Al recorrer los pueblos de nuestra Patria podemos contemplar la fortaleza de su gente laboriosa, cuyo emprendimiento propicia grandes logros que los medios no recogen en su dimensión, por estar estos dándoles la mayor publicidad a los delincuentes de todo tipo que nos tienen en crisis.
Al recorrer los pueblos de nuestra Patria podemos contemplar la fortaleza de su gente laboriosa, cuyo emprendimiento propicia grandes logros que los medios no recogen en su dimensión, por estar estos dándoles la mayor publicidad a los delincuentes de todo tipo que nos tienen en crisis.
Me atrevo a decir que si no fuera por los artistas y deportistas este país nuestro estaría peor. Son los únicos emergidos de las bases populares, que construyen un rostro limpio y transparente de nuestra Colombia, porque si entramos al mundo de los políticos encontramos que la mayoría no son un buen ejemplo y es triste terminar aceptando conceptos de personas al margen de la ley, que han llegado a decir: “la peor mafia que tiene Colombia son muchos de sus dirigentes políticos y quienes gerencian el sector público y privado, que ha permitido que las instituciones estén en gran declive moral”.
En medio de ese desbarajuste que agobia a Colombia, nos interesa hacer un recorrido por el mundo de la aplicación como corresponde, de las políticas públicas culturales en cada uno de los departamentos y municipios que tenemos. Con muchas excepciones, porque hay personas aplicadas que desarrollan al pie de la letra y con transparencias las mismas, pero la gran problemática está en la mayoría de nuestro territorio, en donde los recursos de cultura y desarrolla social para los artistas terminan en el bolsillo de los gobernantes que ponen a los directores de cultura a ser unos simples firmones.
Interesante recoger la visión del expresidente de Francia Charles de Gaulle (1890-1970), cuando lleno de sabiduría dijo que “las políticas públicas culturales son un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los políticos”. O en contraposición lo dicho por Eduard Miralles: “La cultura está empezando a ser demasiado importante como para dejarse en manos de las políticas culturales”.
¿Pero qué son y para
qué sirven las políticas
públicas culturales?
Para entender la creación y aplicación de las mismas, podemos decir que ellas son la mejor manera de poner a la ciudadanía de cara con quienes estén al frente de la dirección de la cultura departamental o municipal.
En este breve análisis de cómo se diseñan e implementan las políticas públicas culturales en las diversas comunidades de un departamento o municipio nos permite conocer de forma directa como podemos preservar las diversas muestras culturales indígenas, afros, mestizos, mulatos, zambos, cuyas bases normativas deben servir para la construcción y conservación del patrimonio cultural, a través de unos lineamientos estratégicos que terminen beneficiando a las diversas comunidades.
Ellas se basan en tres ejes fundamentales: la promoción de la identidad cultural, la protección de la diversidad cultural y el fomento de la creatividad y la consolidación de la participación ciudadana.
En sí, ellas no son más que la estructuración de unas acciones y prácticas sociales, en donde se unen organismos públicos y otros componentes del orden social y cultural, sustentada en el valor estratégico de la cultura como difusor de estándares simbólicos y comunicativos, que permiten la creación de unas bases colectivas creadoras de identidad local, regional o nacional, con base en una creatividad, un autoestima y una construcción positiva de una imagen de quienes lideran esos procesos, el territorio donde se desarrolla, que debe como proceso final, preservar el patrimonio colectivo de carácter cultural e histórico, para que eso sea una realidad, es necesario que los derechos que tiene la ciudadanía y su poder lingüístico y cultural, los cuales deben construir una identidad nacional, producto de sus diferencias e identidades.
Es necesario destacar que toda identidad cultural dentro de un territorio no es una expresión monolítica y cerrada, sino que la misma se va construyendo paso a paso cuya realidad no es uniforme y estática sino diversa y plural.
Frente al tema de la globalización todo ese proceso constructivo de una o varias culturas ha tenido dos efectos que van en vía contraria, la primera es la construcción de un comportamiento homogéneo en las diversas manifestaciones culturales, que sumado a la coexistencia de diversos grupos sociales dentro de un mismo territorio lo que al final lleva a que esta vaya perdiendo su carácter único.
