CULTURA

“Mi sueño es desfilar en Valledupar”: diseñador Juan Pablo Socarrás habla de su trabajo social con las comunidades y su regreso a las pasarelas

Juan Pablo Socarrás es diseñador de modas y gestor social con más de 16 años de experiencia.

“Mi sueño es desfilar en Valledupar”: diseñador Juan Pablo Socarrás habla de su trabajo social con las comunidades y su regreso a las pasarelas

“Mi sueño es desfilar en Valledupar”: diseñador Juan Pablo Socarrás habla de su trabajo social con las comunidades y su regreso a las pasarelas

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El diseñador Juan Pablo Socarrás fue el encargado de inaugurar en noviembre de 2024 Bogotá Fashion Week con ‘El Jardín de Antonia’. Una colección inspirada en su bisabuela Antonia Gutiérrez de Piñeres en la que utilizó prendas que tenía guardadas en su armario y las transformó en creaciones únicas e innovadoras basándose en el supra-reciclaje, sellando de esa manera su regreso a las pasarelas.

Tras culminar con éxito el 2024, viajó a Valledupar para conectar con sus raíces, visitar a sus familiares y lograr cumplir un sueño que añoraba desde que era un niño: salir en las páginas de EL PILÓN, esta vez, destacando su trabajo en la moda con las comunidades artesanas, indígenas y afrodescendientes en Latinoamérica, donde ha logrado impactar positivamente a personas en Colombia, Ecuador, México, Guatemala y Perú, entre otros países.

EL PILÓN lo entrevistó para conocer detalles de la colección, su proyecto ‘Historias hechas a mano’ y el amor que siente por la tierra vallenata. Aunque nació en Bogotá hace 44 años, su familia es de Valledupar y La Guajira, vínculo que estará atado a su vida por siempre.

Juan Pablo Socarrás lanzó la colección ‘El Jardín de Antonia’ en el Bogotá Fashion Week en 2024. FOTO: CORTESÍA.

Juan Pablo Socarrás es diseñador de modas y gestor social con más de 16 años de experiencia. Ha participado en ferias internacionales en Nueva York, Milán, Beijing, Miami, Santiago de Chile, Tenerife, Guatemala y México. Además, ha presentado más de 20 colecciones en encuentros latinoamericanos de moda como el Bogotá Fashion Week, Colombiamoda y Cali Exposhow. 

Ha sido galardonado por varias organizaciones a través de premios y distinciones tales como Premio Women Together como diseñador para el desarrollo otorgado por las Naciones Unidas, Premio Cromos como mejor pasarela de marca,  Premio revista Infashion como el mejor diseñador preferido del público colombiano, Premio como líder global del Woman for Economic LATAM, entre otros. 

¿Qué lo trajo de vuelta a Valledupar?

Para mí Valledupar es volverme a encontrar con mis raíces, volverme a encontrar con el origen, volverme a inspirar. Tengo proyectos en La Guajira y Valledupar es el lugar donde siempre vengo frecuentemente, pero nunca me quedo. Normalmente siempre venía porque mis abuelas estaban vivas y podía quedarme más tiempo. He venido en festivales, pero siempre de paso. Valledupar para mí es recordar, es añoranza.

Cerró el 2024 con el lanzamiento de la colección ‘El Jardín de Antonia’. ¿Cuál es el balance que hace de ese año?

Mi 2024 fue un año muy duro emocionalmente. La gente solo piensa que los diseñadores o las figuras públicas somos máquinas que producen y producen, pero también tenemos crisis y yo tenía una crisis de no encontrar una inspiración, porque la estaba buscando y no la encontraba por ningún lado. Estaba desilusionado del mundo de la moda, de la sociedad y de muchas cosas, pero con la colección ‘El Jardín de Antonia’ volví a florecer. Es una colección de supra-reciclaje donde cogí gran parte del closet, de las galas en las que he participado en varias partes del mundo, de los premios y los volví las prendas de Antonia para que volvieran a florecer.

¿Qué proyectos tiene para este 2025?

Todo el tiempo estoy lanzando colecciones. Todas tienen una temática familiar. ‘El Jardín de Antonia’ que presenté en Bogotá Fashion Week está inspirada en mi bisabuela, pero todo el tiempo estoy viajando por Colombia y Latinoamérica haciendo proyectos de impacto social, donde transformo vidas a través de entregarle habilidades blandas a hombres y mujeres con las que trabajamos en contextos diversos, buscando que sean autónomos y autosostenibles. La moda para mí y el diseño son una excusa para contar grandes historias y qué mejor que contarlas a ritmo del vallenato. 

Este 2025 vienen grandes proyectos, vienen grandes desfiles a nivel nacional e internacional. Seguimos trabajando por Colombia, en San Jacinto, en Montería haciendo una línea de hogar, viene más fuerte la línea de joyería de Socarrás y muchos proyectos donde cada uno quisiera contarlos en EL PILÓN.

Por más de 16 años el diseñador Juan Pablo Socarrás ha impulsado a artesanos, comunidades indígenas y afrodescendientes en Latinoamérica. Foto: Cortesía.

¿Ha pensado en lanzar una colección inspirada en la música vallenata o el río Guatapurí?

