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La sociedad vallenata también es parte del absurdo kafkiano: reflexiones con  Fernando Galindo

El filósofo y escritor explicó cómo el absurdo kafkiano, caracterizado por la parálisis ante sistemas incomprensibles y la ausencia de soluciones claras, se manifiesta en problemas cotidianos como la burocracia, la desigualdad y la guerra.

La sociedad vallenata también es parte del absurdo kafkiano: reflexiones con  Fernando Galindo

La sociedad vallenata también es parte del absurdo kafkiano: reflexiones con  Fernando Galindo

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Una de las tantas reflexiones literarias que dejó la Feria del Libro de Valledupar (Felva 2025) es que el mundo kafkiano se refleja en la sociedad actual, incluyendo ejemplos cotidianos y problemáticas sociales. Así lo explicó el filósofo Fernando Galindo durante su conferencia sobre las obras del escritor checo Franz Kafka, autor de las obras ‘La metamorfosis’, ‘Carta al padre’ y ‘El buitre’. 

Cien años después de la muerte de Kafka, Galindo retomó ante el público vallenato la vigencia de su universo literario y filosófico en el mundo contemporáneo, sobre todo alrededor de conceptos como la soledad y el absurdo. Además,  reflexionó sobre la paradoja de la guerra y el sistema que la sostiene, y cómo estas experiencias personales y colectivas encajan en el marco del absurdo kafkiano.

Galindo trabaja como conferencista principalmente en la ciudad de Bogotá, es escritor, ha laborado en revistas y en temas de filosofía. En su página fernandogalindo.com, están todos los artículos de blog, crónica,  conferencias y cursos.

¿Por qué presentarle una conferencia sobre Kafka a los lectores de Valledupar?

Justo el año pasado se cumplieron los cien años de la muerte de Kafka, exactamente en 2024 y Kafka es una referencia para toda la literatura. Es sencillamente increíble que un autor que murió casi en el anonimato, 100 años después sea la figura imprescindible. Ya sea Jorge Luis Borges, ya sea Gabriel García Márquez o tantos otros autores que nosotros consideramos importantes, siempre están señalando a Kafka, diciendo ‘Mire, los derroteros por los cuales se desarrolla la literatura comenzaron acá’, al menos en el siglo XX y el siglo XXI.

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Has mencionado que las formas de tortura que narran los escritores han cambiado, ¿a qué te referías con eso?

En el siglo XX, un psicólogo llamado Martin Seligman, que es muy famoso por todos sus trabajos acerca de la felicidad, estuvo trabajando con lo que se llama indefensión aprendida. Es la posibilidad de que una persona considere que haya una salida para un tipo de problema y todas las salidas quedan cortadas de inmediato. Entonces se le da una ligera posibilidad de entrever una respuesta, pero de inmediato las cortan todas. Entonces lo que pasa con los animales, de hecho esto se practicó en animales y sí funcionan animales de manera atroz, los perros quedan paralizados.

Fernando Galindo ha estado en las tres ediciones de la Feria del Libro de Valledupar compartiendo grandes reflexiones sobre autores de talla mundial.    / FOTO:  Jesús Ochoa. 


Entonces el perro después de estar en indefensión aprendida, estaba ya en la solución al problema, pero no podía liberarse de su parálisis. Ya quedaba todo frustrado. Entonces, muchos de los esquemas de la tortura que se muestran no solamente en Kafka, sino en otros esquemas políticos, lamentablemente, es que se muestra una ligera solución, esa añoranza de encontrar una respuesta, resolver un problema, en últimas, de hallar un fin y se corta de inmediato todo. Entonces, en el proceso, la persona está envuelta en unas circunstancias donde uno aspira que tenga una solución o una respuesta y cae la guillotina y de inmediato lo corta.

Entonces, la ausencia de un fin, sí: el absurdo y la presencia del absurdo paraliza a los seres humanos de forma incontestable. Y liberarlos de esa parálisis es casi imposible. 

¿Dónde narra eso Kafka?

Hay un cuento maravilloso llamado El buitre, donde un buitre le está royendo los pies a un hombre y está totalmente paralizado frente a esto y no se puede mover. Dice, ‘Cualquier movimiento que yo haga, el buitre me va a atrapar’, entonces, la parálisis se vuelve ese episodio diferente a la tortura.

  Galindo durante su conferencia Franz Kafka, entre la soledad y el absurdo, el domingo 8 de junio en Valledupar.  / FOTO:  Jesús Ochoa. 


¿Ese mundo kafkiano podría adaptarse a la sociedad vallenata?

Yo no hablaría de una sociedad vallenata como un evento aislado. El mundo del siglo XXI es kafkiano. Es kafkiano porque no identificamos cuáles son los fines a los que llegamos como sociedad. O esos fines no son afines con los nuestros, eso uno, o el Estado que nosotros los humanos construimos, integramos, empoderamos, tiene un fin retorcido que no reconocemos como el nuestro. Entonces, esas circunstancias a nivel político, a nivel social están presentes en todos los lugares. Entonces, si hoy una persona aquí en Valledupar tiene un problema con multas, con una estructura burocrática o que no termina de entender, está en el mundo kafkiano.

Ustedes están envueltos en un sistema que no entienden y necesitan entender y la pregunta por entenderlo no se resuelve nunca. Entonces, ahí está el esquema kafkiano.
La desigualdad y la pobreza han estado siempre y probablemente no terminen en la historia de la humanidad, pero estar envuelto en un sistema que uno no entiende y que está llamado a ser entendido.

  Asistentes a la conferencia de Galindo aseguran que sus explicaciones son muy completas.  / FOTO:  Jesús Ochoa. 


Mientras usted y yo hablamos debe haber una persona revisando un contrato de un arrendatario que quiere sacar porque no ha pagado y es imposible sacarlo y ha hecho demandas y ha hecho todo lo posible y se da cuenta que el sistema que tenía que cumplir sus propósitos y remediar sus problemas no lo hace y que incluso los aumentan. Esa persona está, así no lo sepa, en el mundo del absurdo, en el mundo kafkiano.

¿Tú en qué circunstancia kafkiana te has encontrado recientemente?

En muchas. Por ejemplo, estar envuelto en un mundo donde uno reconoce que la guerra es un absurdo y sin embargo que nuestros impuestos estén motivando una guerra cuando todos los que integramos esa sociedad nos damos cuenta que es un absurdo la guerra. ¿Cómo es posible esto? Si yo estoy en desacuerdo con la guerra, ¿por qué mis impuestos y por qué el Estado que yo termino patrocinando se ve envuelto en un tipo de guerra?” Entonces, ahí es donde uno comienza a pensar que estamos en un mundo del todo kafkiano.


En cualquier tema, a cada paso te encuentras en absurdos, cuando dicen ‘el sistema lo pide así’, usted o está en el sistema o el sistema lo tritura. Donde yo vivo hay un puente y termina el puente en un semáforo. ¿Para qué hicimos el puente si no era para liberarnos de que existiera un semáforo? Toda la comunidad hemos dicho que quiten ese semáforo porque es una tontería, pero no lo podemos quitar. El semáforo está ahí y se va a quedar ahí para siempre. Hicimos un puente con un semáforo al lado. Y eso es un absurdo. 

Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN

andreaguerraperiodista@gmail.com

Temas tratados
  • absurdo kafkiano:
  • absurdo kafkiano: en Valledupar
  • Fernando Galindo

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