Este arcoíris de cultura y de acciones diversas no debe mirarse negativamente, sino como un gran valor, debido a que la cultura a través de sus diferencias y lo plural de sus manifestaciones genera una riqueza diversa y multicultural.
Para una mayor comprensión en el tema de las políticas públicas culturales, ¿qué son y para qué sirven? Les relaciono un extenso listado de textos que recogen de la mejor manera ese mundo tan cercano, pero en la mayoría de los casos de difícil manejo.
“Alternativas de Política Cultural. Las industrias culturales en las redes digitales”, texto de Álvarez J.M., Calvi J.C.Gay, C. Lepez, Y.J., es el fruto de un proyecto común en el que diversos especialistas reconocidos en cada campo realizan un diagnóstico de los principales sectores de las industrias culturales, contextualizan su desarrollo en el marco internacional cercano, analizan sus debilidades y proponen políticas públicas dirigidas a reforzar y consolidar esas actividades vitales para la creatividad.
“Apuntes y Herramientas para el Análisis de la Realidad Cultural Local”, texto de Rausell Köster, Pau. Martínez Tormo, José. El marco local se ha convertido en el escenario más relevante para la implementación de la política cultural. El ámbito municipal es el espacio próximo a las necesidades y demanda de los ciudadanos, por lo que resulta el espacio idóneo de toma de decisiones colectivas para resolver dichas demandas. De hecho, la construcción de las políticas culturales contemporánea se estructura a partir del “gran esfuerzo de la administración local, generadora del grueso del gasto cultural de las administraciones públicas”.
Este artículo ofrece un marco teórico y un marco práctico sobre los aspectos que hay que tener en cuenta en la realidad cultural local, detallando, analizando y evaluando tanto los agentes y recursos institucionales, económicos y sociales, como las infraestructuras y la producción: equipamientos, producción editorial, bibliotecas, librerías, patrimonio y museos, cine, programación, etc. de la realidad local. Dejando clara la importancia de la planificación como un elemento clave.
La demanda de bienes y servicios culturales es un aspecto del Sistema Cultural Local de difícil análisis, en cuanto precisa de un mecanismo complejo que va más allá del conocimiento y los datos obtenidos por los medios utilizados en el análisis del resto de elementos.
Las características sociodemográficas de los municipios la podemos obtener de las fuentes habituales (censos, padrones, encuestas oficiales sobre mercado de trabajo, Anuarios, etc. En estas fuentes tenemos toda la información relevante sobre composición demográfica de la población, nivel de estudios, mercado de trabajo, niveles de renta y otros indicadores económicos.
Hay que tener en cuenta que esta información es relevante ya que el consumo cultural está fuertemente correlacionado tanto con los niveles de renta como con el nivel de formación de la población.
“Cultura y ciudad. Manual de política municipal”, texto López de Aguilera, Iñaki. La cultura ha dejado de considerarse como lujo de unos pocos para proclamarse como derecho de todos, lo que se ha traducido en la implementación de numerosos servicios y programas culturales desde las instituciones públicas y especialmente desde la administración local.
Esta obra pretende servir de herramienta práctica para el complejo entramado de agentes que intervienen en la política cultural municipal: técnicos culturales, responsables políticos, asociaciones y empresas, artistas y creadores.
Con una estructura de manual se perfila un modelo de política cultural, se repasa el papel del municipio en el contexto actual de una cultura plenamente industrializada y se plantean propuestas de acción en cada uno de los sectores culturales: patrimonio, bibliotecas, artes escénicas, audiovisuales, artes plásticas, música, fiestas locales, animación sociocultural y equipamientos.
“Culturas y poder. Interacción y asimetría entre las culturas en el contexto de la globalización”, texto Fornet Betancourt, Raúl (ed.) es un libro que habla de la iniciativa internacional e interdisciplinar que se ha propuesto por meta principal la de contribuir a una transformación de la filosofía mediante el diálogo entre las distintas tradiciones filosóficas de la humanidad, pero también enfocando este diálogo al análisis de los problemas más urgentes con que nos confronta nuestra época.
