Aunque murió el pasado viernes 27 de marzo en la clínica Madre Bernarda de Cartagena, en las últimas horas el Instituto Nacional de Salud, INS, confirmó que el fallecimiento de la religiosa Johana Rivera Ramos, de 33 años, fue por coronavirus, siendo uno de las 12 víctimas de la enfermedad en el país.
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Rivera Ramos estuvo internada durante una semana en la clínica, pero después de su muerte fue que se supo que había fallecido por el virus, situación similar a la del taxista Arnol Ricardo, quien falleció hace varias semanas en la capital de Bolívar.
Johana Rivera Ramos era abogada titulada en la Universidad Popular del Cesar de Valledupar, quienes lamentaron su fallecimiento a través de un mensaje publicado en Twitter, y luego estudió teología en el Seminario Provincial de San Carlos Borromeo, en el municipio de Turbaco.
“Enviamos un abrazo de solidaridad a los familiares de la hermana Johana Rivera Ramos, egresada de nuestra Universidad y ha fallecido por ser otra víctima más del COVID19. Paz en su tumba”, expresó la Universidad Popular del Cesar.
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Johana Rivera era oriunda de San Martín de Loba, en el sur del departamento de Bolívar, y se había vinculado a la Comunidad de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada en el año 2012.
En Cartagena había prestado sus servicios a las personas desde la parroquia de San Nicolás de la Roca, en el barrio El Socorro, y coordinaba la misión permanente de jóvenes de la parroquia de la Divina Providencia. Además, estuvo en Perú donde trabajó con los menos favorecidos.
“Era simpática y misionera”: arzobispo de Cartagena
Tras su fallecimiento, Jorge Enrique Jiménez Carvajal, arzobispo de Cartagena describió a la religiosa como una mujer “simpática y misionera”, a la que mucha gente conocía.
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“Ella le proponía a todo el mundo encontrarse con Jesús, que fue el gran acierto de su vida. Colaboró con la Pastoral Juvenil, ¡cómo la están extrañando los jóvenes! Y con la Pastoral Familiar Arquidiocesana. Coordinaba la Misión Permanente de la Parroquia de la Divina Providencia. Allí habló mucho de la persona de Jesús, en las Pequeñas Comunidades Eclesiales e invitó a todo el mundo, a que se hiciera discípulo de Él”, indicó el arzobispo en un comunicado.
Y añadió: “Gracias Johana: ¡te queremos, Johana, te queremos! Ruega a Dios por nosotros que continuamos en este “valle de lágrimas”. Adiós”.