Por maquinaria y fuerza económica, inicialmente el favorito es Hermes Martínez, quien tiene el apoyo de la actual administración. Alex Oliveros, Camilo Flórez y Wilson Rincón quieren dar la pelea.
Según las proyecciones del Dane, el municipio de Curumaní tiene alrededor de 41.080 habitantes. Aunque duplica la población de Becerril, y tiene 10.000 más que Chiriguaná, las campañas políticas son mucho más económicas. Como explicó un líder político del municipio, Curumaní “es un caso particular en el departamento del Cesar, donde a la gente le gusta la política pero no depende ni se hace matar por la política”.
Para las elecciones de octubre, el encargado de ‘animar’ y mover las maquinarias ha sido Hermes Martínez, exsecretario de Gobierno que aspira a ganar la Alcaldía con el apoyo de la actual administración en cabeza de Henry Chacón. Actualmente, Henry es el mayor barón electoral del municipio, aunque su popularidad, otrora una de las más altas, ha bajado luego de un mandato con “una baja ejecución”.
“Henry prometió 1.000 casas, 3.000 empleos, y obviamente no pudo cumplir porque era imposible. En Curumaní hay descontento, pero no se puede negar que aún tiene fuerza”, señaló un concejal del municipio bajo reserva.
A la línea de Hermes Martínez aparece el ingeniero Alex Oliveros, quien ocupó el segundo lugar en el 2019, con más de 5.248 votos, detrás del alcalde Henry Chacón.
Oliveros parte como segundo intentando recoger todos esos grupos políticos que quieren hacerle contrapeso al movimiento del actual alcalde. En su candidatura están el exrepresentante a la Cámara Miguel Durán, el concejal Leonardo Durán, el excandidato a la Alcaldía Julio Manzano, la excandidata Celenia Acosta. A la espera de sumarse está el exalcalde Jorge Celis.
En tercer lugar está Camilo Flórez, candidato proveniente del corregimiento de San Roque, el más grande de Curumaní y uno de los territorios que más influye en las elecciones. No es comparable con La Loma en el municipio de El Paso, pero San Roque se dio el ‘lujo’ de elegir cinco concejales en el 2019.
Avalado por el partido Conservador, se postuló el exconcejal Wilson Rincón. “Es una persona con un largo recorrido, el que tiene el mejor discurso y experiencia, pero quizás no suena entre las nuevas generaciones, lo conocen poco”, contó un líder político del municipio. A su campaña se sumó el exalcalde Alaín Jiménez Carcamo. Hasta ahora, Wilson Rincón ha sido el único candidato que ha hablado del microtráfico, un fenómeno que crece bajo las sombras en Curumaní.
Sin duda, la campaña más polémica es la de Alfredo Moreno Moscote, avalado por el partido Alianza Verde. Moreno Moscote ha basado su candidatura en cuestionar a los tradicionales. “No permitamos que hipotequen a Curumaní”, ha sido el mensaje central del excandidato a la Asamblea del Cesar en el 2015.
Con el aval del Partido Demócrata Colombiano y con la bandera de no repetir la “Patria boba en Curumaní”, Onuel Villarruel está recorriendo Curumaní y sus corregimientos con parlante en mano.
La lista la completa Luis Aguilar, o ‘Lucho’, como es conocido en Curumaní. Avalado por el Polo Democrático Alternativo, ‘Lucho’ fue uno de los promotores de la campaña de Gustavo Petro en el 2022.
Como la mayoría de candidatos, además de su propuesta, ‘Lucho’ ha cuestionado al actual alcalde Henry Chacón. “No luchamos contra el candidato del alcalde, sino contra usted alcalde, no queremos que nos deje sucesor”, publicó en sus redes sociales.
Contrario a los municipios con regalías, en Curumaní la lucha por el poder es a otro precio. “Acá se hacen campañas mucho menos costosas. Más allá de la burocracia de la Alcaldía, el hospital municipal y la Empresa de Servicios Públicos, Acuacur, no hay más entidades para darle trabajo a la gente que lo apoyó a uno”, explicó un exalcalde del municipio.
El exmandatario explicó que, por eso, el voto es más independiente que en otros territorios. “En Curumaní la gente está más pendiente de su negocio personal que de la política”, agregó. Sin embargo, el mayor desafío son los corregimientos, donde está más viva la costumbre del voto a cambio de dinero.
