La segunda calzada Valledupar-La Paz avanza con un 53 % de ejecución, con un presupuesto facturado de 23.335 millones de los 62.492 millones asignados. Sin embargo, la obra enfrenta cuestionamientos ambientales y sociales en sectores residenciales como San Fernando, uno de los más afectados por la transformación vial.
Armando Rincones, presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) de San Fernando, compartió su balance tras la última socialización realizada el martes en Valledupar: “Ellos están manifestando que la vía no va a transitar por el barrio San Fernando… Hoy van a modelar el tema de organizar con las vías que va a hacer el municipio para poder descontaminar la glorieta del Terminal y dejar tranquilo al barrio San Fernando como hoy la comunidad quiere”.
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Rincones subrayó el compromiso para que San Fernando sea “el mejor vividero que tiene la comuna número dos”, un logro que se ha visto afectado desde la construcción de la primera calzada porque persiste el tránsito de volquetas y vehículos pesados que vienen de La Paz.
Efectos de la primera calzada
“Eso nos convirtió en un problema mayúsculo… Los carros tan pesados hoy no sólo han destruido los resaltos de cemento sino que también representan una gran problemática para niños que transitan esa vía, adultos mayores y ambulancias que pasan a toda velocidad constantemente”, agregó Rincones. El presidente resaltó la ausencia de agentes de tránsito tanto en Valledupar como de La Paz, situación que agrava la inseguridad y el desorden vial: “Los tránsitos han brillado por su ausencia… no conocemos ni quién es la autoridad de tránsito del municipio de Valledupar”.
La incertidumbre en el área urbana
Por su parte, el diputado Manuel Gutiérrez, quien también reside en el sector, expresó preocupación sobre el futuro uso de la vía ante el contratista, la unión temporal Vial VLP. “En su momento dijimos que la primera calzada La Paz-Valledupar iba a ser utilizada por vehículos pesados y nos dijeron que eso era imposible porque sería para vehículos livianos. Hoy el tiempo nos da la razón, y de eso nadie habla. Ahora no se sabe si con esta segunda calzada tendremos un problema mayor”, dijo.
No obstante, hay que recordar que con el presupuesto asignado por la Financiera de Desarrollo Territorial, Findeter, el contratista no pavimentará territorio urbano de Valledupar, dejando la responsabilidad a la Alcaldía, la cual tendrá que definir la inversión y acordar si la ruta comenzará por la glorieta del Terminal o una vía alterna aeropuerto. Aunque la carretera fue anunciada como paralela a la primera calzada, han surgido incluso otras dos alternativas. Mientras se define la solución, el contratista inició las obras desde La Paz. Tampoco están asegurados los recursos para el puente.
Polémica por separador central
La obra de casi 7 kilómetros ha generado que ingenieros expertos y veedores también manifiesten sus inquietudes sobre el diseño vial, especialmente en el separador central entre calzadas y la curva cercana al puente Rafael Escalona.
“¿Qué les costaba separar la vía siquiera tres metros más? Eso se va a convertir en un matadero, ojalá Dios no lo permitan”; “La curva es altamente peligrosa y es muy fácil que un vehículo pase de largo y caiga del otro lado en la calzada La Paz-Valledupar”; “Nos van a dejar un matadero”, son las expresiones de los veedores ciudadanos, mientras el contratista ya lleva la mitad de la obra cuyos diseños fueron aprobados por el Ministerio de Transporte.
Por Redacción General.