Siempre. Creo que fui de los primeros diseñadores colombianos que se sintió orgulloso de sus orígenes. Un día me di cuenta que eso me hacía diferente en el mundo entero, así llegara a Milán, Nueva York, Vancouver. Lo más importante siempre es contar de donde soy y mis orígenes son de acá. Cuando me volví realmente orgulloso de ser local, me volví mundial. Hace mucho tiempo en mis desfiles empecé a poner acordeones… Adriana Lucía, Nina Rodríguez han tocado en mis desfiles como otros cantantes y siempre les pido que canten vallenato. He puesto vallenatos en violines. Un día la editora Nina García me dijo: ‘Es que el agua que nos dan a los costeños es diferente’ y yo creo que es verdad.

Usted es un diseñador que ha recorrido el mundo con sus colecciones, ¿cuándo tendremos la oportunidad de ver sus creaciones en Valledupar?

Uno de mis grandes sueños, y siempre lo he dicho, uno de mis grandes sueños es desfilar en Valledupar. Mi sueño ya no es París, Nueva York, Milán… porque todos esos los he cumplido. He estado en las pasarelas más importantes del mundo, pero mi sueño es volver aquí, volver a la casa de mis abuelos en Villanueva, La Guajira, contar una historia en la casa del general Sabas Silvestre Socarrás. Creo que cuando vuelve a los orígenes, vuelve a encontrarse y si ese sueño me lo pueden ayudar a ser realidad seré muy feliz.

En diciembre Darío Valencia y María Angélica Guerra lanzaron en diciembre sus colecciones en Valledupar: una inspirada en México y la otra en San Diego, ¿qué piensa sobre la moda que se respira en la capital del Cesar?

Valledupar es un gran epicentro, no solamente de moda, sino de confección. Nosotros tenemos esa magia de confeccionar impecable. A Darío Valencia lo he admirado toda la vida, claramente tenemos una diferencia de tiempos y de vida, pero para mí siempre fue un referente desde muy pequeño cuando hacía las grandes novelas, cuando vestía a las grandes celebridades colombianas. A María Angélica Guerra no la conozco muy bien, pero su trabajo me parece bellísimo e impecable, hay muchos diseñadores vallenatos.

Yo he venido a hacer proyecto acá de impacto social, donde he trabajado con víctimas de la violencia confeccionando y enseñando el oficio de coser porque hay una máquina, no hay hambre, me decía mi abuela Graciela Piñeres. Me decía: ‘Si tú enseñas a coser, vas a cambiar la vida a la gente’. El oficio es lo más importante, por eso me dedico todos los días a impactar hombres y mujeres en Latinoamérica. Ya hemos logrado impactar a más de 15.000 personas en Colombia, Guatemala, México, Ecuador, Perú y vamos por más. Esperamos impactar a más de 80.800 personas en el mundo hasta el 2030.

¿Desarrolla algunos de esos proyectos en el Cesar?

Estamos trabajando en diferentes proyectos. Tenemos uno en el sur del Cesar con un taller de maquila justa y de confección, donde estamos impactando a más de 50 mujeres, enseñándoles la confección y una maquila justa en prendas superiores, en lino que es mi gran debilidad.

Tenemos un proyecto en el Putumayo con más de siete comunidades indígenas y afrodescendientes, donde estamos revitalizando las técnicas artesanales, generando autonomía a estas comunidades. Tenemos un proyecto en Sutatausa, en Montes de María, Montería, Guatemala y así, tengo proyectos por todo el mundo dando tejido y cosiendo, cosiendo historias.

Tengo diferentes organizaciones en el mundo que me apoyan gracias al impacto que he realizado. Trabajo con Usaid, la Fundación la Rueda Rueda, empresas privadas como Coca Cola Company, petroleras, bancos, mineras. Eso lo llamamos como responsabilidad social empresarial. Trabajo con muchas empresas para hacer impacto y acompañarlos a hacer impactos. Así que todo el tiempo estoy buscando proyectos, así que amaría volver al valle con un proyecto de impacto social.

¿Qué significado tiene para usted que su trabajo sea reconocido y publicado en las páginas de EL PILÓN?

Para mí siempre fue un sueño de infancia salir en el periódico que llegaba a la casa de mis abuelas, de mis tías. He salido en las revistas y periódicos más importantes del mundo, pero para mí mi sueño es salir en EL PILÓN. Siempre le decía eso a mí jefe de prensa y me contestaba: ‘Pero sales en el New York Times’, en periódicos en Turquía, China, revistas en todo el mundo, pero yo le decía que mi sueño era salir en EL PILÓN.

No hay nada más bonito que mi familia, que vive en Valledupar, vuelva a leer las páginas y se sientan orgullosos de mí, de lo que hago por el país, de un vallenato que viaja por el mundo contando historias, nuestros orígenes y contando ese lado ribereño que tengo. La gente no sabe, pero siempre digo que mi Caribe tiene que ver con el río Magdalena, con Mompox, con el río Guatapurí y yo no diseño a través del Tropical Chic que es tan conocido, sino a través de esa historia ribereña, de esa magia, de ese lino, de ese planchado, de ese hombre clásico y esa mujer clásica vallenata. 

POR: LUCÍA MENDOZA CUELLO/ EL PILÓN.

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