Por maquinaria y fuerza económica, inicialmente el favorito es Hermes Martínez, quien tiene el apoyo de la actual administración. Alex Oliveros, Camilo Flórez y Wilson Rincón quieren dar la pelea.
Según las proyecciones del Dane, el municipio de Curumaní tiene alrededor de 41.080 habitantes. Aunque duplica la población de Becerril, y tiene 10.000 más que Chiriguaná, las campañas políticas son mucho más económicas. Como explicó un líder político del municipio, Curumaní “es un caso particular en el departamento del Cesar, donde a la gente le gusta la política pero no depende ni se hace matar por la política”.
Para las elecciones de octubre, el encargado de ‘animar’ y mover las maquinarias ha sido Hermes Martínez, exsecretario de Gobierno que aspira a ganar la Alcaldía con el apoyo de la actual administración en cabeza de Henry Chacón. Actualmente, Henry es el mayor barón electoral del municipio, aunque su popularidad, otrora una de las más altas, ha bajado luego de un mandato con “una baja ejecución”.
“Henry prometió 1.000 casas, 3.000 empleos, y obviamente no pudo cumplir porque era imposible. En Curumaní hay descontento, pero no se puede negar que aún tiene fuerza”, señaló un concejal del municipio bajo reserva.
A la línea de Hermes Martínez aparece el ingeniero Alex Oliveros, quien ocupó el segundo lugar en el 2019, con más de 5.248 votos, detrás del alcalde Henry Chacón.
Oliveros parte como segundo intentando recoger todos esos grupos políticos que quieren hacerle contrapeso al movimiento del actual alcalde. En su candidatura están el exrepresentante a la Cámara Miguel Durán, el concejal Leonardo Durán, el excandidato a la Alcaldía Julio Manzano, la excandidata Celenia Acosta. A la espera de sumarse está el exalcalde Jorge Celis.
En tercer lugar está Camilo Flórez, candidato proveniente del corregimiento de San Roque, el más grande de Curumaní y uno de los territorios que más influye en las elecciones. No es comparable con La Loma en el municipio de El Paso, pero San Roque se dio el ‘lujo’ de elegir cinco concejales en el 2019.
Avalado por el partido Conservador, se postuló el exconcejal Wilson Rincón. “Es una persona con un largo recorrido, el que tiene el mejor discurso y experiencia, pero quizás no suena entre las nuevas generaciones, lo conocen poco”, contó un líder político del municipio. A su campaña se sumó el exalcalde Alaín Jiménez Carcamo. Hasta ahora, Wilson Rincón ha sido el único candidato que ha hablado del microtráfico, un fenómeno que crece bajo las sombras en Curumaní.
Sin duda, la campaña más polémica es la de Alfredo Moreno Moscote, avalado por el partido Alianza Verde. Moreno Moscote ha basado su candidatura en cuestionar a los tradicionales. “No permitamos que hipotequen a Curumaní”, ha sido el mensaje central del excandidato a la Asamblea del Cesar en el 2015.
Con el aval del Partido Demócrata Colombiano y con la bandera de no repetir la “Patria boba en Curumaní”, Onuel Villarruel está recorriendo Curumaní y sus corregimientos con parlante en mano.
La lista la completa Luis Aguilar, o ‘Lucho’, como es conocido en Curumaní. Avalado por el Polo Democrático Alternativo, ‘Lucho’ fue uno de los promotores de la campaña de Gustavo Petro en el 2022.
Como la mayoría de candidatos, además de su propuesta, ‘Lucho’ ha cuestionado al actual alcalde Henry Chacón. “No luchamos contra el candidato del alcalde, sino contra usted alcalde, no queremos que nos deje sucesor”, publicó en sus redes sociales.
Contrario a los municipios con regalías, en Curumaní la lucha por el poder es a otro precio. “Acá se hacen campañas mucho menos costosas. Más allá de la burocracia de la Alcaldía, el hospital municipal y la Empresa de Servicios Públicos, Acuacur, no hay más entidades para darle trabajo a la gente que lo apoyó a uno”, explicó un exalcalde del municipio.
El exmandatario explicó que, por eso, el voto es más independiente que en otros territorios. “En Curumaní la gente está más pendiente de su negocio personal que de la política”, agregó. Sin embargo, el mayor desafío son los corregimientos, donde está más viva la costumbre del voto a cambio de dinero.