Por eso Culturas y Poder habla de esta iniciativa sobre la base del problema de la interacción y asimetría entre las culturas en el contexto de la globalización actual de estrategias y políticas neoliberales.
Y lo hace con las voces de testigos de las tradiciones culturales de África, Asia, América Latina y de Europa, sin olvidar evidentemente la voz de la mujer, para resaltar con estas voces que en el contexto de la globalización neoliberal la interacción entre las culturas de la humanidad es hoy un imperativo ético y político a la vez, ya que de ella depende la construcción de un mundo alternativo, intercultural y mejor.
“Cultura: estrategia para el desarrollo local”, texto Madrid, AECI. Universitat de Valencia e Instituto Interuniversitario de desarrollo local. Se trata del trabajo de un equipo consolidado en la investigación sobre las relaciones entre la cultura y el territorio y que defiende una idea que poco a poco va calando en el conjunto de los expertos: la competitividad de un territorio cada vez es más dependiente del modelo de gestión de su dimensión simbólica, es decir del conjunto de significados que impregnan a dicho territorio.
El libro plasma en sus distintos capítulos, entre otras, cómo se concreta esa relación entre cultura y desarrollo, cuál es el marco de acción de la política cultural, qué significa la agenda 21 de la cultura como marco normativo de la política cultural, qué es el Sistema Cultural Local y qué especificidades muestra el emprendimiento en cultura.
Un largo recorrido que nos muestra la multidimensionalidad de los fenómenos sociales y especialmente aquellos ligados a la cultura. Los autores del trabajo, que parten del paradigma de la Economía de la Cultura, creen firmemente en esta idea madre y desarrollan tanto marcos teóricos como recomendaciones de modelos de políticas concretas, con el objetivo de gestionar de manera inteligente las capacidades culturales de un territorio.
“Las democracias participativas. De la participación ciudadana a las alternativas de sociedad”, texto R. Villasante, Tomás. En este libro se proponen y analizan experiencias concretas de participación ciudadana en ámbitos locales y municipales. La perspectiva es profundizar la democracia y extender formas democráticas plurales en todos los ámbitos de la sociedad civil, ya que las democracias participativas van más allá de la participación ciudadana reglamentada. Mediante la democracia de base en la vida cotidiana, se pueden ir construyendo alternativas de sociedad de un modo muy concreto y eficaz.
“Estructuras y principios de gestión del patrimonio cultural municipal”, texto Mejía López, Jesús. La falta de coordinación en las inversiones, inexistencia de departamentos específicos para la gestión del patrimonio histórico, insuficiencia de medios humanos y técnicos.
La situación general que presenta la gestión del patrimonio cultural en gran parte de la administración local de nuestro país es deficitaria y, en ocasiones, deficiente, fruto de una larga tradición de abandono por parte de los ayuntamientos, unida a una cultura funcionarial excesivamente burocrática que durante mucho tiempo ha considerado el patrimonio cultural como una carga que se debía soportar con resignación.
El patrimonio cultural municipal, en sus diversas manifestaciones, tiene, en cambio, rasgos estratégicos excepcionales para su aprovechamiento por parte de las administraciones locales y su gestión está viviendo en los últimos años una paulatina profesionalización que demanda la producción de herramientas encaminadas a potenciar el management patrimonial.
La presente obra pretende cubrir esta necesidad a través de la aportación tanto de diseños organizativos orientados a la puesta en marcha de áreas específicas de patrimonio en las estructuras municipales, como de herramientas que permitan a los responsables técnicos y políticos una adecuada gestión del patrimonio cultural en el ámbito municipal.
Para ello se asumen aquí los principios propios del diseño organizativo provenientes de la gestión empresarial y se aplican a las necesidades y características específicas que reclama la gestión del patrimonio cultural en el marco local. El resultado es una imprescindible guía práctica para que los profesionales de la administración local saquen el máximo partido al patrimonio cultural, que constituye una extraordinaria fuente de riqueza material y de desarrollo para los territorios.
