En Colombia, la educación superior enfrenta el reto de ampliar su cobertura, que actualmente se sitúa en un 55 % a nivel nacional, según datos del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES) a corte del 2023. En el departamento del Cesar, esta cifra es aún más baja, con una tasa del 34,9 %, lo que evidencia la necesidad de estrategias que faciliten el acceso a la educación para sectores tradicionalmente marginados, como los estratos socioeconómicos bajos y la población trabajadora.
Según el SNIES, hasta ese año en el Cesar había 43.804 estudiantes matriculados en educación superior, de los cuales el 98,3 % cursaban programas de pregrado y apenas un 1,7 % estaban en posgrado. La mayoría (73 %) estudiaba de manera presencial, mientras que solo el 7,5 % lo hacía a distancia y el 18,5 %, casi 8.200 personas, en modalidad virtual. Estas últimas modalidades representan una alternativa clave para superar barreras geográficas, económicas y de tiempo, especialmente para quienes deben compaginar el estudio con el trabajo o responsabilidades familiares en territorios apartados de las grandes universidades.
“Sabemos que quieren estudiar presencial porque el ejercicio de socialización es muy interesante, pero los jóvenes no se pueden quedar esperando a acceder porque hoy la tecnología les permite hacerlo”, asegura Juan Fernando Montañez, rector del Politécnico Gran Colombiano, institución educativa que manifestó que más del 73 % de sus estudiantes cesarenses en modalidad virtual pertenecen a los estratos 1, 2 y 3, lo que permite inferir que esta modalidad contribuye a romper barreras económicas puesto que muchas personas también eligen esta opción para ahorrar tiempo y recursos de traslado y hospedaje en otras ciudades o departamentos.
Desafíos de la educación
El número de estudiantes que eligen la educación virtual ha venido aumentando desde 2013 en el departamento, cuando solo reportaban 109, y la cifra fue creciendo año a año, pasando a 594 en el 2016 y en el 2017 se vio el auge con 1.271 matriculados; luego, en plena pandemia, ya eran 3.897 y para el 2022 fueron casi el doble.
Por número de población, la capital del Cesar tiene más estudiantes, y según la encuesta ciudadana ‘Valledupar Cómo Vamos’ del 2024, el 66 % de los estudiantes de educación superior se sienten satisfechos con la infraestructura tecnológica. Sin embargo, aspectos como conectividad siguen siendo un desafío para ampliar el acceso a la educación virtual en la región, sobre todo en la zona rural, donde la tecnología se ha convertido en una las principales formas de “democratizar el acceso” a la educación superior, según expertos, lo cual permite también acceder a un empleo.
Pero para eso, el sistema educativo debe robustecer las estrategias para que haya más estudiantes, que puedan acceder a un empleo digno. “El simple acceso a la educación no garantiza que puedas tener la posibilidad de acceder a un trabajo más adelante, pero aquí hay que conjugar las dos cosas: generar las oportunidades de acceso y, a la vez, promover el trabajo formal y bien remunerado a partir de una capacitación pertinente”, agregó Montañez en Valledupar.
La tecnología, en este sentido, se convierte en una herramienta fundamental para llegar a quienes tradicionalmente han quedado por fuera del sistema educativo por razones económicas y otros factores. En la región se registran casos de matriculados en otras instituciones como la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), Universidad de Antioquia, con sede principal en Medellín y la Uniminuto.
Por Redacción EL PILÓN.











