María Josefina Díaz tiene 78 años de edad y vive con su nieta de 15 años en una humilde casa que cuida hace varios meses.
María Josefina Díaz tiene 78 años de edad y vive con su nieta de 15 años en una humilde casa que cuida hace varios meses. El pequeño rancho es de tablas, cartón y techo de zinc, el cual está a punto de caerse.
En dicha casa solo hay una habitación, en ella una cama sencilla que comparte la joven con la anciana oriunda de Arboledas, Norte de Santander. “Mi nieta está en el colegio, ella es hija de la hija mayor mía qué murió de cáncer”, expresó la mujer que está enferma y no puede caminar mucho.
María Josefina no tiene qué comer, en algunas ocasiones va al comedor de Los Guasimales que le queda un poco lejos y una vecina le ayuda con la comida de la nieta y a veces le regala alimentos para que puedan hacer algo de comer.
Así cómo María, hay muchos adultos mayores con la misma situación debido a que están enfermos y solos, y no cuentan con un comedor cerca para suplir sus necesidades.
Freddy Martínez, líder del sector, expresó que este sector populoso de la ciudad necesita con urgencia un comedor y asistencia para las personas de la tercera edad, “así como doña María viven muchos ancianos en este barrio, necesitamos que el gobierno nos ayude para nosotros poder ayudarlos a ellos porque son personas que ya no se valen por ellas mismas, no pueden trabajar como nosotros y conseguir un sustento, es triste ver cómo viven”.
Doña María pide ayuda para levantar el rancho, que a pesar que no es de ella, tiene temor que en una noche mientras duerme junto con su nieta, se les caiga el techo encima.
María Josefina Díaz tiene 78 años de edad y vive con su nieta de 15 años en una humilde casa que cuida hace varios meses.
María Josefina Díaz tiene 78 años de edad y vive con su nieta de 15 años en una humilde casa que cuida hace varios meses. El pequeño rancho es de tablas, cartón y techo de zinc, el cual está a punto de caerse.
En dicha casa solo hay una habitación, en ella una cama sencilla que comparte la joven con la anciana oriunda de Arboledas, Norte de Santander. “Mi nieta está en el colegio, ella es hija de la hija mayor mía qué murió de cáncer”, expresó la mujer que está enferma y no puede caminar mucho.
María Josefina no tiene qué comer, en algunas ocasiones va al comedor de Los Guasimales que le queda un poco lejos y una vecina le ayuda con la comida de la nieta y a veces le regala alimentos para que puedan hacer algo de comer.
Así cómo María, hay muchos adultos mayores con la misma situación debido a que están enfermos y solos, y no cuentan con un comedor cerca para suplir sus necesidades.
Freddy Martínez, líder del sector, expresó que este sector populoso de la ciudad necesita con urgencia un comedor y asistencia para las personas de la tercera edad, “así como doña María viven muchos ancianos en este barrio, necesitamos que el gobierno nos ayude para nosotros poder ayudarlos a ellos porque son personas que ya no se valen por ellas mismas, no pueden trabajar como nosotros y conseguir un sustento, es triste ver cómo viven”.
Doña María pide ayuda para levantar el rancho, que a pesar que no es de ella, tiene temor que en una noche mientras duerme junto con su nieta, se les caiga el techo encima.