El comercio y la falta de cultura ciudadana han causado que el tránsito de las personas se vea afectado constantemente por la ocupación del espacio público en distintos sectores de Valledupar.

Ante este problema, EL PILÓN recorrió algunos puntos críticos de la ciudad copados por las ventas ambulantes, vehículos mal parqueados y almacenes que con sus exhibiciones privatizan el espacio público. 

ZONA CÉNTRICA

Alrededor de Valledupar son varios los puntos que presentan invasión del espacio público, sin embargo el lugar con mayor aglomeración de vendedores en andenes y carreteras es la zona céntrica de la ciudad.

Ventas de jugos, frutas, comidas rápidas, calzado, arreglos de celular e implementos para el hogar son algunos de los productos o servicios que obstaculizan el paso peatonal en la carrera séptima y octava, exactamente entre las calles 16 y 16C.

Sin embargo, estos vendedores no son los únicos que obstaculizan el espacio público: vehículos y motocicletas también aportan al caos que se genera en esta parte de Valledupar cuando sus propietarios los dejan estacionados en lugares prohibidos como los alrededores de la Galería Popular.

En la carrera novena a la altura de las calles 16 y 19 se puede percibir, de igual manera, una gran afluencia de vendedores de todo tipo, entre los que se encuentran mesas de chances, exhibiciones de ropa, perfumes, accesorios de bellezas, etc.

Además, las estaciones de productos calientes como fritos, pizzas, perros calientes, chorizos y otros, que utilizan cilindros de gas para la preparación de los mismos se han convertido en un riesgo para la integridad de las personas.

En cuanto a estas ventas, el secretario de Gobierno, Luis Galvis, señaló que “con estos negocios que utilizan cilindros de gas no hay ninguna forma de negociar, ya que representan un riesgo inminente para todas las personas”.

VENTAS EN EL RÍO GUATAPURÍ

Por otro lado, los comerciantes que cancelan por su derecho al trabajo en el río Guatapurí han mostrado su descontento por la presencia de vendedores estacionarios.

En ese sentido consideran que en épocas con mayor afluencia de público padecen competencia desleal porque muchos expendedores llegan al lugar sin haber aportado ningún recurso a la asociación que reúne a los vendedores del balneario. De igual manera, señalaron que estas personas se ubican en cualquier lugar del parque causando trancones.

Uno de los trabajadores del lugar indicó: “Solicitamos el acompañamiento constante de espacio público porque son demasiados los vendedores ambulantes que están invadiendo el parque en esta temporada”.

LA NEVADA, LOS FUNDADORES Y VILLA MIRIAM

Con los años, La Nevada, Los Fundadores y Villa Miriam han ido creciendo comercialmente. Los dos primeros con desafíos parecidos puesto que su vía principal está llena de ventas de todo tipo, mientras que en Villa Miriam algunos residentes han denunciado la invasión del espacio al frente de sus casas.

En el caso de La Nevada, desde hace muchos años la invasión del espacio público ha sido un tema recurrente, en especial, por las ventas de ropa y calzado, debido a que los almacenes, en su intención de comercializar sus productos, sacan a los andenes maniquíes o vitrinas.

Gabriel Aristizábal, uno de los comerciantes del sector, indicó: “El comprador popular se rige por comprar los artículos si los ven; muchas veces no tienen la intención de adquirir algo, pero si van pasando y ven una camiseta que les gusta, se acercan a preguntar el precio y se la llevan o vuelven por ella; así funciona esto aquí”.

Situación similar se vive en la carrera 23 del barrio Fundadores, una vía bastante transitada por los vallenatos. Con el tiempo se fueron asentando negocios de cualquier tipo en las casas con frente hacia a la vía, sin embargo algunos de estos negocios excedieron el espacio permitido para las ventas tomándose los andenes para mostrar sus productos. 

También, desde el barrio Villa Miriam hace poco denunciaron la presencia de negocios de comidas rápidas en la carrera 31 Bis entre las calles 18 A y 18 B, ya que se invadieron los frentes de las casas al ubicar sillas y mesas para los comensales.

Los habitantes señalaron que la afluencia en el lugar es tan alta que en ocasiones no pueden ingresar a sus casas con sus vehículos.

POR JHOSER BERMÚDEZ.