMÍREZ
FOTO/ JOAQUÍN RAMÍREZ
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¡Apreciados lectores! Hoy les presento a Villa Maruámake, un barrio ubicado al occidente de Valledupar detrás de las mallas de la empresa Transelca, frente al barrio Cicerón Maestre. Es un sector muy pequeño conformado por tres carreras y cuatro calles, con una población de alrededor de 1.200 habitantes; Maruámake, como se le suele decir, tiene unos 35 años de haberse fundado, siendo un barrio relativamente joven con la mayoría de sus calles ya pavimentadas.

Maruámake significa ´bienvenidos´ en el idioma arhuaco, y la gente de este barrio hace honor a su nombre, casi todos saludan cuando alguien llega de visita. Al entrar al barrio nos dimos cuenta de que los niños aún juegan en las calles y que la gente todavía se sienta al frente de su casa a coger fresco; casi todos los vecinos se conocen y el ambiente que se percibe es el de una comunidad unida a pesar de los diferentes problemas que puedan tener.

Álvaro Caro. FOTO/ SERGIO MCGREEN.

De manera muy amable nos recibió en su casa el señor Álvaro Caro, presidente de la Junta de Acción Comunal desde hace ya algunos periodos. Él nos contó un poco la historia del barrio, sobre cómo se conformó, sobre el trabajo que su equipo ha venido realizando y también sobre las necesidades que este tiene. Salimos a recorrer las calles y pudimos percatarnos del cariño que muchos le tienen gracias a su trabajo comunitario.

Se trabaja fuertemente por el bienestar de la gente

El presidente de la JAC cuenta que cuando él asumió el cargo las calles eran todas destapadas, padecían muchos problemas con los servicios públicos domiciliarios y muchas dificultades relacionadas con la inseguridad y la venta y consumo de estupefacientes. Luego, gracias a las ayudas recibidas por algunas administraciones municipales, el barrio se fue organizando y paulatinamente se convirtió en un buen vividero.

Conscientes del aumento de muchas problemáticas sociales, el equipo que conforma la JAC logró ponerse de acuerdo para empezar a ayudar a los adolescentes y adultos a salir del camino de las drogas.

De esta forma, con el apoyo de algunas entidades como la Policía Nacional, el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, el centro de rehabilitación Fundación Hombres de Bien y de la Iglesia Cejes, se han organizado muchas actividades lúdicas, recreativas, espirituales y de emprendimiento, que han dado como resultado hasta ahora la recuperación de más de 200 personas. Debido a este trabajo, Álvaro Caro y su equipo de trabajo han sufrido muchas amenazas en contra de su vida.

Con el apoyo de varias instituciones se le dio apertura a un comedor comunitario en el que se benefician niños de cinco a 18 años de todos los barrios circunvecinos en condición de vulnerabilidad; a estos niños se les brindan asesorías académicas y ayudas psicológicas, ya que muchos padecen problemas de abuso o bullying, cuenta Rosemarys Ospino, estudiante de psicología.

Ensayo de los niños del coro infantil navideño. FOTO/ SERGIO MCGREEN

Hemos logrado vincular a toda la comunidad en los diferentes eventos que se organizan en el municipio, tales como en el Festival Vallenato participando en piloneras, en el carnaval sacamos nuestras comparsas, hemos participado en torneos de fútbol y buscamos que nuestros jóvenes ocupen su tiempo en cosas productivas”, fueron las palabras de Caro al referirse a su trabajo comunitario.

A pesar de que Villa Maruámake es un barrio desconocido para muchos, se han organizado muy bien para mostrar su mejor cara. Las festividades de fin año coinciden con la fecha en la que los habitantes consideran que fue la fundación del barrio, de esta forma los habitantes realizan fiestas muy coloridas y diferentes concursos.

El año pasado construyeron el segundo pesebre en vivo más grande de Colombia, llamando la atención de muchas personas y medios de comunicación. Para este año plantean agregar un coro infantil navideño con más de 70 niños de este mismo barrio, por si fuera poco, este coro se hará con lenguaje de señas para que las personas con discapacidad auditiva también puedan disfrutarlo; se espera que se pueda abrir este show a partir del 5 de diciembre.

Maruámake también necesita el apoyo estatal

Los pobladores del barrio donde nos encontramos hoy no son ajenos a muchas problemáticas que aquejan otros sectores que hemos visitado, el abandono por parte de la administración en ciertos aspectos se ve reflejado en el enojo de la comunidad al tocarles este tema.

“Hemos sido ayudados por diferentes administraciones municipales a resolver nuestros problemas, pero esta que transcurre no nos ha determinado, seguramente porque no somos partidarios de ese movimiento político”, cuenta Álvaro Caro. Quien asegura que han enviado muchas peticiones pero no han recibido respuestas.

Hay un problema grave de dengue en el barrio, tenemos un niño en el hospital que lleva allá más de cinco días y no es el único de este barrio”, comentó la señora Dora Sepúlveda. La comunidad también se queja del manejo de aguas negras residuales de muchas casas que desemboca en la calle, creen que esto y la falta de limpieza de algunos espacios públicos son los causantes de la reproducción del mosquito.

