Universidad Nacional no colaborará con la puesta en servicio de la Casa en el Aire
Se requieren algunas obras menores y de mantenimiento para entregarla a la Fundación Rafael Escalona.
La voluntad de la nueva administración municipal en cabeza del alcalde Ernesto Orozco de abrir al público y los turistas la Casa en el Aire ha encontrado serios tropiezos en virtud de que no se han podido llevar a cabo aún los estudios y diseños necesarios de algunas obras y adecuaciones para completar la primera etapa funcional, que harían factible el goce del establecimiento.
La Casa en el Aire, financiada con regalías mineras, con una inversión del orden de los 10.000 millones de pesos, ha dado lugar a investigaciones de los órganos de control y la Fiscalía General de la Nación, en medio de un prolongado estado de relativo abandono, calificándose por la Contraloría General de La República como una de aquellas obras emblemáticas del despilfarro de los recursos públicos.
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Sin embargo, a principios del año 2023, en una Mesa Departamental de Moralización con los diferentes órganos de control y seguimiento nacionales y la Fiscalía General de la Nación, junto a la Personería y Contraloría municipales, se conminó al entonces alcalde Mello Castro a dar pasos tendientes a poner en funcionamiento el proyecto y a contratar sin temor las obras complementarias para su apertura.
Posteriormente el alcalde abrió un concurso público para contratar una organización sin ánimo de lucro de perfil cultural que se hiciera cargo de su operación y administración. Efectivamente fue adjudicada a la Fundación Rafael Escalona Martínez.
En mayo de 2023, el Contralor General de la República Carlos Hernán Rodríguez visitó la obra y dio plazo hasta octubre para que se adelantaran los trabajos. La Casa en el Aire fue concebida en diseños que la Alcaldía de Valledupar adelantó con recursos de la Gobernación, incluidos los diseños de la plaza Alfonso López y el parque de Patillal. Se contempló como un parque sin obstáculos de fácil acceso, con iluminación y prados, reflectores luminosos en el cielo, museo, mirador sobre el cerro Hurtado y la ciudad de Valledupar, amplios espacios de estar de tiendas, café y restaurantes, recreado con ambiente artístico y cultural para la familia y visitantes, con el edificio moderno sobresaliendo en relieve de altura y de estilo arquitectónico (con matices de la escuela del ‘brutalismo’ ambiental) acompañado de profusa vegetación y plantas vivas ornamentales. Y por supuesto con la más fina y apropiada musicalización en homenaje al maestro Rafael Escalona y su mundo de historias y fantasías.
La Administración Castro no adelantó los trabajos, estimados en 400 millones de pesos, y al ser requerida la Fundación Escalona para hacerse cargo de la edificación procedió a hacer una evaluación técnica de su estado y se abstuvo de recibirla hasta que no estuviera disponible para el servicio al público.
Entre otros aspectos, llamó la atención sobre la revisión a satisfacción de los equipos y motores eléctricos, redes e iluminación, equipos y redes hidráulicas, ascensor, estado del techo en machimbre del piso superior y la falta en el primer piso de batería sanitaria, nivelación y empradización.
Al producirse el cambio de gobierno y mientras se contrataba una nueva compañía de vigilancia en los sitios y sedes de colegios, hospitales y establecimientos del municipio se produjeron actos de vandalismo sobre el edificio que afectaron sus instalaciones de energía y agua.
El nuevo alcalde Ernesto Orozco y la Universidad Nacional adelantaron mesas de trabajo para continuar con el concepto que animó el diseño inicial y se firmó un convenio marco para ese propósito. Al final no se pudieron materializar los estudios y diseños, pues la Universidad presentó unos diseños integrales que incluyendo los aspectos de ingeniería y los de museografía, con un costo de difícil cubrimiento presupuestal por la Administración Municipal. Tampoco propuso la Universidad un diseño orientador, integral y conceptual, de bajo costo y alcance, que le permitiera al Municipio desarrollar los estudios específicos detallados de ingeniería, equipos, adecuaciones y museografía.
Según ha conocido EL PILÓN, el municipio, a través de su Secretaría de Obras, que dirige el ingeniero Layonel Arenas, adelantará los diseños y las obras complementarias para ponerla en pronto servicio. Las directivas de la Fundación Escalona y la ciudadanía —así como los órganos de control—están a la espera de que se hagan pronto las adecuaciones y se mantenga el planteamiento original paisajístico y ambiental; museográfico y cultural; turístico y musical.
POR REDACCIÓN EL PILÓN.