Ana María Lozada Granados, una mujer que cumplió ayer 100 años en el barrio Los Fundadores de Valledupar, al reflexionar sobre el coronavirus enfatiza que “todo pasa en la vida y que nada es eterno”.
Su alimentación natural, con productos del campo y sin conservantes, así como sonreírle a los problemas de la vida, son las claves para tener larga vida según Ana María Lozada Granados, una mujer que cumplió ayer 100 años en el barrio Los Fundadores de Valledupar.
Lee también: El privilegio de vivir cien años
Es oriunda de Remolino, Magdalena, y ha vivido 60 años en la capital del Cesar. Tiene siete hijos, 12 nietos y siete bisnietos, quienes conforman su mayor tesoro. Con un siglo de vida recuerda con exactitud los acontecimientos vividos y no da muestras de pérdida de memoria; por el contrario, a veces recuerda hechos que ni sus hijos tienen presente.
“Mis padres eran del campo; tenían una parcela y allí sembraban yuca, plátano, batata, guineo, entre otros alimentos. Uno los cogía directamente de las matas y los cocinaba. Ahora todo es enlatado y procesado. Creo que por eso antes se vivía más que ahora”, expresó entre risas.
Siendo bebé sobrevivió a la gripe española, una pandemia causada por un brote del virus Influenza A que dejó cerca de 50 millones de muertos; de adulta se refugió en su casa pero huyendo de la policía chulavita. Era la época de La Violencia en Colombia, una guerra bipartidista que dejó cerca de 200 mil muertos.
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Ahora afronta el coronavirus con una tranquilidad que solo dan los años, puesto que su premisa es seguir las indicaciones de los médicos y expertos en el tema y esperar que todo vuelva a la normalidad. Escucha atenta las noticias en la radio o de vez en cuando ve la televisión, donde insisten que las personas no deben salir de casa, lo cual lo asimila y cumple a cabalidad.
“Todo pasa en la vida, nada es eterno”, manifestó la longeva, que asegura que los que sobrevivirán a esta pandemia la verán como un recuerdo para relatarle a sus descendientes.
De acuerdo con una de sus hijas menores, Mercedes Peralta (de 66 años), su progenitora solo sufre de hipertensión y de la vista. “Ella era modista cuando joven; se entretiene haciendo colchas o sábanas de tiritas de diferentes colores. Aún cocina delicioso, pero ya no la dejamos por el peligro que se queme. Lava todos los días su ropa porque no le gusta que la metan en lavadora ni que se le amontone”, expresó.
No dejes de leer: El coronavirus se extiende por el Cesar
Ayer por ser el natalicio de Lozada Granados, las personas con las que vive le decoraron la sala como si se tratara de una “quinceañera”: con flores, globos, poltrona, torta y comida especial. “No todo el mundo tiene la dicha de llegar a esta edad y de disfrutar a su mamá así como nosotros, por eso quisimos homenajearla como se merecen. Esta vez no pudieron venir todos sus familiares, por la cuarentena, pero aquí estamos para que no se pasara la fecha por alto”, dijo Peralta.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN [email protected]
Ana María Lozada Granados, una mujer que cumplió ayer 100 años en el barrio Los Fundadores de Valledupar, al reflexionar sobre el coronavirus enfatiza que “todo pasa en la vida y que nada es eterno”.
Su alimentación natural, con productos del campo y sin conservantes, así como sonreírle a los problemas de la vida, son las claves para tener larga vida según Ana María Lozada Granados, una mujer que cumplió ayer 100 años en el barrio Los Fundadores de Valledupar.
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Es oriunda de Remolino, Magdalena, y ha vivido 60 años en la capital del Cesar. Tiene siete hijos, 12 nietos y siete bisnietos, quienes conforman su mayor tesoro. Con un siglo de vida recuerda con exactitud los acontecimientos vividos y no da muestras de pérdida de memoria; por el contrario, a veces recuerda hechos que ni sus hijos tienen presente.
“Mis padres eran del campo; tenían una parcela y allí sembraban yuca, plátano, batata, guineo, entre otros alimentos. Uno los cogía directamente de las matas y los cocinaba. Ahora todo es enlatado y procesado. Creo que por eso antes se vivía más que ahora”, expresó entre risas.
Siendo bebé sobrevivió a la gripe española, una pandemia causada por un brote del virus Influenza A que dejó cerca de 50 millones de muertos; de adulta se refugió en su casa pero huyendo de la policía chulavita. Era la época de La Violencia en Colombia, una guerra bipartidista que dejó cerca de 200 mil muertos.
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Ahora afronta el coronavirus con una tranquilidad que solo dan los años, puesto que su premisa es seguir las indicaciones de los médicos y expertos en el tema y esperar que todo vuelva a la normalidad. Escucha atenta las noticias en la radio o de vez en cuando ve la televisión, donde insisten que las personas no deben salir de casa, lo cual lo asimila y cumple a cabalidad.
“Todo pasa en la vida, nada es eterno”, manifestó la longeva, que asegura que los que sobrevivirán a esta pandemia la verán como un recuerdo para relatarle a sus descendientes.
De acuerdo con una de sus hijas menores, Mercedes Peralta (de 66 años), su progenitora solo sufre de hipertensión y de la vista. “Ella era modista cuando joven; se entretiene haciendo colchas o sábanas de tiritas de diferentes colores. Aún cocina delicioso, pero ya no la dejamos por el peligro que se queme. Lava todos los días su ropa porque no le gusta que la metan en lavadora ni que se le amontone”, expresó.
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Ayer por ser el natalicio de Lozada Granados, las personas con las que vive le decoraron la sala como si se tratara de una “quinceañera”: con flores, globos, poltrona, torta y comida especial. “No todo el mundo tiene la dicha de llegar a esta edad y de disfrutar a su mamá así como nosotros, por eso quisimos homenajearla como se merecen. Esta vez no pudieron venir todos sus familiares, por la cuarentena, pero aquí estamos para que no se pasara la fecha por alto”, dijo Peralta.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN [email protected]