El Festival de la Leyenda Vallenata de 1991 es uno de los más difíciles de olvidar para los seguidores del folclor vallenato. En la tarima Francisco el Hombre se vivieron emociones intensas, notas memorables y hechos que aún hoy son tema de conversación. En aquella contienda resultó ganador el acordeonero Julián Rojas, dejando en el segundo lugar al favorito, Juan Humberto Rois Zúñiga y en un tercer puesto a Gabriel Julio.
Aunque el público enloqueció con la interpretación de ‘Lucero espiritual’ por parte del acordeonero guajiro, para varios testigos y protagonistas de este hecho, no fue un gran acierto, ya que, coinciden en que la elección de esa obra, considerada ribereña, le restó puntos en su presentación.
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Uno de los protagonistas de la historia fue el Rey Vallenato, Julián Rojas. En diálogo con EL PILÓN, contó que él y Juancho Rois definieron en conjunto el repertorio que iban a interpretar en la final del Festival de la Leyenda Vallenata. No obstante, a última hora y por recomendación de una persona cercana, Rois decidió cambiar la canción en el aire de paseo.
“El repertorio estaba definido: era ‘El Estanquillo’, el merengue de ‘De La Junta pa’ La Peña’, el son ‘Catalina’, y la ‘Puya zoológica’. Quien le hace cambiar la canción ‘El Estanquillo’ y le dice que toque ‘Lucero Espiritual’ es Joaco Guillén, sino, de pronto la historia hubiera sido otra y no sé en qué puesto hubiera quedado yo. Pero, analizando, con el paso de los años, sin presumir, he sacado la conclusión de que ese fue el punto neurálgico para que Juancho perdiera, tocar ‘Lucero Espiritual’”, expresó.
En su relato, Julián Rojas señala que la obra, de la autoría de Juancho Polo Valencia, aunque tiene una nota “hermosa”, no es apta para participar en el Festival Vallenato.
“Es una canción bajera y ribereña de la zona del río Magdalena y no reúne los patrones para participar en un festival, el cual comienza con una rutina que debe continuar para luego meter el pique, la sabrosura y la entrada para el canto. Son cosas que están establecidas”, afirmó.
Folcloristas como Julio Oñate Martínez aseguraron en su momento que Juancho Rois se “dejó llevar por la emoción” cuando interpretó ‘Lucero espiritual’ al tocarla “en onda casetera o comercial, alejándose de lo tradicional”, como explicó en un reportaje para El Tiempo.
La hermandad de Julián Rojas y Juancho Rois
Julián Rojas y Juancho Rois mantuvieron una amistad por varios años. Tanto así, que cuando ambos decidieron concursar en el Festival de la Leyenda Vallenata, el sanandresano se hospedó en la casa de Eduardo María ‘Purito’ Canova , tío y padre de crianza de Juancho.
“Me bajé con él, en la casa de su tío ‘Purito’ Canova. Allá me alojé, él dormía en una cama grande y yo en un chinchorro. A mí me iban a mandar para otro cuarto y me dijo que no, que yo me quedaba con él para que viéramos películas”, contó Rojas.
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El acordeonero también relató que a Juancho le gustaba cocinar, ir al supermercado y hacer planes entre amigos, lo que propició vivencias que fortalecieron su hermandad.
El legado de Juancho Rois
Juan Humberto Rois Zúñiga no solo se caracterizó como un gran acordeonero, sino también como compositor, creando canciones que narraban sus vivencias personales y musicales. ‘Por qué razón’, ‘Yo soy mundial’, ‘Contigo nada que ver’, ‘La falla fue tuya’, ‘No comprendo’, ‘Las notas de Juancho’ y ‘Acabaste con mi vida’, fueron algunas de sus composiciones.
Empezó a tocar el acordeón desde los cuatro años en un instrumento que obsequiaron a una de sus tías. Una de las primeras canciones que tocó fue ‘La piña madura’. Sin embargo, afianzó su habilidad en un acordeón diatónico de hileras que su padre putativo le regaló, sin imaginar que su talento años más tarde lo convertiría en uno de los acordeoneros más populares del folclor vallenato.
Juancho Rois participó en varios festivales de la región Caribe como el Festival Cuna de Acordeones y el Festival del Fique, donde músicos como Israel Romero lo conocieron y elogiaron su talento, para luego invitarlo a Medellín y unirse meses más tarde a Juan Piña, su primer cantante.
Sus notas musicales quedaron plasmadas en los álbumes ‘El fuete’, ‘La locura’, ‘Ruiseñor de mi valle’, ‘Canto y tradición’, ‘Ganó el folclor’, ‘Título de amor’, ‘Paisaje de Sol’, ‘26 de mayo’, ‘Mi vida musical’, ‘Canta conmigo’, ‘El cóndor herido’, ‘El cantante’ y ‘El cariño de mi pueblo’, por mencionar algunos al lado de Juan Piña, Elías Rosado, Jorge Oñate y Diomedes Díaz.
En octubre de 2024, la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata lo declaró rey vitalicio por su invariable contribución al folclor.
Este viernes 21 de noviembre se conmemoran 31 años de su fallecimiento en un accidente aéreo en la ciudad de El Tigre, Venezuela. En el siniestro también murieron el técnico de acordeones Eudes Granados, el bajista Rangel ‘El Maño’ Torres y el piloto Pedro José Monsalve.
POR: LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN.












