El hecho se registró en la vereda Alianza Campesina del corregimiento Palestina, zona rural del municipio de Tamalameque.
Nadie sospechó nada cuando inició la búsqueda, pero al pasar por el pequeño predio de Edwin Enrique Rivera Maestre, un tumulto de tierra tapada con hojas secas llamó la atención.
Los habitantes se acercaron, escarbaron y se toparon con la dantesca escena: el cuerpo sin vida de Arelis Montesino Mozo, de 47 años, desaparecida el pasado viernes 7 de enero en la vereda Alianza Campesina del corregimiento Palestina, jurisdicción de Tamalameque.
El cadáver estaba maniatado, con signos de golpes en la cabeza y tortura. El asombro se apoderó de la población y de los familiares de la víctima que lideraban la búsqueda.
Uno de los hermanos de Montesino Mozo cuestionó del hallazgo a Edwin Enrique Rivera, quien era el yerno de la mujer. Él aseguró no saber nada.
“Decía que no sabía nada sobre por qué estaba el cuerpo en su casa y después dijo que ella sí había estado ahí, pero que se había ido”, manifestó Edwin Montesino, hermano de la fallecida.
LEVANTAMIENTO
El reloj marcaba cerca de las 10:00 de la mañana del reciente domingo. La Policía Nacional llegó en compañía de los peritos de criminalística para el levantamiento del cuerpo. En el análisis abordaron al sospechoso, Edwin Rivera, y evidenciaron que portaba un arma de fuego sin autorización.
Por eso, lo trasladaron a la unidad policial por el delito de fabricación, tráfico o porte de arma de fuego, mientras que los investigadores adelantan la recolección de los elementos materiales probatorios del crimen.
“A nosotros nos dijeron que ese muchacho no salía de su casa y que antes lo hacía hasta dos veces para tomar, al parecer, armado. No me consta. Y en el entorno se hizo amigo de los vecinos y por eso nunca se sospechó nada”, dijo un allegado a los Montesino.
Los parientes aseguraron que debajo del cadáver hallaron la bata que tenía Arelis Montesino, por lo que esperan que la justicia actúe con diligencia.
EL INICIO
La noche del pasado 7 de enero, Arelis Montesino salió de su casa a realizar un mandado y no regresó más.
Al parecer, ella fue a donde Rivera Maestre para hablar de la relación entre él y su hija de 16 años, con la que tuvo un bebé de siete meses de nacido, según la primera versión entregada por la comunidad.
“La enemistad era porque ella no quería que él estuviera frecuentando a la hija ni que la estuviera llamando. Ellos (la pareja) ya no tenían nada. Además, él (Rivera) tiene como 36 años y la niña es menor de edad”, explicó el hermano de la víctima.
No obstante, la relación del hombre con la adolescente fue de aproximadamente dos años. “Él llegaba a la casa de la menor porque tenía amistad con el hermano de ésta, con quien jugaba cartas; ahí fue que al sujeto le llamó la atención”, dijo una fuente a EL PILÓN.
La familia con la ayuda de la comunidad gestiona los recursos económicos para trasladar el cuerpo de Arelis Montesino desde Valledupar al área rural donde harán las honras fúnebres.
La víctima era madre cabeza de hogar y se ganaba la vida trabajando en las actividades del campo.
REPUDIO EN EL PUEBLO
Los habitantes de la vereda esperan que el crimen de Arelis Montesino Mozo no quede en impunidad y sobre el responsable caiga todo el peso de la ley.
“Lanzo un rechazo total a ese feminicidio, le pedimos a la justicia y a la ley que este caso no quede impune. Basta de tanta violencia contra las mujeres, somos portadoras de vida y seres de luz. No podemos seguir permitiendo la violencia, en nombre de la mujer de Tamalameque alzo la voz en contra del maltrato”, aseveró Martha Manzano, concejal de Tamalameque.
Arelis Montesino se convirtió en la segunda mujer asesinada en lo corrido del año en el departamento del Cesar. La primera fue Inés Fragoso Herrera, ultimada con arma blanca por su excompañero sentimental la madrugada del primero de enero.
LAS CIFRAS
Según la Fiscalía General de la Nación, el año pasado se registraron 3 feminicidios en el Cesar, es decir, 2 casos menos en comparación del 2020. En 10 días del 2022 ya se han registrado 2, cifra que preocupa a los cesarenses.
Mientras que en cuanto a los homicidios, ocurrieron 173 casos el año anterior, lo que significó 43 víctimas más que en el 2020.