Don Pilo
8 noviembre, 2019

Villa Maruámake, un barrio alegre, artístico y emprendedor

El Villa Maruámake fue creado a partir de la venta de los lotes hace varias décadas, sus calles eran empedradas y carecían de servicios públicos domiciliarios, hoy en día el barrio tiene una cara mucho más favorable.


FOTO/ JOAQUÍN RAMÍREZ
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¡Apreciados lectores! Hoy les presento a Villa Maruámake, un barrio ubicado al occidente de Valledupar detrás de las mallas de la empresa Transelca, frente al barrio Cicerón Maestre. Es un sector muy pequeño conformado por tres carreras y cuatro calles, con una población de alrededor de 1.200 habitantes; Maruámake, como se le suele decir, tiene unos 35 años de haberse fundado, siendo un barrio relativamente joven con la mayoría de sus calles ya pavimentadas.

Maruámake significa ´bienvenidos´ en el idioma arhuaco, y la gente de este barrio hace honor a su nombre, casi todos saludan cuando alguien llega de visita. Al entrar al barrio nos dimos cuenta de que los niños aún juegan en las calles y que la gente todavía se sienta al frente de su casa a coger fresco; casi todos los vecinos se conocen y el ambiente que se percibe es el de una comunidad unida a pesar de los diferentes problemas que puedan tener.

Álvaro Caro. FOTO/ SERGIO MCGREEN.

De manera muy amable nos recibió en su casa el señor Álvaro Caro, presidente de la Junta de Acción Comunal desde hace ya algunos periodos. Él nos contó un poco la historia del barrio, sobre cómo se conformó, sobre el trabajo que su equipo ha venido realizando y también sobre las necesidades que este tiene. Salimos a recorrer las calles y pudimos percatarnos del cariño que muchos le tienen gracias a su trabajo comunitario.

Se trabaja fuertemente por el bienestar de la gente

El presidente de la JAC cuenta que cuando él asumió el cargo las calles eran todas destapadas, padecían muchos problemas con los servicios públicos domiciliarios y muchas dificultades relacionadas con la inseguridad y la venta y consumo de estupefacientes. Luego, gracias a las ayudas recibidas por algunas administraciones municipales, el barrio se fue organizando y paulatinamente se convirtió en un buen vividero.

Conscientes del aumento de muchas problemáticas sociales, el equipo que conforma la JAC logró ponerse de acuerdo para empezar a ayudar a los adolescentes y adultos a salir del camino de las drogas.

De esta forma, con el apoyo de algunas entidades como la Policía Nacional, el Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, el centro de rehabilitación Fundación Hombres de Bien y de la Iglesia Cejes, se han organizado muchas actividades lúdicas, recreativas, espirituales y de emprendimiento, que han dado como resultado hasta ahora la recuperación de más de 200 personas. Debido a este trabajo, Álvaro Caro y su equipo de trabajo han sufrido muchas amenazas en contra de su vida.

Con el apoyo de varias instituciones se le dio apertura a un comedor comunitario en el que se benefician niños de cinco a 18 años de todos los barrios circunvecinos en condición de vulnerabilidad; a estos niños se les brindan asesorías académicas y ayudas psicológicas, ya que muchos padecen problemas de abuso o bullying, cuenta Rosemarys Ospino, estudiante de psicología.

Ensayo de los niños del coro infantil navideño. FOTO/ SERGIO MCGREEN

Hemos logrado vincular a toda la comunidad en los diferentes eventos que se organizan en el municipio, tales como en el Festival Vallenato participando en piloneras, en el carnaval sacamos nuestras comparsas, hemos participado en torneos de fútbol y buscamos que nuestros jóvenes ocupen su tiempo en cosas productivas”, fueron las palabras de Caro al referirse a su trabajo comunitario.

A pesar de que Villa Maruámake es un barrio desconocido para muchos, se han organizado muy bien para mostrar su mejor cara. Las festividades de fin año coinciden con la fecha en la que los habitantes consideran que fue la fundación del barrio, de esta forma los habitantes realizan fiestas muy coloridas y diferentes concursos.

El año pasado construyeron el segundo pesebre en vivo más grande de Colombia, llamando la atención de muchas personas y medios de comunicación. Para este año plantean agregar un coro infantil navideño con más de 70 niños de este mismo barrio, por si fuera poco, este coro se hará con lenguaje de señas para que las personas con discapacidad auditiva también puedan disfrutarlo; se espera que se pueda abrir este show a partir del 5 de diciembre.

Maruámake también necesita el apoyo estatal

Los pobladores del barrio donde nos encontramos hoy no son ajenos a muchas problemáticas que aquejan otros sectores que hemos visitado, el abandono por parte de la administración en ciertos aspectos se ve reflejado en el enojo de la comunidad al tocarles este tema.

“Hemos sido ayudados por diferentes administraciones municipales a resolver nuestros problemas, pero esta que transcurre no nos ha determinado, seguramente porque no somos partidarios de ese movimiento político”, cuenta Álvaro Caro. Quien asegura que han enviado muchas peticiones pero no han recibido respuestas.

Hay un problema grave de dengue en el barrio, tenemos un niño en el hospital que lleva allá más de cinco días y no es el único de este barrio”, comentó la señora Dora Sepúlveda. La comunidad también se queja del manejo de aguas negras residuales de muchas casas que desemboca en la calle, creen que esto y la falta de limpieza de algunos espacios públicos son los causantes de la reproducción del mosquito.