“Territorio y gestión creativa del patrimonio cultural y natural”, texto Padró Werner, Jordi. El Territorio Museo es una opción y modelo de trabajo que persigue la conversión de un territorio determinado en un producto turístico-cultural integrado; cualquier estrategia de promoción local que se sustente en proyectos de puesta en valor del patrimonio cultural y natural debe tener como objetivo primordial conseguir la preservación de culturas, monumentos y entornos y lograr efectos inducidos en el territorio como crear empleo y servicios.
La creación de una oferta patrimonial precisa no sólo del conocimiento de los recursos patrimoniales que la sustentan, sino también saber cuáles son los intereses y motivaciones de turistas y visitantes y recoger las demandas e inquietudes de la población local con su participación para su posterior gestión atendiendo a intereses y propuestas de los diversos sectores sociales, culturales y turísticos, tanto públicos como privados.
Es imprescindible poner en práctica el concepto de gestión creativa del patrimonio con la importancia del consenso y la participación social, planificación estratégica, sostenibilidad, calidad en la experiencia del visitante, diversificación en las fuentes de financiación, reinversión en la mejora del patrimonio y una contribución al desarrollo local y a la creación de empleo.
El Ministerio de Cultura de Colombia desarrolla una serie de políticas, entre las que se destacan la protección del patrimonio cultural mueble, el Conocimiento, la Salvaguardia y el Fomento de la Alimentación y las Cocinas Tradicionales, de Artes, la gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural, de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, de museos, de archivos, de protección a la diversidad etnolingüística, de diversidad cultural, de turismo cultural, de lectura y bibliotecas, de comunicación/cultura, de cultura digital, cinematográfica, el emprendimiento y las industrias culturales, de concertación, de estímulos, de infraestructura cultural, de gestión internacional de la cultura y las casas de cultura.
Esto nos lleva a diferenciar “política” de “políticas”, en donde la primera se da a través de las relaciones de poder, los procesos electorales, las confrontaciones entre organizaciones sociales con el ejecutivo y la segunda está sujeta a las acciones, decisiones y omisiones por parte de los distintos actores involucrados en los diversos temas públicos.
Para que nuestros departamentos, en especial La Guajira y el Cesar y sus municipios, puedan lograr una verdadera optimización y aplicación de los proyectos emergidos de las bases de las distintas muestras étnicas, hay que quitar unos comportamientos que como taras llevamos plegadas en el desarrollo político en esos entes territoriales.
Hay que construir las políticas públicas culturales de la mano con las diversas comunidades. No hacer de los directores de cultura unos agentes firmones y cajas menores del gobernador y alcaldes. Escuchar las distintas voces desde lo local a lo regional y fortalecer procesos, definir prioridades en los objetos culturales y volverlos sujetos de disenso, para que los mismos cobren importancia no por la imposición del gobernante de turno, sino por lo que comunidad en sana discusión defina.
Crear las rutas culturales que entronicen el mundo que las comunidades quieren empujar. Cerrar la compuerta al derroche económico y volver los eventos más pedagógicos, cuyos resultados los pueda palpar la ciudadanía en democracia y no sea como suele ocurrir, una construcción caprichosa del centro de poder.
Las políticas públicas culturales no pueden ser una decisión unipersonal desde un escritorio. Cada vez que el político de turno agarra por el gañote a las mismas las que terminan pagando los platos rotos es la base popular. Es necesario que las diversas comunidades se organicen, de ello depende su fortaleza para decidir qué quiere y hacia donde apunta su nueva manera de encarar la vida social de su territorio. Es necesario y urgente aprender a trabajar en colectivo, de lo contrario se reducirá la esperanza de mejores conquistas sociales para la ciudadanía.
Por: Félix Carrillo Hinojosa / EL PILÓN
*Escritor, periodista, compositor, productor musical y gestor cultural para que el vallenato tenga una categoría en el Premio Grammy Latino.
