El defensor central que debutó profesionalmente con la camiseta del Valledupar Fútbol Club, en diálogo con EL PILÓN habló sobre sus inicios en el fútbol, cómo se vive la pandemia covid-19 en Paraguay y sobre sus deseos de seguir jugando en equipos internacionales.
El vallenato Jorge Arias tuvo la oportunidad de debutar en el Valledupar Fútbol Club, donde rápidamente se ganó el respeto de sus compañeros y el cariño de los aficionados, quienes aún lo recuerdan con afecto.
Actualmente, el defensor central es uno de los créditos vallenatos por el mundo y acompaña en la Liga de Paraguay a Farid Díaz.
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En Paraguay tratan bien a los colombianos. Desde que llegué al país fui recibido de buena forma. Llegar y encontrarme con colombianos acá ha hecho que la estadía sea más fácil, pero en general el pueblo paraguayo es respetuoso no solo con el colombiano sino con los diversos pobladores extranjeros.
El fútbol paraguayo es muy táctico y eso me costó en los primeros partidos porque había que ir al choque contra cualquier futbolista sin importar que fuera volante, defensa o delantero; todos te presionan por igual. En comparación con el fútbol colombiano, acá (Paraguay) hasta el delantero te persigue y no te da mucha libertad para maniobrar con el balón por lo que la exigencia es mucha, pero me he sentido muy bien porque he aprendido cosas nuevas.
Yo he jugado en varias posiciones, incluso antes de llegar al Valledupar Fútbol Club ya actuaba como lateral izquierdo. En Olimpia lo hago por orden del técnico aunque mi posición natural es ser zaguero central y, aunque de lateral izquierdo me ha ido bien, no me gusta tanto como jugar en la zona central, aunque el día que me toque volver a la banda lo haré porque para los técnicos es bien visto el jugador polifuncional.
Tomaron las medidas rápidamente; al ser un país pequeño en comparación a Colombia fue más sencillo controlar la expansión de la pandemia. Las fronteras fueron cerradas rápidamente y uno de los puntos a favor fue el respeto de la gente para con la cuarentena.
Estamos en la última etapa de la cuarentena, aquí ya el comercio está abierto en su gran mayoría. Pese a ello, la gente sigue respetando los protocolos de bioseguridad. En los días que he salido a la calle para realizar diligencias en los centros comerciales he visto que todavía las calles siguen solas o no tan pobladas de gente y todo se debe a que las personas tienen ‘el chip’ de cuarentena, pero poco a poco las cosas volverán a la normalidad.
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No pude ver a Farid (Díaz) porque en paralelo al partido de Nacional contra River Plate (de Paraguay) nosotros estábamos entrenando, pero vi algunos apartes del juego entre Libertad -donde actúa Daniel Bocanegra- y Cerro Porteño. Antes del reinicio de la liga había conversado con varios compañeros y me decían que estaban en buenas condiciones y con ganas de volver a la cancha.
Siempre le tendré cariño al Valledupar Fútbol Club porque fue el equipo que me dio la posibilidad de ser futbolista profesional, pero cuando llegue la hora de retirarme no le cerraré la puerta a ningún equipo, aunque sería algo bonito cerrar mi ciclo como deportista activo en el equipo donde di mis primeros pasos.
Mis inicios fueron en el club Unión Caribe. Entrenábamos en la cancha de Las Flores (nombre oficial José Fernando Cuadrado) en una época donde los escenarios deportivos eran de tierra, luego pasé a jugar en el equipo del Colegio Nacional Loperena y de ahí pasé a jugar con las inferiores del Valledupar Fútbol Club.
Mi primera oportunidad en el equipo profesional del Valledupar Fútbol Club me la dio el profesor Oscar Aristizábal quien me estaba siguiendo desde las divisiones menores. Luego de casi cuatro semestres en el club, desde Medellín me vieron, en ese entonces el entrenador era el profesor Guillermo ‘Teacher’ Berrío, a quien le gustó mi desempeño y estuve en el equipo antioqueño durante seis años.
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Mi paso al fútbol internacional se da cuando del Medellín me transfieren al Junior, allí disputé varios partidos de Copa Libertadores y uno de esos fue contra Olimpia, ellos luego iniciaron negociaciones con Junior para comprar el 50 % de mi pase.
Para cualquier futbolista Europa es el punto más alto, pero en mi caso estoy listo para jugar en cualquier liga del mundo. Cuando llegué a Paraguay sentía el temor normal porque era mi primera experiencia internacional, pero con el paso del tiempo me acostumbré y sé que puedo acoplarme y jugar en España, Alemania, Italia o donde se me brinde la oportunidad.
