Maroli Joyería, ubicada en la calle 17- #6-41, Centro de Valledupar, es una de las principales vendedoras de prendas de oro de la ciudad.
El oro es mucho más que un metal precioso. Detrás de cada prenda hay sentimientos e historias que conectan familias, amigos y enamorados. Entendiendo ese significado, en Maroli Joyería, propietarios y administradores, trabajan todos los días para que el cliente encuentre en sus prendas la magia del oro.
Maroli Joyería, ubicada en la calle 17- #6-41, Centro de Valledupar, es una de las principales vendedoras de prendas de oro de la ciudad. Desde su apertura como tienda virtual, se han destacado por la calidad y originalidad de sus prendas.
“Maroli Joyería cambió el concepto de la joyería: ofrecemos prendas artesanales y con un valor asequible. Prendas en oro en 18 quilates desde $20.000 pesos en adelante. Además, el cliente tiene una garantía de por vida: nuestras prendas son nuevas y de 18 quilates”, explicó Diana Mar Vital, propietaria del taller-tienda.
Además de ese compromiso con el cliente, la empresa cumple su responsabilidad social generando 14 empleos. Son esas personas las que con profesionalismo transforman un metal preciado en una figura llena de sentimientos y emociones.
“Nosotros trabajamos con los principios de responsabilidad y compromiso. Porque no es solo ofrecer un buen producto, sino brindar un buen servicio. El oro es más que un trabajo, es un metal precioso, es una pasión”, señaló Jhonny Giménez, propietario de la tienda.
Tener su propio equipo les permite crear todo lo que el cliente desee: desde un anillo de matrimonio hasta una placa con su nombre. Además, gracias a una máquina especializada el cliente puede plasmar una fotografía sobre una pieza de oro. “Le ofrecemos la preciosidad del oro y un valor sentimental. Podemos plasmar frases, nombres, fotos. Porque no es solo lucir la prenda, es lo que significa”, agregó la propietaria, Diana Mar. En la tienda-taller los clientes también pueden acercarse a transformar esa pieza de oro valiosa.
También es importante destacar la calidad del oro, el cual lo venden en sus tres presentaciones: oro amarillo, blanco y rosado. “Lo que más se busca en el oro es su pureza. Ahora hay muchas ‘modalidades’ de oro. El oro precioso, que nosotros tenemos para la venta, es el de 18 quilates, una prenda que dura toda la vida y que va de generación en generación, porque el oro como tal no tiene que cambiar de color”, explicó la propietaria.
Por último, Francisco Arango, administrador de Maroli Joyería, señaló que al ser un mineral que está desde el principio de los tiempos, es deseado por todos. “Nosotros lo ofrecemos al mejor precio y de la mejor calidad. El oro te da confianza en ti mismo, porque portas algo de valor, no solo económico, también sentimental”, afirmó.
Maroli Joyería, ubicada en la calle 17- #6-41, Centro de Valledupar, es una de las principales vendedoras de prendas de oro de la ciudad.
El oro es mucho más que un metal precioso. Detrás de cada prenda hay sentimientos e historias que conectan familias, amigos y enamorados. Entendiendo ese significado, en Maroli Joyería, propietarios y administradores, trabajan todos los días para que el cliente encuentre en sus prendas la magia del oro.
Maroli Joyería, ubicada en la calle 17- #6-41, Centro de Valledupar, es una de las principales vendedoras de prendas de oro de la ciudad. Desde su apertura como tienda virtual, se han destacado por la calidad y originalidad de sus prendas.
“Maroli Joyería cambió el concepto de la joyería: ofrecemos prendas artesanales y con un valor asequible. Prendas en oro en 18 quilates desde $20.000 pesos en adelante. Además, el cliente tiene una garantía de por vida: nuestras prendas son nuevas y de 18 quilates”, explicó Diana Mar Vital, propietaria del taller-tienda.
Además de ese compromiso con el cliente, la empresa cumple su responsabilidad social generando 14 empleos. Son esas personas las que con profesionalismo transforman un metal preciado en una figura llena de sentimientos y emociones.
“Nosotros trabajamos con los principios de responsabilidad y compromiso. Porque no es solo ofrecer un buen producto, sino brindar un buen servicio. El oro es más que un trabajo, es un metal precioso, es una pasión”, señaló Jhonny Giménez, propietario de la tienda.
Tener su propio equipo les permite crear todo lo que el cliente desee: desde un anillo de matrimonio hasta una placa con su nombre. Además, gracias a una máquina especializada el cliente puede plasmar una fotografía sobre una pieza de oro. “Le ofrecemos la preciosidad del oro y un valor sentimental. Podemos plasmar frases, nombres, fotos. Porque no es solo lucir la prenda, es lo que significa”, agregó la propietaria, Diana Mar. En la tienda-taller los clientes también pueden acercarse a transformar esa pieza de oro valiosa.
También es importante destacar la calidad del oro, el cual lo venden en sus tres presentaciones: oro amarillo, blanco y rosado. “Lo que más se busca en el oro es su pureza. Ahora hay muchas ‘modalidades’ de oro. El oro precioso, que nosotros tenemos para la venta, es el de 18 quilates, una prenda que dura toda la vida y que va de generación en generación, porque el oro como tal no tiene que cambiar de color”, explicó la propietaria.
Por último, Francisco Arango, administrador de Maroli Joyería, señaló que al ser un mineral que está desde el principio de los tiempos, es deseado por todos. “Nosotros lo ofrecemos al mejor precio y de la mejor calidad. El oro te da confianza en ti mismo, porque portas algo de valor, no solo económico, también sentimental”, afirmó.