Al recorrer los pueblos de nuestra Patria podemos contemplar la fortaleza de su gente laboriosa, cuyo emprendimiento propicia grandes logros que los medios no recogen en su dimensión, por estar estos dándoles la mayor publicidad a los delincuentes de todo tipo que nos tienen en crisis.
Al recorrer los pueblos de nuestra Patria podemos contemplar la fortaleza de su gente laboriosa, cuyo emprendimiento propicia grandes logros que los medios no recogen en su dimensión, por estar estos dándoles la mayor publicidad a los delincuentes de todo tipo que nos tienen en crisis.
Me atrevo a decir que si no fuera por los artistas y deportistas este país nuestro estaría peor. Son los únicos emergidos de las bases populares, que construyen un rostro limpio y transparente de nuestra Colombia, porque si entramos al mundo de los políticos encontramos que la mayoría no son un buen ejemplo y es triste terminar aceptando conceptos de personas al margen de la ley, que han llegado a decir: “la peor mafia que tiene Colombia son muchos de sus dirigentes políticos y quienes gerencian el sector público y privado, que ha permitido que las instituciones estén en gran declive moral”.
En medio de ese desbarajuste que agobia a Colombia, nos interesa hacer un recorrido por el mundo de la aplicación como corresponde, de las políticas públicas culturales en cada uno de los departamentos y municipios que tenemos. Con muchas excepciones, porque hay personas aplicadas que desarrollan al pie de la letra y con transparencias las mismas, pero la gran problemática está en la mayoría de nuestro territorio, en donde los recursos de cultura y desarrolla social para los artistas terminan en el bolsillo de los gobernantes que ponen a los directores de cultura a ser unos simples firmones.
Interesante recoger la visión del expresidente de Francia Charles de Gaulle (1890-1970), cuando lleno de sabiduría dijo que “las políticas públicas culturales son un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los políticos”. O en contraposición lo dicho por Eduard Miralles: “La cultura está empezando a ser demasiado importante como para dejarse en manos de las políticas culturales”.
¿Pero qué son y para
qué sirven las políticas
públicas culturales?
Para entender la creación y aplicación de las mismas, podemos decir que ellas son la mejor manera de poner a la ciudadanía de cara con quienes estén al frente de la dirección de la cultura departamental o municipal.
En este breve análisis de cómo se diseñan e implementan las políticas públicas culturales en las diversas comunidades de un departamento o municipio nos permite conocer de forma directa como podemos preservar las diversas muestras culturales indígenas, afros, mestizos, mulatos, zambos, cuyas bases normativas deben servir para la construcción y conservación del patrimonio cultural, a través de unos lineamientos estratégicos que terminen beneficiando a las diversas comunidades.
Ellas se basan en tres ejes fundamentales: la promoción de la identidad cultural, la protección de la diversidad cultural y el fomento de la creatividad y la consolidación de la participación ciudadana.
En sí, ellas no son más que la estructuración de unas acciones y prácticas sociales, en donde se unen organismos públicos y otros componentes del orden social y cultural, sustentada en el valor estratégico de la cultura como difusor de estándares simbólicos y comunicativos, que permiten la creación de unas bases colectivas creadoras de identidad local, regional o nacional, con base en una creatividad, un autoestima y una construcción positiva de una imagen de quienes lideran esos procesos, el territorio donde se desarrolla, que debe como proceso final, preservar el patrimonio colectivo de carácter cultural e histórico, para que eso sea una realidad, es necesario que los derechos que tiene la ciudadanía y su poder lingüístico y cultural, los cuales deben construir una identidad nacional, producto de sus diferencias e identidades.
Es necesario destacar que toda identidad cultural dentro de un territorio no es una expresión monolítica y cerrada, sino que la misma se va construyendo paso a paso cuya realidad no es uniforme y estática sino diversa y plural.
Frente al tema de la globalización todo ese proceso constructivo de una o varias culturas ha tenido dos efectos que van en vía contraria, la primera es la construcción de un comportamiento homogéneo en las diversas manifestaciones culturales, que sumado a la coexistencia de diversos grupos sociales dentro de un mismo territorio lo que al final lleva a que esta vaya perdiendo su carácter único.