El defensor central que debutó profesionalmente con la camiseta del Valledupar Fútbol Club, en diálogo con EL PILÓN habló sobre sus inicios en el fútbol, cómo se vive la pandemia covid-19 en Paraguay y sobre sus deseos de seguir jugando en equipos internacionales.
El vallenato Jorge Arias tuvo la oportunidad de debutar en el Valledupar Fútbol Club, donde rápidamente se ganó el respeto de sus compañeros y el cariño de los aficionados, quienes aún lo recuerdan con afecto.
Actualmente, el defensor central es uno de los créditos vallenatos por el mundo y acompaña en la Liga de Paraguay a Farid Díaz.
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En Paraguay tratan bien a los colombianos. Desde que llegué al país fui recibido de buena forma. Llegar y encontrarme con colombianos acá ha hecho que la estadía sea más fácil, pero en general el pueblo paraguayo es respetuoso no solo con el colombiano sino con los diversos pobladores extranjeros.
El fútbol paraguayo es muy táctico y eso me costó en los primeros partidos porque había que ir al choque contra cualquier futbolista sin importar que fuera volante, defensa o delantero; todos te presionan por igual. En comparación con el fútbol colombiano, acá (Paraguay) hasta el delantero te persigue y no te da mucha libertad para maniobrar con el balón por lo que la exigencia es mucha, pero me he sentido muy bien porque he aprendido cosas nuevas.
Yo he jugado en varias posiciones, incluso antes de llegar al Valledupar Fútbol Club ya actuaba como lateral izquierdo. En Olimpia lo hago por orden del técnico aunque mi posición natural es ser zaguero central y, aunque de lateral izquierdo me ha ido bien, no me gusta tanto como jugar en la zona central, aunque el día que me toque volver a la banda lo haré porque para los técnicos es bien visto el jugador polifuncional.
Tomaron las medidas rápidamente; al ser un país pequeño en comparación a Colombia fue más sencillo controlar la expansión de la pandemia. Las fronteras fueron cerradas rápidamente y uno de los puntos a favor fue el respeto de la gente para con la cuarentena.
Estamos en la última etapa de la cuarentena, aquí ya el comercio está abierto en su gran mayoría. Pese a ello, la gente sigue respetando los protocolos de bioseguridad. En los días que he salido a la calle para realizar diligencias en los centros comerciales he visto que todavía las calles siguen solas o no tan pobladas de gente y todo se debe a que las personas tienen ‘el chip’ de cuarentena, pero poco a poco las cosas volverán a la normalidad.
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No pude ver a Farid (Díaz) porque en paralelo al partido de Nacional contra River Plate (de Paraguay) nosotros estábamos entrenando, pero vi algunos apartes del juego entre Libertad -donde actúa Daniel Bocanegra- y Cerro Porteño. Antes del reinicio de la liga había conversado con varios compañeros y me decían que estaban en buenas condiciones y con ganas de volver a la cancha.
Siempre le tendré cariño al Valledupar Fútbol Club porque fue el equipo que me dio la posibilidad de ser futbolista profesional, pero cuando llegue la hora de retirarme no le cerraré la puerta a ningún equipo, aunque sería algo bonito cerrar mi ciclo como deportista activo en el equipo donde di mis primeros pasos.
Mis inicios fueron en el club Unión Caribe. Entrenábamos en la cancha de Las Flores (nombre oficial José Fernando Cuadrado) en una época donde los escenarios deportivos eran de tierra, luego pasé a jugar en el equipo del Colegio Nacional Loperena y de ahí pasé a jugar con las inferiores del Valledupar Fútbol Club.
Mi primera oportunidad en el equipo profesional del Valledupar Fútbol Club me la dio el profesor Oscar Aristizábal quien me estaba siguiendo desde las divisiones menores. Luego de casi cuatro semestres en el club, desde Medellín me vieron, en ese entonces el entrenador era el profesor Guillermo ‘Teacher’ Berrío, a quien le gustó mi desempeño y estuve en el equipo antioqueño durante seis años.
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Mi paso al fútbol internacional se da cuando del Medellín me transfieren al Junior, allí disputé varios partidos de Copa Libertadores y uno de esos fue contra Olimpia, ellos luego iniciaron negociaciones con Junior para comprar el 50 % de mi pase.
Para cualquier futbolista Europa es el punto más alto, pero en mi caso estoy listo para jugar en cualquier liga del mundo. Cuando llegué a Paraguay sentía el temor normal porque era mi primera experiencia internacional, pero con el paso del tiempo me acostumbré y sé que puedo acoplarme y jugar en España, Alemania, Italia o donde se me brinde la oportunidad.