La deserción no es una problemática exclusiva de los colegios, también en las universidades se presenta este fenómeno. En ese sentido, las universidades públicas del departamento del Cesar podrán acceder a un fondo económico con el que podrán disminuir las cifras de deserción en educación superior, aumentar el número de graduados y reducir el porcentaje de jóvenes que pausan su carrera universitaria.
Este fondo liderado por el Ministerio de Educación, financiará hasta el 70 % del valor de proyectos innovadores y estrategias que estructuren los claustros universitarios para detener la deserción estudiantil. A la iniciativa, que tiene por nombre “Estrategias para promover la permanencia en educación superior”, podrán acceder las 67 instituciones de educación superior públicas del país que le quieran apostar a la continuidad y culminación académica de los programas que cursen sus estudiantes.
“Esta nueva iniciativa se suma al enfoque integral del Ministerio para avanzar en la educación superior como derecho, definiendo de manera concertada con los diferentes actores del sector un nuevo modelo de financiamiento del sistema, que permita garantizar su sostenibilidad a mediano y largo plazo, cerrando brechas regionales y poblacionales”, puntualiza la cartera de Educación.
De acuerdo con Mineducación, la deserción universitaria no es un problema menor. Según el Sistema para la Prevención de la Deserción en Educación Superior, Spadies, la deserción en programas universitarios luego de 10 semestres es cercana al 25 %, es decir, que 25 de cada 100 estudiantes que ingresan a la educación universitaria, no culminan su trayectoria educativa. Esta cifra se dispara al 35 % en programas técnicos y tecnológicos.
Áreas para los proyectos
Las universidades podrán presentar sus propuestas en cuatro áreas específicas para poder acceder al fondo de financiación, las cuales son: Bienestar y Salud Mental, en esta se acogerá el diseño e implementación de políticas y planes de acción orientados al bienestar de los estudiantes y al cuidado de la salud mental, con especial énfasis en el desarrollo y fortalecimiento de programas de promoción, prevención y derivación oportuna.
La segunda área es Discriminación, Violencias Basadas en Género y en Diversidades, en la cual se aceptarán el desarrollo de sistemas de detección, prevención, atención, sanción y no repetición ante situaciones de violencia basadas en género o en diversidades.
La tercera tiene que ver con la Nivelación Académica y Acompañamiento Estudiantil, en donde recae la implementación de estrategias de acompañamiento para estudiantes en distintas etapas de su trayectoria educativa: ingreso, permanencia, egreso y empleabilidad. Incluye diagnósticos académicos, vocacionales y psicosociales, así como mecanismos de nivelación y apoyo para fortalecer el éxito en las trayectorias académicas.
Finalmente, Inclusión y Accesibilidad de Estudiantes, en la que se abordará la adecuación o mejoramiento de espacios, dotación de mobiliario o mantenimiento de instalaciones con un enfoque de inclusión a la vida en la educación superior para la población estudiantil proveniente de zonas rurales.
Deserción en cifras
Según el Sistema para la Prevención de la Deserción de la Educación Superior Spadies, para el año 2022 la tasa total de deserción de todo el sistema se ubicó en 9,03 %, es decir, 1,05 puntos porcentuales por debajo de la tasa de 2021 (10,08 %), con lo que finalmente el indicador vuelve a los mismos niveles registrados antes de la pandemia.
Con todo ello, la cifra indica que 9 de cada 100 estudiantes de educación superior abandonaron sus estudios en ese año. En lo que respecta a la tasa de deserción por nivel de formación, las carreras universitarias son las que cuentan con menos abandono, con una tasa del 8,08 %, seguido de las tecnológicas 12,49 % y las técnicas 16,37 %.
Por Namieh Baute Barrios