Este arcoíris de cultura y de acciones diversas no debe mirarse negativamente, sino como un gran valor, debido a que la cultura a través de sus diferencias y lo plural de sus manifestaciones genera una riqueza diversa y multicultural.
Para una mayor comprensión en el tema de las políticas públicas culturales, ¿qué son y para qué sirven? Les relaciono un extenso listado de textos que recogen de la mejor manera ese mundo tan cercano, pero en la mayoría de los casos de difícil manejo.
“Alternativas de Política Cultural. Las industrias culturales en las redes digitales”, texto de Álvarez J.M., Calvi J.C.Gay, C. Lepez, Y.J., es el fruto de un proyecto común en el que diversos especialistas reconocidos en cada campo realizan un diagnóstico de los principales sectores de las industrias culturales, contextualizan su desarrollo en el marco internacional cercano, analizan sus debilidades y proponen políticas públicas dirigidas a reforzar y consolidar esas actividades vitales para la creatividad.
“Apuntes y Herramientas para el Análisis de la Realidad Cultural Local”, texto de Rausell Köster, Pau. Martínez Tormo, José. El marco local se ha convertido en el escenario más relevante para la implementación de la política cultural. El ámbito municipal es el espacio próximo a las necesidades y demanda de los ciudadanos, por lo que resulta el espacio idóneo de toma de decisiones colectivas para resolver dichas demandas. De hecho, la construcción de las políticas culturales contemporánea se estructura a partir del “gran esfuerzo de la administración local, generadora del grueso del gasto cultural de las administraciones públicas”.
Este artículo ofrece un marco teórico y un marco práctico sobre los aspectos que hay que tener en cuenta en la realidad cultural local, detallando, analizando y evaluando tanto los agentes y recursos institucionales, económicos y sociales, como las infraestructuras y la producción: equipamientos, producción editorial, bibliotecas, librerías, patrimonio y museos, cine, programación, etc. de la realidad local. Dejando clara la importancia de la planificación como un elemento clave.
La demanda de bienes y servicios culturales es un aspecto del Sistema Cultural Local de difícil análisis, en cuanto precisa de un mecanismo complejo que va más allá del conocimiento y los datos obtenidos por los medios utilizados en el análisis del resto de elementos.
Las características sociodemográficas de los municipios la podemos obtener de las fuentes habituales (censos, padrones, encuestas oficiales sobre mercado de trabajo, Anuarios, etc. En estas fuentes tenemos toda la información relevante sobre composición demográfica de la población, nivel de estudios, mercado de trabajo, niveles de renta y otros indicadores económicos.
Hay que tener en cuenta que esta información es relevante ya que el consumo cultural está fuertemente correlacionado tanto con los niveles de renta como con el nivel de formación de la población.
“Cultura y ciudad. Manual de política municipal”, texto López de Aguilera, Iñaki. La cultura ha dejado de considerarse como lujo de unos pocos para proclamarse como derecho de todos, lo que se ha traducido en la implementación de numerosos servicios y programas culturales desde las instituciones públicas y especialmente desde la administración local.
Esta obra pretende servir de herramienta práctica para el complejo entramado de agentes que intervienen en la política cultural municipal: técnicos culturales, responsables políticos, asociaciones y empresas, artistas y creadores.
Con una estructura de manual se perfila un modelo de política cultural, se repasa el papel del municipio en el contexto actual de una cultura plenamente industrializada y se plantean propuestas de acción en cada uno de los sectores culturales: patrimonio, bibliotecas, artes escénicas, audiovisuales, artes plásticas, música, fiestas locales, animación sociocultural y equipamientos.
“Culturas y poder. Interacción y asimetría entre las culturas en el contexto de la globalización”, texto Fornet Betancourt, Raúl (ed.) es un libro que habla de la iniciativa internacional e interdisciplinar que se ha propuesto por meta principal la de contribuir a una transformación de la filosofía mediante el diálogo entre las distintas tradiciones filosóficas de la humanidad, pero también enfocando este diálogo al análisis de los problemas más urgentes con que nos confronta nuestra época.