Marllelys Salinas / EL PILÓN
El hecho se registró en la vereda Alianza Campesina del corregimiento Palestina, zona rural del municipio de Tamalameque.
Nadie sospechó nada cuando inició la búsqueda, pero al pasar por el pequeño predio de Edwin Enrique Rivera Maestre, un tumulto de tierra tapada con hojas secas llamó la atención.
Los habitantes se acercaron, escarbaron y se toparon con la dantesca escena: el cuerpo sin vida de Arelis Montesino Mozo, de 47 años, desaparecida el pasado viernes 7 de enero en la vereda Alianza Campesina del corregimiento Palestina, jurisdicción de Tamalameque.
El cadáver estaba maniatado, con signos de golpes en la cabeza y tortura. El asombro se apoderó de la población y de los familiares de la víctima que lideraban la búsqueda.
Uno de los hermanos de Montesino Mozo cuestionó del hallazgo a Edwin Enrique Rivera, quien era el yerno de la mujer. Él aseguró no saber nada.
“Decía que no sabía nada sobre por qué estaba el cuerpo en su casa y después dijo que ella sí había estado ahí, pero que se había ido”, manifestó Edwin Montesino, hermano de la fallecida.
LEVANTAMIENTO
El reloj marcaba cerca de las 10:00 de la mañana del reciente domingo. La Policía Nacional llegó en compañía de los peritos de criminalística para el levantamiento del cuerpo. En el análisis abordaron al sospechoso, Edwin Rivera, y evidenciaron que portaba un arma de fuego sin autorización.
Por eso, lo trasladaron a la unidad policial por el delito de fabricación, tráfico o porte de arma de fuego, mientras que los investigadores adelantan la recolección de los elementos materiales probatorios del crimen.
“A nosotros nos dijeron que ese muchacho no salía de su casa y que antes lo hacía hasta dos veces para tomar, al parecer, armado. No me consta. Y en el entorno se hizo amigo de los vecinos y por eso nunca se sospechó nada”, dijo un allegado a los Montesino.
Los parientes aseguraron que debajo del cadáver hallaron la bata que tenía Arelis Montesino, por lo que esperan que la justicia actúe con diligencia.
EL INICIO
La noche del pasado 7 de enero, Arelis Montesino salió de su casa a realizar un mandado y no regresó más.
Al parecer, ella fue a donde Rivera Maestre para hablar de la relación entre él y su hija de 16 años, con la que tuvo un bebé de siete meses de nacido, según la primera versión entregada por la comunidad.
“La enemistad era porque ella no quería que él estuviera frecuentando a la hija ni que la estuviera llamando. Ellos (la pareja) ya no tenían nada. Además, él (Rivera) tiene como 36 años y la niña es menor de edad”, explicó el hermano de la víctima.
No obstante, la relación del hombre con la adolescente fue de aproximadamente dos años. “Él llegaba a la casa de la menor porque tenía amistad con el hermano de ésta, con quien jugaba cartas; ahí fue que al sujeto le llamó la atención”, dijo una fuente a EL PILÓN.
La familia con la ayuda de la comunidad gestiona los recursos económicos para trasladar el cuerpo de Arelis Montesino desde Valledupar al área rural donde harán las honras fúnebres.
La víctima era madre cabeza de hogar y se ganaba la vida trabajando en las actividades del campo.
REPUDIO EN EL PUEBLO
Los habitantes de la vereda esperan que el crimen de Arelis Montesino Mozo no quede en impunidad y sobre el responsable caiga todo el peso de la ley.
“Lanzo un rechazo total a ese feminicidio, le pedimos a la justicia y a la ley que este caso no quede impune. Basta de tanta violencia contra las mujeres, somos portadoras de vida y seres de luz. No podemos seguir permitiendo la violencia, en nombre de la mujer de Tamalameque alzo la voz en contra del maltrato”, aseveró Martha Manzano, concejal de Tamalameque.
Arelis Montesino se convirtió en la segunda mujer asesinada en lo corrido del año en el departamento del Cesar. La primera fue Inés Fragoso Herrera, ultimada con arma blanca por su excompañero sentimental la madrugada del primero de enero.
LAS CIFRAS
Según la Fiscalía General de la Nación, el año pasado se registraron 3 feminicidios en el Cesar, es decir, 2 casos menos en comparación del 2020. En 10 días del 2022 ya se han registrado 2, cifra que preocupa a los cesarenses.
Mientras que en cuanto a los homicidios, ocurrieron 173 casos el año anterior, lo que significó 43 víctimas más que en el 2020.
Marllelys Salinas / EL PILÓN