Por eso Culturas y Poder habla de esta iniciativa sobre la base del problema de la interacción y asimetría entre las culturas en el contexto de la globalización actual de estrategias y políticas neoliberales.
Y lo hace con las voces de testigos de las tradiciones culturales de África, Asia, América Latina y de Europa, sin olvidar evidentemente la voz de la mujer, para resaltar con estas voces que en el contexto de la globalización neoliberal la interacción entre las culturas de la humanidad es hoy un imperativo ético y político a la vez, ya que de ella depende la construcción de un mundo alternativo, intercultural y mejor.
“Cultura: estrategia para el desarrollo local”, texto Madrid, AECI. Universitat de Valencia e Instituto Interuniversitario de desarrollo local. Se trata del trabajo de un equipo consolidado en la investigación sobre las relaciones entre la cultura y el territorio y que defiende una idea que poco a poco va calando en el conjunto de los expertos: la competitividad de un territorio cada vez es más dependiente del modelo de gestión de su dimensión simbólica, es decir del conjunto de significados que impregnan a dicho territorio.
El libro plasma en sus distintos capítulos, entre otras, cómo se concreta esa relación entre cultura y desarrollo, cuál es el marco de acción de la política cultural, qué significa la agenda 21 de la cultura como marco normativo de la política cultural, qué es el Sistema Cultural Local y qué especificidades muestra el emprendimiento en cultura.
Un largo recorrido que nos muestra la multidimensionalidad de los fenómenos sociales y especialmente aquellos ligados a la cultura. Los autores del trabajo, que parten del paradigma de la Economía de la Cultura, creen firmemente en esta idea madre y desarrollan tanto marcos teóricos como recomendaciones de modelos de políticas concretas, con el objetivo de gestionar de manera inteligente las capacidades culturales de un territorio.
“Las democracias participativas. De la participación ciudadana a las alternativas de sociedad”, texto R. Villasante, Tomás. En este libro se proponen y analizan experiencias concretas de participación ciudadana en ámbitos locales y municipales. La perspectiva es profundizar la democracia y extender formas democráticas plurales en todos los ámbitos de la sociedad civil, ya que las democracias participativas van más allá de la participación ciudadana reglamentada. Mediante la democracia de base en la vida cotidiana, se pueden ir construyendo alternativas de sociedad de un modo muy concreto y eficaz.
“Estructuras y principios de gestión del patrimonio cultural municipal”, texto Mejía López, Jesús. La falta de coordinación en las inversiones, inexistencia de departamentos específicos para la gestión del patrimonio histórico, insuficiencia de medios humanos y técnicos.
La situación general que presenta la gestión del patrimonio cultural en gran parte de la administración local de nuestro país es deficitaria y, en ocasiones, deficiente, fruto de una larga tradición de abandono por parte de los ayuntamientos, unida a una cultura funcionarial excesivamente burocrática que durante mucho tiempo ha considerado el patrimonio cultural como una carga que se debía soportar con resignación.
El patrimonio cultural municipal, en sus diversas manifestaciones, tiene, en cambio, rasgos estratégicos excepcionales para su aprovechamiento por parte de las administraciones locales y su gestión está viviendo en los últimos años una paulatina profesionalización que demanda la producción de herramientas encaminadas a potenciar el management patrimonial.
La presente obra pretende cubrir esta necesidad a través de la aportación tanto de diseños organizativos orientados a la puesta en marcha de áreas específicas de patrimonio en las estructuras municipales, como de herramientas que permitan a los responsables técnicos y políticos una adecuada gestión del patrimonio cultural en el ámbito municipal.
Para ello se asumen aquí los principios propios del diseño organizativo provenientes de la gestión empresarial y se aplican a las necesidades y características específicas que reclama la gestión del patrimonio cultural en el marco local. El resultado es una imprescindible guía práctica para que los profesionales de la administración local saquen el máximo partido al patrimonio cultural, que constituye una extraordinaria fuente de riqueza material y de desarrollo para los territorios.
“Territorio y gestión creativa del patrimonio cultural y natural”, texto Padró Werner, Jordi. El Territorio Museo es una opción y modelo de trabajo que persigue la conversión de un territorio determinado en un producto turístico-cultural integrado; cualquier estrategia de promoción local que se sustente en proyectos de puesta en valor del patrimonio cultural y natural debe tener como objetivo primordial conseguir la preservación de culturas, monumentos y entornos y lograr efectos inducidos en el territorio como crear empleo y servicios.
La creación de una oferta patrimonial precisa no sólo del conocimiento de los recursos patrimoniales que la sustentan, sino también saber cuáles son los intereses y motivaciones de turistas y visitantes y recoger las demandas e inquietudes de la población local con su participación para su posterior gestión atendiendo a intereses y propuestas de los diversos sectores sociales, culturales y turísticos, tanto públicos como privados.
Es imprescindible poner en práctica el concepto de gestión creativa del patrimonio con la importancia del consenso y la participación social, planificación estratégica, sostenibilidad, calidad en la experiencia del visitante, diversificación en las fuentes de financiación, reinversión en la mejora del patrimonio y una contribución al desarrollo local y a la creación de empleo.
El Ministerio de Cultura de Colombia desarrolla una serie de políticas, entre las que se destacan la protección del patrimonio cultural mueble, el Conocimiento, la Salvaguardia y el Fomento de la Alimentación y las Cocinas Tradicionales, de Artes, la gestión, protección y salvaguardia del patrimonio cultural, de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, de museos, de archivos, de protección a la diversidad etnolingüística, de diversidad cultural, de turismo cultural, de lectura y bibliotecas, de comunicación/cultura, de cultura digital, cinematográfica, el emprendimiento y las industrias culturales, de concertación, de estímulos, de infraestructura cultural, de gestión internacional de la cultura y las casas de cultura.
Esto nos lleva a diferenciar “política” de “políticas”, en donde la primera se da a través de las relaciones de poder, los procesos electorales, las confrontaciones entre organizaciones sociales con el ejecutivo y la segunda está sujeta a las acciones, decisiones y omisiones por parte de los distintos actores involucrados en los diversos temas públicos.
Para que nuestros departamentos, en especial La Guajira y el Cesar y sus municipios, puedan lograr una verdadera optimización y aplicación de los proyectos emergidos de las bases de las distintas muestras étnicas, hay que quitar unos comportamientos que como taras llevamos plegadas en el desarrollo político en esos entes territoriales.
Hay que construir las políticas públicas culturales de la mano con las diversas comunidades. No hacer de los directores de cultura unos agentes firmones y cajas menores del gobernador y alcaldes. Escuchar las distintas voces desde lo local a lo regional y fortalecer procesos, definir prioridades en los objetos culturales y volverlos sujetos de disenso, para que los mismos cobren importancia no por la imposición del gobernante de turno, sino por lo que comunidad en sana discusión defina.
Crear las rutas culturales que entronicen el mundo que las comunidades quieren empujar. Cerrar la compuerta al derroche económico y volver los eventos más pedagógicos, cuyos resultados los pueda palpar la ciudadanía en democracia y no sea como suele ocurrir, una construcción caprichosa del centro de poder.
Las políticas públicas culturales no pueden ser una decisión unipersonal desde un escritorio. Cada vez que el político de turno agarra por el gañote a las mismas las que terminan pagando los platos rotos es la base popular. Es necesario que las diversas comunidades se organicen, de ello depende su fortaleza para decidir qué quiere y hacia donde apunta su nueva manera de encarar la vida social de su territorio. Es necesario y urgente aprender a trabajar en colectivo, de lo contrario se reducirá la esperanza de mejores conquistas sociales para la ciudadanía.
Por: Félix Carrillo Hinojosa / EL PILÓN
*Escritor, periodista, compositor, productor musical y gestor cultural para que el vallenato tenga una categoría en el Premio Grammy Latino.